Fantasy [Taehyung] BTS

Cap. 27

Sabes que estás totalmente fuera de tus casillas cuando te levantas más antes que suene tu alarma. Y tienes la necesidad de un abrazo y estás completamente solo en tu habitación.

Eran las cuatro de la mañana, me quedé estático mirando el marco de mi ventana y como la luz brillante del sol aparecía en toda esa obscuridad, me puse unos tenis blancos, un pans negro y una sudadera gris. Baje lentamente aquellas gradas de madera tratando de no hacer tanto ruido con mis zapatos.

Fui a la cocina por un poco de agua, encendí la luz y encontré a Jimin en esa obscuridad recostado en la mesa de la cocina tomando agua tan tranquilamente.

Me puse nervioso hemos tenido momentos tan intensos los dos.

—¿A dónde irás? — me cuestiono.

—A caminar un poco al parque. Los veré en el parque —dije sin basilar él me vio detenidamente. Y tan solo tiró una sonrisa y salió de la cocina. Realmente deseaba decirle tantas cosas, pero tenía miedo que alguna palabra que diga mal, eso se vuelva una pelea.

Me quedé mucho tiempo en la cocina pensando en tantas cosas, salí del departamento a las cuatro con cuarenta y ocho minutos, camine tan despacio hasta llegar a la entrada del parque donde me quedé.

Había solo una entrada, sabía que Vernon aparecería.

Y así fue; solo tuve que esperar unos minutos y el apareció.

—Ven —fue lo único que dijo.

—¿Así le hablas a alguien mayor que tú? —le cuestioné. Él solo me vio y no dijo nada. Suspiré profundo, el venía muy arreglado a pesar que solo venía hablar conmigo, su perfume me rodeó la nariz que hasta me hizo toser.

Nos sentamos en una banca. Y estuvimos en silencio, puse mis manos dentro de mi pans para poder calentarlas y tan solo jugaba con una hoja marchita que encontré en la banca. Los dos estábamos demasiados incómodos el miraba detenidamente el cielo y yo al suelo y así fue como pasamos un tiempo en un increíble silencio. Tenía tanto miedo de lo que me hablaría, se miraba demasiado incómodo como yo. Y sin decirnos nada fue como paso una hora y media.

— Lo sé TaeHyung — dijo Vernon cortando el silencio.

— ¿Qué sabes? — le cuestione.

— ¿Te harás el loco? — volvió a decir.

— ¿Qué quieres decir Vernon?

— Bueno, primero déjame hablar y después comenta. No te puedo admitir que ella me gusta tanto, es una chica muy sencilla, hermosa, humilde, muy especial. Pero Jimin es una competencia dura y puedo con eso. Pero me di cuenta de un gran detallé, la forma en que la miras, la forma en la tratas, la forma en que hablas de ella, la forma en que tus celos se sintieron en aquella llamada telefónica sabía perfectamente que no me querías ahí. ¿Pero por qué me llamaste para irla a buscar? ¿Por qué sabías que ella estaba ahí? ¿Qué te pasó ese día en el estacionamiento? ¿Por qué tratas de ocultar tus sentimientos? — dijo mientras me miraba tan fijamente y yo tan solo bajaba mi cabeza — lo sé Kim TaeHyung te enamoraste de la misma chica que tú mejor amigo. Y créeme que eso no se lo deseó a nadie. Y estas haciendo bien en hacerte a un lado ¿Pero por qué no se lo dices a Jimin? — su pregunta me dejó sin muchas palabras en mis labios.

—Seria una traición de mi parte si él se llega enterar que me gusta la misma persona.

— ¿Por qué sería una traición? Nadie puede decidir ante quien escoge nuestros sentimientos.

— Pero solo quiero que hagas esto Vernon, tú puedes hacerlo. ¿Por qué no la enamoras? Hazlo Vernon — dije aunque las palabras que salieron me dolieron tanto, que mis manos comenzaron a temblar de la impotencia que tenía. Pero era lo mejor que podía hacer, Jimin la iba lastimar, sabía que Vernon no sería capaz.

Vernon se quedó callado por un buen tiempo y tan sólo se levantó de la banca y comenzó a caminar. Y quedé ahí, no sabía lo que estaba haciendo. Vernon me había dejado sólo y tan solo me comencé a culpar a mí mismo de todo.

*Con lo que dijiste ya es otra traición a Jimin* dijo una voz en mis pensamientos, desplomandome. ¿Qué clase de amigo era yo? Si soy un asco.

Pasaron las horas y Vernon regresó, era increíble ya casi era medio día y regreso. Tanto él como yo teníamos los ojos tan hinchados. El me miro sorprendido al ver que aún seguía en esa banca. Sé sentó de nuevo y jugando con sus dedos dijo: —No puedo hacerlo TaeHyung — susurró entre sus labios.

— ¿Por qué? — lo cuestioné.

— Ella ama a Jimin. Ella me lo dijo no puedo cambiar el sentimiento, no puedo hacer eso TaeHyung — dijo mientras sus lágrimas caían pero trataba de limpiarlas rápido. — Y aunque ella no tenga a Jimin sé que estás tú, no es que no pueda competir con ustedes, pero destrozar la admiración que te tengo por una chica es algo tonto. Lo hice con Jimin y no quiero que suceda contigo TaeHyung, y además ¿Qué haces aún aquí, pensé que ya no te encontraría aquí? — rió entre lágrimas lo último.

— Vernon — susurré mientras mis lágrimas caían.

— Me tengo que ir. Vi a tus compañeros hace un rato en la entrada — dijo mientras se paraba y comenzaba a caminar. En serio lo iba hacer se va rendir.

— Te vas a rendir — dije mientras me paraba mirándolo a su dirección y Jungkook estaba ahí.

— No quiero competir, no es que no sea capaz. Pero no quiero salir lastimado TaeHyung — dijo y siguió caminando. Me quedé sorprendido.

* Quisiera tener tu misma fuerza y pensar Vernon* susurré en mis adentros y suspiré. Y me dirigí donde Jungkook se había quedado parado extrañado sobre el momento y las palabras que acaba de escuchar.

— ¿Qué haces aquí chiquito? — dije mientras fingía una sonrisa y jugaba con su cabello.

— Nada que chiquito, los chicos ya nos están esperando vámonos. — Dijo mientras me quitaba mi mano de su cabello y comenzaba a caminar rápidamente. Tan solo sonreí y comencé a caminar tratando de seguirlo.

— Oye muchacho — escuche la voz de una señora y voltee a ver. Una señora de un puesto de comida  con su delantal rosa me llamaba — Ven muchacho — dijo mientras me sonreía. Yo sin pensarlo dos veces camine hacia su puesto. —No sé por qué motivo lloras tanto. Pero créeme que esa carita de porcelana se puede descomponer si lloras tanto. Ven aquí muchacho te daré ese abrazo — dijo mientras extendía sus brazos y me apresure a que me diera ese abrazo que tanto necesitaba. —Se fuerte muchacho, sé muy fuerte, que con fortaleza todo se puede — dijo mientras me daba unas palmaditas en mi espalda.