OPERATION: Decode | JinNam {Binary Code #2}

Clave #26

Sabía que era arriesgado, pero tenía que utilizar los siguientes segundos con sabiduría. Estaba seguro de que no tendría otra oportunidad para hacer lo que tenía en mente así que aunque intentarlo le terminara costando, no le quedaba de otra. Mientras Jeonghan seguía inspeccionando el pasillo para intentar identificar el origen del ruido, Namjoon sacó una de sus manos del amarre y tan rápido como pudo sacó el bolígrafo del bolsillo de sus pantalones y volvió a meter la mano entre las cuerdas, pero ahora con el objeto entre los dedos.

Mientras Jeonghan se mantuviera alejado de su espalda, dudaba que notara lo que tenía entre manos. Justo cuando terminó de "amarrarse" de nuevo, el CEO ingresó nuevamente y cerró la puerta, solo que no le echó el cerrojo.

Namjoon giró la parte superior del bolígrafo.

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En los instantes que le tomó formular un plan llegó a una conclusión bastante lógica: seguía algo afectado por los efectos del cloroformo. Quizás habían usado una cantidad demasiado concentrada, porque aunque estaba despierto y lúcido, no se sentía tan rápido como lo era habitualmente, lo que explicaba por qué alguien como Jeonghoon era capaz de hacerle tanto daño en un mano a mano. Ahora que estaba mareado por los golpes en la cabeza quizás sería incluso peor, pero era lo de menos.

Una vez eso estuvo fuera del camino y vio su orgullo reconstruido fue que tuvo una idea. No parecía la más brillante de las ideas, pero estaba satisfecho con ella.

Justo cuando el menor estuvo a punto de golpear de nuevo su cabeza contra el suelo, Seokjin usó toda la fuerza que fue capaz de encontrar en sí mismo para asestarle un golpe en la mandíbula con el codo. Jeonghoon cayó hacia atrás con un quejido de dolor y el ex agente aprovechó la oportunidad para ponerse de pie. Aún se sentía mareado y mientras más movimientos bruscos hacía la cosa solo parecía empeorar, pero no tenía tiempo para preocuparse por ello.

Lo más lógico hubiera sido salir al pasillo para buscar a Namjoon, pero el hijo del CEO aún contaba con la llave que cerraba la puerta. No podía simplemente echarla abajo por el simple hecho de que se abría hacia adentro y antes de que pudiera abrirla, tendría al muchachito de nuevo sobre él. Tendría que quitarle la llave, fuera como fuera. Trató de respirar para que más oxígeno llegara a su cerebro y calmara las náuseas, pero solo consiguió sentir el dolor punzante en las costillas por los golpes de unos momentos atrás.

Una cosa estaba más que clara: no saldría de ese lugar en una pieza.

El menor se levantó del suelo sobándose la mandíbula con una mano; parecía más irascible que antes. Seokjin ya conocía su modo de actuar y no permitiría que la situación se repitiera, fuera como fuera. En esta ocasión no conseguiría dominar la pelea. Estaba totalmente seguro de ello. Había peleado en su vida contra gente mucho más peligrosa y hábil que aquel niño mimado.

Ya no intercambiaron palabras. Supuso que ambos habían dicho ya todo lo que tenían que decir y si era honesto, así era mejor: no tenía tiempo que perder en los monólogos de alguien cuya existencia no podía interesarle menos.

Siendo obviamente el menos herido, Jeonghoon fue el que dio el primer paso. Jin logró de alguna forma esquivar todos sus golpes, aunque la mayoría no sin que sintiera los nudillos del menor rozarle la piel. Estuvieron así por un rato, sin que él intentara atacar en lo absoluto, esperando su oportunidad para hacer lo que tenía en mente.

Perdiendo la paciencia y los estribos, Lee Jeonghoon intentó darle un puñetazo con todas sus fuerzas en el rostro, pero fue un golpe de lo más sencillo de evitar y la inercia lo hizo trastabillar y finalmente perder el balance. Aprovechó aquello a velocidad de vértigo y con un pie lo empujó en dirección a la silla de metal, haciendo que cayera de bruces a los pies del mueble soldado.