OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}

Clave #23

A ninguno de los dos le sorprendió que Daehyun no pudiera rastrear a quien efectuó la llamada. Cuando el hacker se lo anunció a Jeonghan solo escucharon al hombre gritar una vez por la frustración, pero lo siguiente de su conversación con el chico se dio a sotto voce, evidentemente para evitar a cualquier curioso.

Cuando se efectuó aquel anuncio, ocurrió lo inesperado.

Jeonghan los dejó a todos volver a casa. Ninguno podía creérselo e incluso si estaban contentos no lo demostraron, pues les parecía algo de lo más extraño e incluso poco característico del CEO, pero tampoco se quejaron. Ante sus miradas inseguras, el hombre les explicó que evidentemente ninguno de ellos era el traidor y que debían buscar al culpable de todo en otro lado, por lo que les ordenó que se mantuvieran quietos en sus casas hasta que las cosas se calmaran.

Claro que también les recordó que Daehyun estaría investigando todo a fondo y que no se descuidaran, más aún si alguno en verdad resultaba ser la rata.

Aunque no estaban del todo convencidos de ello, la verdad era que el permiso les veía como anillo al dedo. Si podían salir de la mansión quería decir que podían ir a las oficinas del NIS para entregarles el maldito audio y finalmente volver a sus vidas normales, para olvidar todo como si nunca hubiera ocurrido.

Cargaron con sus pocas pertenencias lo más rápido que pudieron y fueron unos de los primeros que salieron por la puerta de la mansión en dirección a sus vehículos. Ya estaban sentados en sus respectivos lugares cuando alguien se interpuso en el camino.

Era un hombre en sus treinta y tantos, de cabello oscuro y despeinado con unos poco comunes ojos claros. Lo reconocieron como uno de los socios de Jeonghan, pero realmente no sabían cuál era su nombre o al menos ya lo habían olvidado. Sin intenciones de arrollarlo, Seokjin tuvo que parar el carro y el hombre rápidamente se subió al asiento trasero y cerró la puerta antes de que alguien pudiera verlo.

—Eres el hijo de Taehyun, ¿no? —preguntó el caballero sin más dilación. Namjoon casi se desnuca al girar la cabeza para mirarlo—. Taehyun me pidió que te dijera algo.

—¿Eres el esposo de mi madre?

—El mismo.

—Eres un poco joven para ella, ¿no? —señaló Namjoon echándole otra ojeada. Fácilmente era siete o diez años más joven que su madre.

—Eso no importa ahora. No tengo demasiado tiempo y prometí que te daría un mensaje —se apresuró—. Taehyun quiere que sepas que tu hermano está a salvo.

—¿Qué? ¿Taehyung está con ella? —exclamó Jin de repente interesado en la plática. El esposo de Taehyun lo chitó para que no hablara tan fuerte.

—No sé los detalles, solo me ha pedido que te dijera que pase lo que pase, Taehyung está bien y que cuando todo acabe, los contactes a este número —explicó sacando un trozo de papel del bolsillo para entregárselo—. Ahora tengo que irme antes de que Lee se dé cuenta de esto. Es muy sospechoso que estemos hablando así.

El tipo bajó del auto y cerró la puerta, pero Namjoon sacó un brazo por la ventana para tomarlo de la manga de la camisa, evitando que pudiera alejarse.

—Gracias por esto, err...

—Im Jungwoo. Cuídate mucho, Namjoon.

Casi al trote, Jungwoo fue hasta su propio vehículo y se marchó a toda velocidad; no dudaba ni por un segundo que el hombre planeaba ir a esconderse por el resto de su vida. Cualquier negocio que pudiera tener con Jeonghan no valía la pena si podía costarle su propia vida o la de su familia. Sin querer le cayó algo bien y se preguntó cómo un hombre así terminó inmiscuido en unos asuntos tan oscuros.