Mystery

22

Chanyeol salió de la pequeña tienda, revisando las bolsas para comprobar que no le faltara nada. Jongin le había pedido una sopa de fideos celofán para el almuerzo y Chanyeol había accedido. Después de todo, la comida era una de las pocas cosas con las que él podía ayudar.
Estaba consciente de su incapacidad para usar un arma o para conducir en una persecución, pero ahí estaba, dispuesto a dar la vida por su novio y por su mejor amigo.

Dio un brinco al ver como un auto policial pasaba a toda velocidad frente a él y su corazón comenzó a palpitar terriblemente rápido al ver de qué dirección venía.
Apretó su agarre en las bolsas y corrió lo más rápido que pudo hasta llegar al negocio de Donghae.

Soltó todo lo que había comprado al ver el desastre en que se había convertido el lugar.
Polvo por todos lados, una malla rota y un enorme espacio vacío. Todo rodeado por policías y acordonado para que nadie pudiera pasar. Su corazón palpitó aún más rápido al ver a la ambulancia estacionada en la entrada. Se acercó para tratar de ver a quién atendían, pero un paramédico le impidió acercarse.

—Por favor, déjeme ver a la persona herida.

—Señor, retírese del área.

—Por favor, sólo quiero ver de quién se trata.

—Retírese.

Un enorme nudo en la garganta del más alto impidió que siguiera rogando, así que retrocedió un poco hasta estar a una distancia prudente. El paramédico cerró las puertas de la ambulancia y segundos después se alejó del lugar produciendo el típico sonido agudo.
Chanyeol quería tragar la saliva inexistente de su boca, pero su garganta se rehusaba. ¿Ahora qué demonios haría?

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—Caminen, rápido.

Jongin dobló en un callejón. Frente a ellos, lo único que había era un par de contenedores de basura y un teléfono público.

—Tenemos que llamar a Chanyeol, entrará en crisis nerviosa cuando vea el lugar. —dijo Kyungsoo.

—¿Traes dinero? —Sehun se acercó a Jongin con las cejas alzadas.

El moreno revisó sus bolsillos y asintió. Sacó un par de monedas y las introdujo en la máquina.

—¿Alguien se sabe el número de Chanyeol?

Kyungsoo se acercó y comenzó a teclear el número. Se alejó un poco y observó como Jongin pegaba la bocina del teléfono a su oreja.
El moreno golpeteaba la uña de su dedo índice contra la cabina telefónica con impaciencia, escuchando el pitido constante. Jongin azotó la bocina del teléfono fuertemente. Chanyeol no contestó.

—Tenemos que avanzar. Luego llamaremos a Chanyeol.

Kyungsoo estaba a punto de cruzar a la acera de enfrente cuando un auto policial se estacionó frente a los tres hombres, asustándolos.
La puerta del copiloto se abrió dejando ver a Yixing al volante.

—Suban al maldito auto. —Los tres hombres le observaban sin mover ni un sólo músculo—. ¡Ahora!

Jongin intercambió miradas con Kyungsoo antes de obedecer. El primero en entrar al asiento trasero fue Sehun. Jongin tomó el lugar del copiloto y Kyungsoo no tuvo más opción que sentarse junto al más alto.
Una vez que todos estaban dentro del auto, Yixing arrancó sin decir ni una sola palabra.

—No puedo creer que no hayas confiado en mí, Kim Jongin. —Yixing mantenía la vista sobre la carretera—. Pude haberlo esperado de cualquiera, menos de ti. —Jongin desvió la vista hacia la ventanilla.

—¿Cómo nos encontraste? —Kyungsoo frunció el ceño.

—La policía dio la orden de recorrer la ciudad hasta encontrarlos. Me uní a la búsqueda con la esperanza de encontrarlos primero. —Echó un vistazo por el retrovisor—. Ahora díganme, ¿qué debería hacer con ustedes? Tengo a dos asesinos peligrosos y a un oficial cómplice en los asientos de mi auto.