Clave #14

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Aquella mañana la atmósfera a su alrededor era un tanto extraña; muy temprano por la mañana escuchó a Seokjin pelear con su padre por teléfono sobre algo que no fue capaz de comprender del todo en lo que intentaba por milésima vez descifrar los códigos de Daehyun. No había mucho caso, por supuesto, podrían sentarse los dos juntos frente a la computadora por horas intentando hallarle un sentido a las letras y los números en pantalla pero realmente dudaba que consiguieran algo por sí solos.

Una vez su novio terminó con su llamada pasaron algunas horas en completo silencio, mientras parecía que el mayor cavilara o considerara sus opciones. Lo vio tan metido en sus pensamientos que ni se le ocurrió interrumpirlo o hablarle; Jin parecía estar formulando un plan.

Cuando el silencio comenzó a volverlo loco, Namjoon se puso de pie y dejó la laptop sobre la cama, con la idea de distraerlos a ambos de la tarea que tenían pendiente, pero no fue necesario, pues unos golpecitos a la puerta lo detuvieron en sus pasos hasta Seokjin que se miraba el rostro en el espejo del baño como si creyera que hallaría respuestas en su propio reflejo.

El mayor de los dos se alejó al instante del lavabo y se acercó a la puerta sin preocuparse por ver de quién se trataba. La abrió de un tirón y permitió que Jungkook ingresara rápidamente antes de volver a cerrar la puerta con todos los cerrojos posibles. Con casi veintidós años y aun cumpliendo con su trabajo en Noir, el chico tenía un físico envidiable y sus facciones se habían afilado bastante en los años que habían pasado.

Cualquier rastro de inocencia o pureza había desaparecido, Jungkook, vestido con unos jeans y una camiseta negra, era un hombre. Aunque sonara sin sentido, la cicatriz en su mejilla izquierda parecía un poco más acentuada que antes, cuando era de una herida de su niñez y no algo reciente.

—Hyung, vine en cuanto supe —informó acercándose a Jin para darle un fuerte abrazo. Desde que el mayor había salido de la organización habían empezado a ser más cálidos con el otro—. El general no está muy contento, pero quiero ayudar.

¿Ayudar? ¿Ayudar con qué?

—Me vale lo que diga el general, aparte no te retendremos por mucho tiempo, lo prometo —respondió Seokjin invitándolo a sentarse junto a Namjoon en la cama. Jungkook le sonrió a modo de saludo.

—No me dijiste que traerías a Jungkook.

—¿No lo hice? Se me habrá escapado —admitió Jin inclinando la cabeza a un costado en su propia confusión—. He pedido que Jungkook viniera para que nos ayude a robarle a Daehyun su cuaderno con los códigos, si es que existe. Quiero que acabemos con esto lo más pronto posible.

—¿Y cómo haremos eso, exactamente? —preguntó Namjoon enarcando una ceja. Era muy fácil hablar de conseguir robar algo importante como eso sin tener garantías de nada o una forma efectiva de hacerlo.

—Para empezar necesitamos saber cuándo estará Daehyun en la empresa, lo que depende de ti, Joon. Hackearás el sistema para ver qué días suele reportarse a la oficina —explicó el mayor lanzándole una ojeada antes de voltearse hacia Jungkook—. Jungkook pretenderá ser mi guardaespaldas. Iremos con la excusa de que quiero reunirme con Jeonghan. En un descuido, Jungkook robará la libreta. Fácil.

—¿Tienen la certeza de que tal libreta existe? —dijo Jungkook no sonando muy convencido. Era evidente que al igual que Namjoon tenía sus dudas.

No es que no confiara en Seokjin pero el plan parecía tan descuidado que no parecía haber sido formulado por él. Normalmente el mayor sería más preciso y metódico, no se arriesgaría a algo sin estar seguro de que tendrían éxito. Quizás era su desesperación por salir huyendo, pero era preocupante que bajo el estrés estuviera manejando mal las cosas. Lo peor de todo es que realmente no podía decirle nada, porque Namjoon no tenía ningún plan mejor que ese.

OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora