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El estrés lo estaba acabando. En definitiva debía tomarse unas vacaciones pronto.
Salió del edificio en donde pasaba catorce horas de su día, sentado frente a un escritorio tecleando y pasando números de cientos de papeles al aburrido y tedioso sistema de la empresa.
Ansiaba poder llegar a casa, besar a su esposa y hablar un rato con su precioso hijo. Si bien el bebé aún no había nacido, Sehun sabía que sería hermoso.
Su esposa debía heredarle su espectacular belleza y si no era asi, él también podía darle un buenos genes a su futuro hijo.
Subió por el ascensor y al escuchar la pacífica melodía que sonaba por los altavoces, meneó su cabeza al compás de la misma. Pensar en la hermosa familia que tenía, lo ponía de buen humor. Faltaban sólo dos meses para que su bebé naciera, Sehun e Hirina habían comprado todo. Peluches, ropa, juguetes y una hermosa cuna eran parte de la habitación del fondo de su departamento, esperando al bebé que Hirina llevaba en su vientre.
El ascensor se detuvo en su piso y él caminó hasta la puerta de su hogar. Se sorprendió cuando notó que la puerta estaba abierta, asi que entró asustado buscando a su linda esposa. Sus nervios se calmaron al sentir el agradable olor del arroz, que de seguro su esposa estaba cocinando.

—¡Amor, estoy en casa! — dejó su portafolio sobre la mesilla de la sala. Su esposa no le respondió, por lo que decidió ir a verla a la cocina.

Jamás imaginó encontrarse con lo que estaba frente a él.
¿Qué había hecho para merecer esto?
Su corazón comenzó a latir sin control. Un par de lágrimas rodaron por sus mejillas y un grito de dolor salió de su garganta.
Su esposa yacía en el suelo de la cocina, rodeada de sangre. Su vientre había sido cortado y el feto de su futuro bebé posaba en el pecho de Hirina. Un cuchillo atravesaba a ambos, como si fueran un par de guisantes en un tenedor.

Sehun cayó de rodillas, con el dolor brotando por cada poro de su cuerpo. Gateó hasta llegar al cadáver de su esposa, tomó su cabeza entre sus manos y la contempló con lágrimas en sus ojos.

Tenía los ojos abiertos, los labios púrpura y la nariz rota. Recargó su frente en la de su esposa y lloró.
Lloró fuerte y con dolor. Acababan de quitarle a los dos seres más preciados que tenía en su vida. Su dolor era infinito y su llanto cada vez era más fuerte por lo que llamó la atención de los vecinos.

El primero en entrar fue Jongdae. Él vivía en el departamento de a lado, junto a su novio Minseok. Ellos eran muy buenos amigos del matrimonio Oh, por lo que siempre estaban al pendiente de Hirina y su embarazo. Al escuchar los gritos de Sehun, Jongdae no dudó en ir a ver lo que sucedía.

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La policía acordonó el edificio. No había rastros del asesino en las cámaras de seguridad, nada de huellas y ni hablar de testigos.

Sehun estaba desconsolado. La policía no dejaba de interrogarlo, insinuando que posiblemente él era el asesino.

—¿Están dementes? ¡Ese hombre amaba a su esposa! ¡Ambos esperaban ansiosos a su hijo! ¿Cómo pueden siquiera insinuar tal atrocidad? —Minseok estaba incrédulo y muy enfadado. Él había sido testigo de todo el amor que Sehun le tenía a Hirina y le daba cólera lo que la policía estaba haciendo.

—Sólo hacemos nuestro trabajo. Existen casos en donde los esposos sufren trastornos psiquiátricos y matan a su pareja. No me sorprendería si este fuera uno de ellos.

Minseok estaba a punto de golpear al oficial pero Jongdae lo tomó por la cintura, impidiéndolo.
Sehun descansaba en una ambulancia, perdido en sus pensamientos.
¿Quién habrá hecho eso? ¿Por qué?
Sehun siempre ha sido una persona humilde. Ayuda a quien lo necesita aunque él lo necesite más. Hirina era el doble de bondadosa, eso es una de las cualidades por las que Sehun se enamoró de ella. Él la amaba con todo su corazón y estaba seguro de que no había persona en el mundo que pudiera odiarla.

El pobre Sehun estaba equivocado.

Los oficiales a cargo de la investigación caminaron hacia Sehun para interrogarlo

—Oficial Kim —un oficial de menor rango se acercó a Jongin—, encontramos esto en la escena del crimen.

El oficial extendió una pequeña bolsa plástica con un collar dentro. Sehun vió aquel objeto y saltó de la camilla. Le arrebató la bolsa y la contempló dolido. Su cara se contrajo y comenzó a llorar fuerte.

La semana pasada fue el cumpleaños de su esposa, asi que le obsequió ese collar. Ella estaba encantada con la pieza y le prometió jamás quitársela.
Su respiración se entrecortó y tambaleó un poco, pero antes de caer, el oficial Jongin lo sostuvo.

—Señor, será mejor que regrese a la ambulancia. Necesitamos que se tranquilize para poder hacerle un par de preguntas.

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—¿Tenía usted motivos para estar enfadado con su esposa? — el oficial Yixing contemplaba al pelinegro tratando de hacer que hablara —. Señor, necesito que conteste mis preguntas.

El silencio se apoderó de la habitación. ¿Cómo podían siquiera preguntarle eso a Sehun? Era inhumano. No respetaban su dolor y eso lo incrementaba.
Yixing inhaló sonoramente y golpeó su puño izquierdo en la mesa.

—¡Contesta, Sehun! ¡Tu silencio provoca que seas el principal sospechoso!

—¡Oficial Yixing! — un pequeño hombre de traje reprendió al mencionado —. Salga de esta habitación, ahora.

—¡Este es mi caso! ¿Quién es usted para venir a darme órdenes?

—Soy Do Kyungsoo, detective y psicólogo de la APSN*. Ahora lárguese.

Yixing salió cabizbajo de la habitación, de seguro tendría problemas por haberle gritado a su superior.
Kyungsoo caminó hasta la mesa y se sentó en el lugar que era de Yixing.

—Lamento tu pérdida, Sehun. Sé que es muy doloroso para ti —no obtuvo ningún tipo de respuesta —. Estoy aquí para ayudarte. La policía cree que eres el asesino de — Sehun lo interrumpió.

—Eso es mentira.

—¿Cómo puedo creerte? —Sehun levantó la cabeza y lo vió a los ojos.

—Yo amaba a mi esposa, más que a nadie en el mundo.

—Tal vez sentías celos por el bebé, creías que — un grito volvió a interrumpirlo.

—¿Cómo tendría celos de mi hijo? ¡Ni siquiera había nacido! — comenzó a llorar —. Ahora no podré verlo. Ver sus primeros pasos o escuchar sus primeras palabras.

Kyungsoo lo observó detenidamente, registrando todos los gestos de Sehun en su mente y analizando muy bien la situación.

—¿Sospechas de alguien? —Sehun negó —. ¿Qué harás ahora?

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Luego de una charla extensa con los oficiales y el juez, se determinó la libertad de Sehun por falta de pruebas y se estableció que se le daría un apoyo económico respetando su luto, con un límite de cinco meses. Kyungsoo se ofreció a llevarlo a casa pero recordó que el lugar estaba acordonado asi que lo dejó en uno de los departamentos disponibles en su edificio.

—Vivo exactamente en el piso de arriba, si necesitas algo sólo llama, ¿está bien?

No obtuvo respuesta así que salió del departamento. Sehun se recostó en el sofá, viendo al techo.
En un segundo, su vida se había arruinado por completo y él no pudo impedirlo.
¿Quién habrá hecho esa atrocidad? ¿Por qué lo hizo?
Su motor de vida eran su esposa e hijo, ahora que los había perdido, ¿qué haría? ¿Cómo seguiría viviendo?

Comenzó a llorar con intensidad  hasta que cayó en un profundo sueño.








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(*) Agencia para la Planificación de la Seguridad Nacional

¡Holi! He aquí el primer capítulo. Como podrán ver, es bastante corto, lo siento :c

Gracias por el apoyo y sus lindos comentarios 💕

¡Nos leemos pronto! 😄

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