17

159 16 12
                                    

Jongin estaba asustado. Tenía años sin pisar la sala de interrogatorio siendo él el interrogado. La cabeza le dolía y punzaba, estaba vendada al igual que una de sus manos. Algunas raspaduras y moretones fueron el resultado del accidente.
Luego de recibir atención médica, los oficiales presentes le pidieron ir a la estación para dar su declaración. El moreno no quería, aún no había pensado en qué decir así que mintió con lo primero que venía a su mente.

—No, espera —el oficial sobó sus sienes—, dices que el chico no sabía manejar, ¿correcto? —Jongin asintió—. Entonces, ¿por qué diablos tenía un auto?

—¡No lo sé! —suspiró—. Ya le dije que iba caminando por la calle y el chico me sorprendió en un callejón con un arma. Me obligó a subir al auto y me ordenó conducir hasta Seúl, es lo único que hizo.

—No tiene mucha lógica —murmuró—. Según esto —observó la carpeta entre sus manos— ... eres oficial, precisamente en Seúl, ¿estoy en lo correcto? —Jongin asintió de nuevo—. ¿Qué hacías aquí?

—Hace unas semanas hubo un tiroteo en Jeju. Estuve presente y resulté herido. Mi pierna no sana del todo y la estación me ha reducido la jornada. Estaba aburrido así que terminé mis deberes, tomé el tren y vine para acá. Quería distraerme un poco.

—¿Y dónde está tu boleto? —Jongin entrecerró los ojos.

—¡¿Cómo diablos voy a saberlo?! —gritó. Parecía molesto, pero en realidad lo hacía para disimular sus nervios—. Tal vez quedó en el barranco, no sé. —Se encogió de hombros.

—Está bien, está bien. Una última cosa. ¿Podrías describir al sujeto? Haremos un retrato hablado para localizarlo.

—No vi mucho su rostro. —Sus manos comenzaron a temblar. Eso no lo había previsto.

—No importa, lo que recuerdes está bien.

《Y ahora, ¿qué?》 —pensó.

—Era... moreno, como yo —comenzó a describir al chico—. Tenía... ojos pequeños, labios gruesos y... un feo intento de bigote. Si, un bigote. —Asintió.

—¿Qué más puedes recordar? ¿El cabello?

—Estaba encapuchado, no pude verlo correctamente.

El oficial frente a él suspiró. Se levantó de su asiento y apagó la pequeña grabadora que se encontraba en la mesa.

—Hablaré con el dibujante para que realice el retrato. ¿Podrías venir mañana para confirmar la identidad? —Jongin asintió—. Bien, eso es todo.

El moreno salió disparado de la estación. Estaba frustrado y enojado. ¿Ahora qué diablos haría? Sin celular, sin dinero y sin ningún número en su mente. Ahora creía fielmente que Yixing tenía razón.

《Siempre memoriza el número de las personas más cercanas a ti. Tu maldito celular no siempre estará vivo, tonto.》

La sonrisa ladeada que se había formado en su rostro se convirtió en una mueca de asombro. ¡Recordaba el número de Yixing!

—Necesito un celular. —masculló.

Buscó con la vista algún teléfono público o a alguna persona con un celular. Vio como una chica bajaba de un auto y se acercó decidido a pedirle una llamada.

—Disculpa... —Se acercó a la chica.

—¿Qué haces aquí? ¿Estás siguiéndome? —Wendy se cruzó de brazos. Jongin cerró los ojos y exhaló aliviado.

—Necesito que me ayudes. —La chica frunció el ceño y recorrió el cuerpo del moreno con la mirada.

—¿Qué necesitas?

MysteryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora