Capítulo 13: Ya estamos a mano PARTE 2.

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Mi grito se queda sonando gracias al eco producido por el silencio que ronda el departamento. Siento la derrota caer sobre mí y prefiero resignarme ante ella, pero las palabras de Harriet me detienen.

-¡ROGER, MI AMOR! –grita y se arroja a los brazos de mi hermano. Él la recibe con sorpresa en su rostro y me lanza una mirada de confusión. Yo le respondo de la misma manera, pero en ese momento, entiendo lo que Harriet trata de hacer y, al parecer, Roger también, porque empieza a hacer lo mismo que ella: actuar.

-¡Harriet, querida! –dice él, abrazándola con fuerza y cargándola. Después, ambos separan sus cuerpos un poco y se miran con tanta ternura, que me quedo con la boca abierta.

-Quería darte una sorpresa llegando a tu trabajo, pero tu jefe me dijo que estarías en casa de tu hermano, así que le pedí la dirección y… aquí estoy -concluye ella, con una gran sonrisa.

-Roger… -dice mi madre, interrumpiéndolos-. ¿Quieres presentarnos?

Roger finge mucha sorpresa y entusiasmo, y alza la voz para que todos lo podamos escuchar.

-Querida familia, diré las cosas con sinceridad y sin rodeos –hace una pausa, para mantener la emoción y todos lo miramos con impaciencia-. Ella es Harriet y es mi novia desde hace, exactamente, un mes –concluye. Después, la abraza y le da un beso en la cabeza. Harriet sonríe y le devuelve el abrazo.

Todos nos quedamos con la boca abierta, admirando a la parejita de enamorados falsa. Se supone que mi expresión debería ser actuada, pero es totalmente genuina. Nunca creí que Roger tuviera esa facilidad para fingir, aunque realmente, debí esperarlo, ya que viene de una familia de actores. Pero Harriet es la que más me ha sorprendido… es increíble la forma en la que lo mira. En verdad, cualquiera que los viera en este momento, pensaría que realmente están enamorados. El brillo en los ojos de ella y la sonrisa juguetona de él, se ven muy reales. Demasiado, para mi gusto.

-¡Harriet! ¡Qué milagro!–digo, entrando también en acción.

-¡Thom! –exclama ella con alegría. Suelta a mi hermano y se dirige hacia mí, para darme un gran abrazo-. Perdón por no avisarte que vendría. Quería darle la sorpresa a Roger –dice, con bastante naturalidad.

-No te preocupes –digo, restándole importancia-. Me alegra mucho verte.

Después, ambos nos soltamos y yo invito a todos a pasar a la sala, para que podamos platicar más a gusto. En menos de un minuto, los tres sofás quedan ocupados.

Roger y Harriet se sientan juntos en el sofá más cercano a la puerta, mi madre se sienta junto a mi padre en el sofá en donde he dormido las últimas noches, y yo termino sentándome junto a Lara, en el sofá más cercano al balcón. Una vez que todos estamos cómodos, Roger le presenta a toda la familia a Harriet. En cuanto todos dicen sus respectivos nombres, empiezan las preguntas.

-Y… ¿cómo se conocieron? –pregunta mi padre, con curiosidad.

-Yo los presenté –digo, con total tranquilidad-. Harriet es una amiga del set. Trabajó importando toda la ropa que utilizamos en el rodaje de la trilogía en la que participé.

-¿En serio? –pregunta mi madre, con asombro.

-Bueno, realmente no nos presentó en persona, pero es cierto que gracias a él nos conocimos –responde Harriet, sonriendo, mientras juguetea con los dedos de mi hermano-. Después de tres años de filmación, Thom y yo nos hicimos buenos amigos. Y cuando tuve que venir a Londres para firmar un par de contratos, Thom contactó a Roger para que me apoyara, buscando un hotel en el cual poder hospedarme.

-Exacto. Fue ahí cuando conocí a la chica más linda del mundo –dice Roger, acercándose peligrosamente al rostro de Harriet. Ella, en lugar de alejarse, se acerca más y sus rostros quedan a tan solo un par de centímetros de distancia.

Thom & Harriet || (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora