{Kiss}

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Después de que Minho terminara de arreglarse, comieran pizza, y se lavarán los dientes, estaban subidos en el auto del mayor, escuchando a la artista favorita de Minho, Lady Gaga.
-No sé cómo escuchas esa música, Minho.- dijo Felix torciendo los ojos, mientras escuchaban Poker Face.
-Tu no aprecias el talento de Joanne.- dijo fulminándolo.- Tienes un maldito complejo de activo... Escuchas Coldplay, Sam Smith y música electrónica.
Felix rió.
-No soy activo.
-No digo que lo seas, digo que pareces uno.- Frenaron en un semáforo en rojo.- Todo tu comportamiento... Es totalmente de un activo.
El resto del viaje transcurrió un poco incómodo. Después de que habían hablado de esos temas, no se sentían nada cómodos el uno con el otro.
Habían transcurrido 20 minutos de música de Lady Gaga, cuando por fin Minho estacionó al frente del "hotel" de Chan.
"Maldición." Se dijo Felix en su cabeza.
Era el mismo apartamento donde él y Chan habían tenido relaciones.
-Ya llegamos.- dijo Minho bajando del auto y cerrando la puerta.- ¿Vas a bajar?
Felix se había quedado embobado viendo la casa. Le traía demasiados recuerdos.
Bajó del auto y cerró la puerta con manos temblorosas.
-Vamos...- dijo Felix caminando detrás de Minho, hacia el apartamento de Chan. Este abrió la puerta antes de que tocaran.
-Hola, amor.- dijo Minho abrazando a Chan por los hombros.
Felix estaba apunto de vomitar. Se limpió los zapatos en la alfombra y entró a la casa; era exactamente como la recordaba. Los sillones azules, paredes grises, candelabros dorados. Todo era igual.
-Hola, Felix.- dijo Chan entrando a la cocina, sin mirarlo.- Tu cara luce bastante mejor.
Felix no sabía si había sido un chiste. Las vendas aún cubrían su ojo inflamado y los cortes en la ceja y el labio.
-Hola, gracias.- fue lo único que se le ocurrió decir.
-¿Quieren comer algo, o quieren entrar al jacuzzi primero?- Bang Chan salió de la cocina y le entregó una Coca Cola a cada uno. Se sentó al lado de Minho.
-Creo que será mejor entrar al jacuzzi primero, para no tener que esperar para entrar después. ¿No, Felix?
Felix se había quedado pensando por un momento, y no había oído nada de lo que habían dicho.
-Ehm, si. Supongo.- dijo bebiendo de su Coca Cola.
-Ok, entonces vamos.- dijo Chan levantándose del sillón.
Abrió la cortina azul oscuro al final de la sala, detrás de esta había una puerta corrediza de vidrio, que daba al balcón, sobre el cual estaba el jacuzzi. Y bajando unas escaleras, estaba la gran piscina. Desde el balcón se notaban miles y miles de estrellas en el cielo.
Felix miró todo aquello. Cuando había estado ahí Chan no le había enseñado nada de eso. Era muy hermoso.
-Les traeré bañadores. Tengo unos mil.- dijo Chan, entrando a su cuarto.
-Es hermoso, ¿no lo crees?- esta vez Minho hablaba.
-Si, lo es.- respondió Felix, bastante cansado y adolorido. Solo quería entrar al bendito jacuzzi para relajarse.
-Aquí tienen.- Chan entregó un bañador a Minho y otro a Felix, con colores verde y azul, respectivamente.- Iré a comprar unas cosas. Si quieren pueden entrar y relajarse un poco.
Los otros dos asintieron
-Bueno, entraré al vestidor.- dijo Minho a Felix.- Puedes sentarte en una de las sillas.
Entraron al balcón. Primero estaba el jacuzzi, a los lados de este había unas sillas declinables, que Felix supuso eran en las que Minho le había indicado sentarse, y en la esquina el "vestidor", que era un pequeño cuarto en forma cuadrada.
Se recostó en una de las sillas, contemplando las estrellas.
-Ya puedes cambiarte.- dijo Minho saliendo del vestidor, y entrando lentamente al jacuzzi.
Felix pensó que Minho lucía sumamente atractivo. El cabello mojado, abdomen desnudo... todo de él era sumamente lindo. Quizo saber si en verdad gustaba de él, como decían sus hermanas.
Sacó esos pensamientos de su cabeza, y caminó hacia el vestidor para ponerse el bañador.
Se miró al espejo. Miró las vendas que rodeaban su rostro, se veía bastante horrible. Decidió quitárselas, la inflamación de su ojo había disminuido impresionantemente y su ceja y labio habían dejado de sangrar por fin.
Cuando salió del vestidor, Minho seguía ahí, metido en el jacuzzi, mirando a las estrellas. Felix decidió entrar también, lentamente, ya que le dolía la mayor parte del cuerpo.
-¿Ya no te duele?- dijo Minho señalando su ojo descubierto.- Ya se ve mucho menos inflamado.
-Solo me duele cuando parpadeo.- dijo el chico tratando de cubrirse el ojo. Se había arrepentido de quitarse el vendaje, de seguro se veía horrible con el ojo así.- Pero... Sí, creo que ya está mejor.
Minho salió del jacuzzi por un segundo, para ir a la cocina y traer más Coca Cola. Se sentó al lado de Felix cuando volvió.
Miraron las estrellas por un largo rato. Eran pasadas las 12 media noche, así que estas brillaban más que nunca.
-¿No crees...- comenzó a decir el mayor.-...que el destino puede ser extraño a veces? Quiero decir, a veces esperas algo, y en cambio te manda algo completamente distinto.
-Hablas del destino como si fuera una persona o algo así, Minho.- dijo Felix bebiendo de la lata y sonriendo por el comentario.
-Yo... creo que el destino es lo único que nos mantiene aquí. O más bien la curiosidad de qué pasará con nuestras vidas mientras el destino transcurre. Por eso hay gente a la que le gusta vivir. Espera que cosas buenas pasen en su vida, piensan con positivismo.
-¿Y que quieres decir con lo de "a veces esperas algo, y en cambio te da algo diferente? ¿No esperabas a alguien como Chan, o Jimin...?
-Estoy hablando de ti, Felix.
Este apartó su vista de las estrellas para mirar al mayor.
-¿A qué te refieres?- A Felix le temblaba la voz.
Minho cada vez se acercaba más a él, apoyando un brazo en el borde del jacuzzi.
-Me refiero a que...- sus rostros estaban ya a pocos centímetros de distancia.- Con todo lo qué pasó entre nosotros, como te traté en el pasado... ¿Quién diría que tú serías la próxima persona de la que me enamoraría?
Felix respiraba agitadamente, Minho estaba demasiado cerca.
-Hyung, yo...
-No me digas hyung, Felix.- tomó la mano de este.- Quiero ser mucho más que eso.
Los labios de Minho eran suaves y cálidos, y besaban hábil y suavemente los de Felix.
El mayor hizo todo lo que había soñado hacer. Utilizó su lengua, dientes y labios durante todo el beso, dando pequeños mordiscos cuando se le daba la oportunidad.
Felix se sorprendió ante la acción de su hermano, pero no se apartó. Sus labios eran suaves y delicados, pero fuertes y penetrantes. Acarició su cabello, cintura y espalda, haciéndolo sentirse seguro. Sus manos se entrelazaron, y sus pechos se tocaron, mientras sus bocas se fundían en el ardiente beso.
Se separaron después de un largo tiempo. Sus respiraciones agitadas se sentían en el rostro del contrario, sus labios habían quedado rojos he hinchados, sus manos se entrelazaban y sus pechos se tocaban, haciendo que pudieran sentir sus corazones al latir rápidamente. No podrían estar más cerca uno del otro.
Felix se apartó de Minho lentamente.
-Minho, esto no está bien. Yo...
-¿Porqué no estaría bien?- preguntó el mayor antes de que pudiera decir algo más.
-Tu estás con Chan, ¿lo olvidas?- Felix se veía molesto.- Sé qué no lo amas, porque lo engañaste conmigo, pero él no se merece algo así. No merece que lo lastimen.
Minho lo miró.
-¿O sea que yo si merezco que me lastimen?- preguntó el mayor.- ¿Crees que no me contó que se acostó contigo también?
Al menor le temblaron las manos. ¿Como había podido Chan hacerle algo así?
-¿Y tú le dijiste también?- preguntó enfadado.
-No pude hacerlo.- dijo el mayor apartándose.
-¡Tienes que hacerlo ahora, Minho!- subió un tono de voz.- ¡Debe de estar hiriéndose el mismo! ¡Hiriéndose por haberte engañado cuando tú también lo hiciste! ¡Y lo tuyo no fue solo de una vez!
Minho había comenzado a llorar.
-Lloró cuando me lo dijo.- mencionó Minho suavemente.- No pude decirle en ese estado, lo hubiera dejado peor...
-¿Y ahora te preocupas por él?- dijo Felix.- ¿Te preocupas por él cuando lo engañaste más de una vez? Eres un hipócrita, Minho.
Felix comenzó a salir del jacuzzi, no quería hablar con el mayor en ese momento.
-Felix, vuelve.- rogó Minho.- Se que lo engañé y sé que estuvo mal, ¿ok? Le diré apenas llegue.
Felix paró en seco y se volvió hacia su hermano.
-No puedes decirle que fue conmigo.- dijo, caminando hacia el agua de nuevo.
-¿Porqué no?- dijo Minho con voz cortada.- Nada más le diré qué pasó cuando vivías en Sydney...
-No puedes.- dijo mirándolo a los ojos. Su corazón latía fuertemente.
Minho se dió cuenta de lo que pasaba.
-Ya entiendo.- dijo saliendo del agua.- Te gusta Chan.
Felix se sentía como la peor persona del mundo. Iba a ser la razón por la que Minho y su novio terminarían, y ahora que Minho gustaba de él, Felix realmente quería estar solo, así que tendría que rechazarlo. Todo iba a ser un desastre.
-Yo siento algo... por él.- dijo Felix.- Lo siento, Minho.
Él miraba a las estrellas.
-Nunca creí eso.- dijo riendo tristemente.- Creí que solo lo habían hecho, no que se enamoraron.
Felix suspiró.
-Bueno yo...- caminó hacia la baranda del balcón para pararse al lado de Minho.- Yo soy el que cree estar enamorado de él, pero no sé si él siente en realidad algo por mí.
-¿Porqué piensas eso?
-Parece bastante enamorado de ti.- dijo sonriéndole.- Creo que... tal vez lo que yo sienta es solo porque por una vez en mucho tiempo, alguien me trató con ternura y respeto, supongo.
-Si, él es bastante tierno en... esas situaciones.- sonrió Minho.- No le diré que lo engañé contigo, pero sí que lo engañé. Como dijiste, no puede pensar que solo él cometió un error, cuando yo lo hice también.
-Ahora que hablamos de sentimientos.- dijo Felix.- ¿En realidad gustas de mí?
Minho se sonrojó.
-No lo sé, sinceramente.- rió.- Creo que eres lindo y que eres una buena persona... Y quiero recompensarte todo lo que te hice. Pero en este preciso momento... no podría decírtelo.
Felix asintió, con eso le bastaba.
Escucharon como la puerta del apartamento se abrió. Era la hora de la verdad.
-¿Listo?- dijo Felix dándole golpecitos en la espalda.
-Listo.

«THE WISH»†|Stray Kids|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora