{Garçon Riche}

1.8K 115 18
                                    

La oscuridad lo rodeaba, su cabeza dolía por la música que provenía del bar al otro lado de la calle, llamado "The Grown".
Apoyaba su espalda contra la fría pared, el sudor comenzaba a llenar su frente por los nervios. Esto le pasaba siempre.
-Oye, niño.
Giró su cabeza para mirar hacia el lugar de donde venía la voz. Era Roger.
-¿Que quieres?-preguntó al enorme tipo que cuidaba el bar donde esperaba, "NightShip". Era un bar gay ubicado en el centro de Sydney, y en el que más clientes tenía.
-Ya te he dicho que no te quiero aquí- dijo el hombre con cara aburrida.- Le quitas ganancias al bar. Y ni siquiera eres mayor de edad para que te contraten. Si quieres ser un puto aquí debes darle la mitad de tus ganancias al bar. Si no, lárgate.- El hombre se fue sin decir una palabra más.
Felix sabía que no debía estar ahí. Roger se lo había dejado claro decenas de veces con las golpizas que le propinaba, por las cuales no podía "trabajar" en semanas por su aspecto.
Empezó a caminar por las largas aceras, hasta que eligió quedarse en una esquina que parecía bastante transitada. Y sabía que un cliente llegaría pronto, esa manzana estaba llena de bares gay.
-Al fin te encontré, hermoso.-era una voz bastante conocida. Era uno de sus clientes frecuentes. No conocía el nombre del chico, pero sabía que tenía unos 19 años, y que pagaba bastante bien.
-Hola.- respondió Felix subiéndose al auto.
-Te ves bien hoy, no como la última vez.- dijo el rubio a su lado.
-La última vez el idiota del bar casi me mata a golpes por "robarles".
-Debe de ser un imbécil para dañar esa hermosa carita que tienes. Dijo el chico, y agarró su barbilla con nada de delicadeza.

*LEMON*

-Chúpamela- le dijo el chico mirando hacia la calle.
-Estás conduciendo- llamó Felix su atención.
-¿Y? Yo soy el que te pago, solo hazlo.
El más joven se inclinó sobre el pantalón del mayor, desabotonó el mismo y empezó a hacer su trabajo.
Movía la cabeza de abajo hacia arriba, dejando pequeños hilos de saliva cuando se despegaba para respirar, haciendo que el extraño respirara agitadamente.
-Así...- gimió el mayor con sus manos aún en el volante.
Sabía lo que le gustaba al chico, así que lo puso a prueba.
Con su mano masajeaba los testículos del contrario, mientras con su lengua formaba pequeños círculos en la punta de su miembro.

****

Sintió que tomaban la típica curva en la que giraban cada vez que el chico lo llevaba a su casa, que lo hacía saber que debía dejar que el chico se ajustara los pantalones, ya que "nadie debía saber nada", pero Felix no se molestaba en preguntar qué significaba ese "nada".
El chico vivía en el penthouse de un edificio enorme, con toques de dorado en la puerta de la entrada, y dibujos medievales en los marcos de las ventanas. Sabía que este chico le convenía para ganar buen dinero.
Subieron los 13 pisos usando el elevador. Recordaba perfectamente los pasillos y por donde debía ir para llegar al gran apartamento del chico.
El mayor abrió la gran puerta que llevaba hacia la iluminada e igual enorme sala. Tres grandes candelabros colgaban del blanco techo, había canastas con fruta fresca en la mesa de mármol de la cocina, y en el balcón había una piscina gigantesca que reflejaba la luz del interior de la casa.
El rubio dirigió a Felix a su habitación.
-Ponte cómodo, bebé. Ya vuelvo.
El castaño tomó su tiempo para revisar bien la habitación que había visto tantas veces. Había muchas cosas valiosas.
No era el cuarto de un típico chico de 19 años. Las paredes no tenían posters de mujeres desnudas, el escritorio estaba impecable, y no había una sola prenda de ropa debajo de la cama.
Comenzó a mirar el escritorio con curiosidad. Había cuadernos acomodados perfectamente encima de este (de la universidad, supuso Felix), lápices Prisma Color en su caja y en una esquina una identificación...
Felix la tomó y la miró con atención, tenía la foto del rubio en ella.
"Minho Lee, 1998", leyó en esta.
El chico tenía su mismo apellido, y al igual que él, era coreano. Se sorprendió por tales coincidencias.
-Vaya.- dijo el más alto arrebatándole la pequeña lámina.- Eres irritablemente curioso.- el chico se veía enojado- Cuando dije que te pusieras cómodo me refería a que te quitaras la ropa y te acostaras en la cama para coger, no que revisaras mis malditas cosas.
Felix solo parpadeaba lentamente.
-Lo siento- dijo algo asustado por el tono del muchacho, que era mucho más grande que él.
-Olvídalo.- dijo el chico exasperado.- Solo acuéstate.
Felix se sacó la camisa y obedeció.

****

El tal Minho le sacó los pantalones bruscamente.
Felix abrió las piernas y apoyó las manos en el respaldar de la cama, ya que Minho no gustaba de que lo tocaran.
El mismo se quitó el elegante pantalón y la camisa de botones rápidamente.
Minho le sacó la ropa interior a Felix.
El mismo se sentía incómodo en el pasado en estas situaciones, pero había sido obligado a acostumbrarse.
El rubio tomó un condón de su mesa de noche.
-Pónmelo- susurró a Felix.
Este lo tomó y lo abrió con sus dientes, lo posicionó en sus labios e introdujo el miembro del mayor en su boca para que el preservativo lo cubriera completamente. Minho jadeó.
-Prepárate, hermoso.- Felix sabía que la palabra "hermoso" no tenía una gota de sentimiento en ella.
Minho embarró su pene de lubricante, e introdujo la punta en Felix. Al ver que este no tuvo reacción alguna, lo penetró completa y rápidamente. Una y otra vez.
Felix arqueó su espalda, Minho sin duda era su cliente favorito.
El mayor tomó la cadera del otro para tener soporte, embistiéndolo cada vez más fuerte.
Felix ya se había acostumbrado a este tipo de dureza y frialdad durante el sexo. No le sorprendía.
-Voltéate- ordenó Minho al menor.
Felix obedeció, y Minho se recostó en la espalda para seguir penetrándolo con la misma fuerza.
Minho nunca se iba con rodeos ni placer, aveces le pedía a Felix que gimiera, y él lo hacía desganado. Pero a los 20 minutos ya se había corrido dentro del condón.

****

Quedaron ambos recostados en la cama del rubio, en un silencio totalmente incómodo.
-Así que...-comenzó a decir- Tu nombre es Minho Lee.
El rubio sonrió.
-Si.-dijo- No quería que lo supieras, pero no se puede devolver el tiempo. Solo te voy a pedir que no le digas a nadie de... esto.
Felix hizo como si estuviera cerrando su boca como un zipper. Minho sonrío.
-¿Me contarías más sobre tí o no eres de ese tipo de persona?
-No...- Minho quería que el chico entendiera que solo lo quería para sexo.- Pero puedes decirme tu nombre, y edad si quieres.
Felix pensó por un momento.
-Christopher Lee, tengo 18.- Felix siempre mentía sobre su edad, era raro que cambiara su nombre, pero aún no le tenía suficiente confianza a su cliente.
Minho lo miró.
-¿También eres coreano?-preguntó.
-En efecto- respondió Felix.
Minho asintió y se levantó.
-Vístete, te llevare al bar.

Hello ;~) Espero que el inicio de este proyecto sea de su agrado, y que me ayuden a compartirla para que muchas personitas más la lean. Recuerden: stan stray kids, stan talent ;)

«THE WISH»†|Stray Kids|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora