Clave #20

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Vivir en la mansión Lee tenía sus ventajas. Muy pocas, pero las tenía.

Entre ellas una era que tenían a todos los asociados y al CEO en un mismo lugar y podían espiar sus conversaciones y recolectar datos, por más pequeños que fueran y el otro era que tenían comida gratis. Claro que eso solo lo ponía feliz a él, porque Seokjin empezaba a perder la cabeza por la gran escasez de helado en la casa; la señora Lee detestaba el helado, así que no había forma de conseguirlo porque tampoco tenían permitido salir.

Una noche Jin pensó en escabullirse por una ventana e ir a comprarlo de alguna tienda cercana, pero tuvo que abandonar sus planes en cuanto se dio cuenta de que el perímetro estaba cargado de guardias y que no podría salir sin que alguno lo viera. Ni siquiera él podría inventar una excusa lo suficientemente decente para que Jeonghan no ponga una bala en su cabeza.

Algo que a ambos preocupaba era la salud mental del resto de los habitantes de la mansión. Vivir encerrados no era algo adecuado para cualquiera, si ellos no temían por su propia salud era nada más porque estaban acostumbrados a estar encerrados. Antes Namjoon podía pasar semanas sin poner un pie fuera de su apartamento mientras trabajaba y según Jin le había contado, su infancia y adolescencia las pasó en una base subterránea sin ver el sol casi nunca.

En el momento en el que los empresarios empezaran a perder los tornillos, las cosas se irían muy rápido a la mierda. Quién sabe qué tipo de armas escondían entre sus cosas y en medio de un ataque de pánico cualquiera podía convertirse en un asesino. Solo había dos formas en las que todo podía acabarse: o saliendo de allí o con una carnicería.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Namjoon volteándose hacia la cama. Estaba sentado en el suelo con la laptop en el regazo mientras Jin miraba el techo recostado.

—No lo sé.

—¿No crees que deberíamos retirarnos? No lo sé, llamar al NIS y decirles que pueden irse a la mierda.

—No podemos arriesgarnos a algo así, Joon.

—Te pido que por un segundo te detengas y lo pienses, ¿vale? —dejó la laptop en el suelo y se subió a la cama para poder mirar al mayor a los ojos—, ¿realmente vale la pena todo esto si lo único que conseguimos es hacernos daño? No estás bien, Jin.

Quizás por complacerlo, Seokjin de verdad se quedó en silencio unos segundos, pensando profundamente o al menos pretendiendo hacerlo. Al final resopló.

—Si te soy honesto no sé muy bien cómo reaccionar. En estos años he progresado mucho y aprendido muchas cosas pero no puedo simplemente eliminar veinticuatro años de costumbres en poco tiempo —confesó sin fijarse en él. Podía ver el dolor en su mirada, por recordar, seguramente—. No fui configurado para ser una persona normal, aunque lo intento, mi prioridad siempre termina siendo la misión.

—Pero ya no eres un agente, cielo —murmuró el menor como si a un niño intentara convencer con sus palabras.

—Lo sé, esa es la peor parte. Es como que inconscientemente quiero volver a serlo.

Dudaba que en serio quisiera ser un agente de Noir de nuevo. Aquella organización era la fuente de todas sus pesadillas. Más bien le parecía a Namjoon que estaba tan acostumbrado a esa vida que no sabía muy bien cómo vivir una normal. Le hacía pensar en si acaso había estado ocultándole cosas o pretendiendo en todo el tiempo que había pasado desde su salida; después de todo, Jin era un experto en actuar.

Lo conoció siendo un amable barista y ahora lo veía en la faceta de un empresario exitoso. Todos los papeles que tomaba siempre los tragaba a la perfección, tanto que hasta parecía transformarse en otra persona cuando los tomaba.

OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora