{The Wish}

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-¿Chris de Christian o Chris de Christopher?- preguntó Felix sin importarle realmente.
-Christopher- respondió el otro un poco tenso.
Felix río por dentro, tenía el mismo nombre que él usaba cuando trabajaba.
-Soy Christopher Lee.- dijo Felix sonriendo.
El chico mostró de nuevo esa linda sonrisa que a Felix le había encantado.
-Tienes una hermosa sonrisa- dijo Felix a modo de cumplido.
Nunca supo si el chico se había sonrojado, o era la luz roja del semáforo iluminando su rostro.
-Gracias.- el chico llevó una mano al radio y oprimió el botón de reproducir. Coldplay empezó a sonar, Felix amaba Coldplay.
El menor empezó a tararear la canción, Yellow, haciendo que el chico a su lado sonriera de nuevo.
-... Turn into something beautiful. Do you know, you know i love you so. You know i love you so...-de repente se vieron ambos cantando la canción juntos y riendo.
Llegaron a la casa del chico y... literalmente era una casa, y era gigantesca.
La puerta era de un color azul mate y las paredes de un gris claro que combinaba perfectamente con el verde de las hojas del jardín. Era preciosa.
Chris abrió la puerta para él, como todo un caballero.
Analizó la casa por un momento. La cocina tenía luces que colgaban del techo, y junto a la mesa habían sillas forradas con cuero en un tono azul oscuro. Esos eran los tonos de toda la casa: azul, gris claro y dorado.
-Puedes sentarte si quieres.- habló el mayor. El mismo caminó hacia la cocina y sacó dos copas de la pequeña puerta en frente de él.
Felix se sentó en el hermoso sillón gris también de cuero. Se sentía extraño estar ahí, en un lugar tan lujoso.
-Ten- dijo Chris sacándolo de sus pensamientos y entregándole una copa de vino blanco.
-Gracias- dijo Felix sorprendido por la hospitalidad.
Chris y él hacían contacto visual de vez en cuando, y, mientras la cara del mayor era neutra, Felix sentía que su cara se pintaba de rojo cada vez que esto pasaba. Era extraño.
-Así que... te gusta coldplay.-dijo Felix tratando de seguir la conversación.
-Es mi banda favorita.
-La mía igual.
La respiración de Félix se aceleró cuando el chico se acercó a su rostro.
-¿Qué haces?- preguntó Felix nervioso.
-Trato de besarte- dijo el chico con una mirada realmente seductora.- ¿Sabes? Es la primera vez que hago esto... No sé si estás acostumbrado a que te besen pero yo en realidad tengo ganas de hacerlo.
Felix solo se quedó en shock. En efecto, no estaba acostumbrado a que sus clientes trataran de besarlo, pero el chico era atractivo y era su cliente, debía complacerlo.
Chris se acercó aún más a su rostro, y juntó sus labios con delicadeza. Sus respiraciones y latidos antes fuertes se estabilizaron por completo y toda la tensión se rompió.

******

El mayor introdujo su lengua en la boca del castaño, haciendo que tocara la contraria con delicadeza.
Felix, en un impulso de emoción, mordió el labio inferior del chico, haciendo que este ahogara un suave gemido.
Chris subió la camisa de Felix para acariciar suavemente su abdomen. El menor se sorprendió ante esto, ninguno de sus clientes lo acariciaba así.
El mayor comenzó a besar el cuello del chico, haciendo que este jadeará suavemente. Felix tomó a Chris del cuello para pedirle más.
El mayor se sacó la camisa negra por la cabeza y acostó a Felix en el sofá para luego posicionarse sobre él con las manos a sus lados para no aplastarlo.
Felix se sacó también la camisa, y se sorprendió cuando vio que Chris bajó de su cuello a su clavícula, y aún más abajo hasta llegar a su ombligo dejando besos, mordiscos delicados y saliva en su camino.
Chris desabotonó los pantalones de Felix, haciendo que la respiración de este se acelerara al punto del nerviosismo extremo.
-Relájate, bebé- dijo el mayor masajeando sus caderas con dulzura y besando su abdomen para calmarlo... Y en realidad lo logró, la respiración de Felix se calmó un poco y solo se dejó llevar por el placer que el chico le hacía sentir. Era muy extraño para él sentirse así.
Chris bajó los pantalones y bóxers del menor al mismo tiempo, haciendo que disminuyera el dolor que el chico sentía en el área. El mayor comenzó a masajear su miembro, de arriba hacia abajo, haciendo un poco de presión al llegar a la punta. Felix jadeaba suavemente.
Gimió cuando Chris se llevó su dignidad a la boca. Movía su cabeza de arriba hacia abajo, haciendo que el chico gimiera frecuentemente.
Sin pensar, Felix tomó el cabello de Chris y lo jaló suavemente, haciendo que este gimiera, amaba que le jalaran el cabello.
Chris se bajó los pantalones hasta las rodillas, y luego se bajó el bóxer dejando expuesto su miembro.
Felix se acercó a él con algo de miedo, a veces sus clientes no gustaban de que los tocaran. Pero Chris lo aceptó con gusto.
Lamió el miembro del mayor, y lo introdujo en su boca. El mayor no gemía, pero jadeaba con fuerza cada vez que su pene entraba por completo en la boca del chico. Felix lo lamía y masajeaba tratando de descubrir que le gustaba más al mayor.
-Vamos a mi cama.- dijo el mayor un momento antes de besarlo y recorrer el pasillo desnudos para llegar al cuarto del chico. Felix se recostó en la cama.
Chris tomó un condón de su cartera, lo abrió con los dientes y lo colocó donde correspondía. Luego tomó el lubricante de su mesa de noche, cubriendo su miembro con él, al igual que dos de sus dedos. Felix sabía lo que venía.
El chico introdujo suavemente dos de sus dedos en el menor, sacándolos de vez en cuando, y abriéndolos para hacer al menor sentir todo lo que le hacía.
-Lo haré suave, amor.- le dijo con un tono dulce y verdadero.
El más alto introdujo su miembro dentro de Felix suavemente, haciendo que este ahogara un gemido. Comenzó a moverse lentamente, para que Felix pudiera acostumbrase.
-Ah... así...- susurraba Felix mientras el chico movía sus caderas de una forma impresionante.
No se movía dura o bruscamente como todos sus demás clientes, se movía de una forma suave, gentil y lenta, besándolo de vez el cuando, y susurrando "Chris" en su oído. Lo cual se sentía algo extraño, ya que no era su nombre real.
El mayor comenzó a ir más rápido cuando vió que Felix estuviera cómodo, pero no bruscamente, sino de una forma linda y placentera.
-Di mi nombre- le dijo el mayor a Felix en el oído, el cual había empezado a gemir fuertemente por el inigualable placer.
-Ah... Chris... Bang- el menor se había quedado ya sin habla.
Curvó su espalda cuando sintió que Chris tocó su punto débil, haciendo que se corriera al mismo tiempo que él.

****
Felix se despertó justo como recordaba la noche anterior: desnudo, cómodo y relajado. Se removió un poco en la cama, y al ver la luz de sol, se preocupó.
Se dió cuenta de que su ropa estaba perfectamente doblada a su lado, y encima estaba su teléfono. Reviso el mismo; eran las 6am. Había perdido toda una noche de trabajo por quedarse dormido. Se levantó de la cama admirando el cuarto de Chris, estaba acomodado y limpio, parecido al de Minho. Tenía baño propio, al cual entró y se lavó la cara y manos. Se vistió y tomó su teléfono zapatos.
Cuando salió del cuarto miró hacia la cocina, ahí estaba el chico con el que se había acostado la noche anterior, Chris Bang. Lucía excepcionalmente guapo. Parecía que acababa de tomar una ducha, su cabello estaba un poco desacomodado, y vestía una camisa gris oscuro junto a unos jeans celestes.
-Buenos días.- dijo este con una sonrisa.
-Buenos días. Yo... ehm... debo irme.-empezó a decir Felix avergonzado.
Chris tardó unos segundos en comprenderlo.
-¡Oh, cierto! Debo pagarte.
El chico sacó su cartera de la bolsa trasera de su pantalón, y le entregó al chico 2 billetes de 50 dólares.
-Wow, hombre.- dijo Felix sorprendido.- Esto es todo lo que gano en una noche, no cobro tanto.
Le entrego 50 a Chris, pero este los rechazó.
-Quédatelos- sonrío de nuevo- Te lo mereces... Más bien deberías de cobrar el doble. Eres... em... bastante bueno.
El menor se sonrojó un poco al ver que un chico tan atractivo le decía algo así.
-Bueno, me iré.- Felix comenzó a abrir la puerta azul de la casa.
-Espera.-lo llamó el mayor- Puedo llevarte a tu casa.
Felix no podía aceptar.
-No, no. Estoy bien. Me pagaste más que suficiente y sé cómo tomar el autobús. Pero gracias, Chris.
-Dime Chan- dijo el más alto- Es mi nombre coreano, siempre me ha gustado más.
Felix asintió y se encaminó de nuevo a abrir la puerta. Chan lo tomó de la muñeca.
-Te llevo porque puedo y quiero.- dijo este con desdén.- Súbete al auto.
Felix suspiró exasperado y obedeció. Chan encendió su estéreo de nuevo, haciendo sonar Hymn For The Weekend, de Coldplay. Y de nuevo comenzaron a cantarla juntos.
-¿Donde vives?- preguntó Chan mirando el camino.
Felix no estaba seguro de si decirle adónde vivía, podía ser un acosador o algo así. Pero ya habían cogido, así que no le importó.
-Calle Keizy, edificio Prat.- dijo Felix preocupado de que el chico no supiera de que calle hablaba, ya que aún no memorizaba la avenida. Pero Chan solo asintió.
Durante el camino, Felix solo trataba de no mirarlo, pero le era imposible. Sus labios eran rosas, carnosos y suaves, como lo comprobó la noche anterior. Su cabello era perfecto hasta si arreglar, y los rayos del sol hacían que algunos vellos rubios resaltaran en él. Sus manos agarraban suave pero firmemente el volante, como recordaba había hecho con sus caderas la noche anterior.
-Ya casi llegamos.-dijo Chan para deshipnotizar al menor, que había notado lo había mirado fijamente durante casi todo el trayecto.
-Oh...eh...sí.-dijo Felix saliendo al fin de su transe. Se sonrojó ligeramente, apretó los labios y puso sus ojos en el camino.
Chan se estacionó al frente de su edificio.
-Oye, yo...- empezó el mayor- Realmente espero que nos volvamos a ver.
El más alto posó su mano sobre el muslo de Felix, haciendo que se estremeciera.
-Yo también.- Felix acarició la mano del mayor.
Bajó del auto, sin saber cómo despedirse de su cliente.
-Adiós, gracias por traerme.- fueron las únicas palabras que salieron de sus labios.
-Gracias a ti, Felix.- respondió Chan sonriendo.
-¿Como sabes mi nombre?-casi grita Felix al cuestionar al mayor.
-Puede que por accidente haya visto una notificación de tu teléfono.- respondió sin tomarle mucha importancia.-Adiós, ratoncito mentiroso.
Felix no pudo hacer más que reír ante el apodo que le había puesto el chico.
Subió las escaleras sin apurar el paso cuando se dispuso a revisar su teléfono.

73 llamadas perdidas de "Changbin hyung ❤️".

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