{HE took me to the sky}

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Minho se sentía como un completo fracasado. Jimin había visto la escena de la cocina, y había llegado a hablar con él... O, mejor dicho, regañarlo.
-¿En qué estabas pensando?- dijo la mujer tomando un trago de vino-. Félix te dijo que no quería nada contigo, debiste respetar su decisión.
Minho solo miraba la lata de cerveza que tenía en frente.
-No lo sé...- Minho enterró su cara entre las manos-. Supongo que... en el fondo, quiero que seamos algo, que él... Sea mío.
Minho sabía que siempre había sido dominante y territorial. Lo sabía, pero no estaba bien que tratara de algún manera "reclamar" a Félix.
-Entiendo que lo quieras- habló la mujer, quién ahora estaba comiendo un pedazo de pizza que había ordenado Minho-. Pero no debes presionarlo. Si quieres mi consejo...
Minho levantó la mirada, eso sí le interesaba.
-... A las personas les gusta que les demuestren cosas. Se bueno con él, trata de dejar tus actitudes tóxicas, y ve a la terapeuta de la que te hablé.
Minho nunca había querido ir a un terapeuta, no creí que hubiera nada malo con él (en su subconsciente narcisista). Pero sabía que algunas de las cosas que hacía tal vez venían de sus traumas del pasado.
-Iré- dijo el castaño asintiendo suavemente-. Conseguiré ayuda...

∆∆∆∆

Felix no había pensado antes de actuar. Sabía que no estaba bien usar a Jeongin para desquitar su frustración, pero ahora no había vuelta atrás.
Sus labios estaban un poco secos, pero suficientemente suaves para disfrutar por completo sus besos, su cabello era sedoso, y su colonia le dio a Félix unas extrañas ganas de oler su pecho por siempre.
Cuando se dio cuenta, Jeongin tenía las manos en su nuca, y lo atraía hacia él para besarlo aún más fuerte.
Félix se rindió ante las caricias de sus dedos en su cabello, y tomó sus caderas, acariciando de forma que no denotara su deseo.
Pero Jeongin tomó la mano del menor y la colocó en el interior de su muslo, haciendo que Felix ahogara una exclamación.
El mayor puso las manos en el pecho de Félix, como señal de que quería que lo tocara aún más.
Félix tomó sus caderas de nuevo, pero esta vez las elevó ligeramente, esperando que Jeongin entendiera lo que debía hacer.
El mayor, entendiendo la indirecta, se levantó y volvió a sentarse de nuevo encima del regazo de Félix.
Felix quiso parar un segundo, solo para estar seguro.
-Jeongin...- dijo con la respiración agitada-. ¿Sí quieres...?
-Sí, totalmente- dijo el mayor sonriendo y tomando su rostro en las manos-. ¿Y tú?
-Sí...
El menor abrazó a Jeongin de las caderas y lo recostó en el colchón, teniendo cuidado de no golpear su cabeza en el respaldar.
Se recostó encima de él, de forma que sus piernas quedaron entrelazadas.
Jeongin lo besó, esta vez mordiéndose el labio. Con esto, Felix sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.
Empujó ligeramente su rodilla hacia la entrepierna del mayor, como una señal para pedir "la entrada".
Jeongin entonó un pequeño gemido contra los labios del menor, y abrió las piernas para dejarlo recostarse entre ellas.
"Ya es suficiente" pensó Felix, tocando las caderas del mayor. Le sacó la camisa, y poco Jeongin sacó la de él también.
Jeongin exploró con sus dedos la espalda y los brazos musculosos de Félix, esperando que sintiera cada caricia.
Pocos minutos después, ya se habían sacado los pantalones, y ahora Jeongin de encontraba encima del menor, acariciando su pecho mientras besaba su cuello.
Y Felix, extrañamente, sintió un poco de pánico. Jeongin le daba vibras de ser pasivo, y él en muy pocas ocasiones había hecho de dominante. Así que cuando el mayor lo jaló para que se pusiera encima de nuevo, tuvo que parar.
-Jeongin, yo...- dijo apoyando una mano en su cadera-. Lo siento si no soy muy experimentado, es que...
-Estoy seguro de que lo harás bien- el mayor miró hacia el piso y buscó su pantalón, sacó un pequeño cuadrado de plástico de la bolsa trasera-. Y si quiero que hagas algo, te guiaré, ¿de acuerdo?
Casi inmediatamente, Félix se sintió mucho más tranquilo. Asintió, volviendo a pegar sus labios con los del mayor.
Lo deseaba. Lo deseaba tanto que todas sus preocupaciones se fueron de su mente.
Jeongin comenzó a adentrar sus dedos en el boxer de Félix, que ya de por sí tenía un bulto asomándose. Estiró el elástico para empezar a bajarlo.
Después, Félix tomó su rostro y lo miró a los ojos. No quería ir demasiado rápido, así que se le ocurrió una idea.
Besó al mayor en el cuello, el pecho, y dejó marcas por todo su abdomen, hasta llegar al boxer azul oscuro, lo sacó y lo lanzó fuera de su vista.
Tomó el miembro de Jeongin, ya erecto, y se lo llevó a la boca, haciendo que el mayor ahogara un gemido, y le tomara el cabello con suavidad.
Felix jugó con él por varios minutos, para hacerlo sentir cómodo y deseado.
Cuando hubo terminado, Jeongin lo atrajo hacia sí y lo besó con gula, como si quisiera en realidad comerse sus labios.
Empujó a Félix para que quedase de espalda al colchón, e hizo lo mismo que él menor le había hecho a él.
Félix sintió y grabó en su mente cada minuto de ese momento. Jeongin lo hacía tan bien que lo hizo tomarle el cabello.
-Ah, Jeongin...- gimió el menor con la boca de Jeongin en su miembro.
Félix no podía esperar más, tenía que estar dentro de él.
Se sentó y tomó a Jeongin del cuello, esperando que él menor estuviera cómodo con eso. Y en efecto, Jeongin ahogó un débil gemido.
Lo miró a los ojos, mientras sostenía su cabeza con firmeza, aplicando un poco de presión a los lados de su cuello.
-¿Como quieres hacerlo?- le preguntó al pelinegro.
Le gustaba tener ese tipo de poder. Jeongin se veía tan hermoso ruborizado.
-Como tú quieras, daddy...
Félix lo empujó de nuevo, y se recostó encima de sus caderas.
Esa palabra, esa bendita palabra...
Tomó el condón que Jeongin había sacado de su pantalón y se lo colocó.
La sola imagen de Jeongin con las piernas abiertas ante él era sumamente estimulante.
N

o tenía lubricante, pero lamió sus propios dedos para facilitar su entrada en el orificio del mayor.
Hizo círculos en su entrada para ayudarlo a relajarse. Luego introdujo suavemente uno de sus dedos en su entrada.
Esta vez el mayor sí soltó un gemido. No muy fuerte, pero suficientemente estimulante para Félix.
Empujó otro de sus dedos y comenzó a masajear el punto debil del mayor, mirando cada una de las reacciones que esto producía.
-Felix...- Jeongin respiraba agitadamente-. Deja de jugar y hazlo ya...
Félix frunció el ceño y miró al mayor.
-Bueno, si no lo pides de buena manera no lo haré- dijo rubio, aunque tuviera infinitas ganas de penetrarlo.
Jeongin lo miró a los ojos, con cara seria.
-Por favor, daddy...- tomó un respiro para continuar-. Por favor, cógeme.
El menor no se resistió a la mirada pícara del pelinegro. Tomó su miembro y lo estimuló contemplando lo que tenía en frente. Y luego de unos cuantos empujones suaves, penetró al pelinegro.
Jeongin miró a Felix a los ojos mientras este movía sus caderas lentamente. Tomó su cabello y lo jaló ligeramente.
Félix respiraba agitadamente y gemía con cada uno de los movimientos que el mayor hacía con sus caderas. Había olvidado lo bien que se sentía...
Comenzó a acelerar sus movimientos, sientiendo exquisita presión que ejercía Jeongin sobre su miembro.

Cuando Felix se dio cuenta, había pasado por lo menos un hora.
De verdad no quería que terminara, pero Jeongin se movía demasiado bien.
El mayor estaba de 4 patas en el colchón, y Felix lo tomaba de los hombros, para hacer más rápidas las embestidas.
Tomó el cabello del mayor y tiró de él, con cuidado de no hacerlo muy fuerte. Miró como el pelinegro encorbaba su espalda y comenzaba a hacer pequeños movimientos hacia atrás.
Fue demasiado para él.
Con unas cuantas embestidas más, Jeongin se corrió sobre el colchón, manchando las sábanas con sus fluidos, y poco después, Félix sintió ese increíble calor en su vientre que lo hizo ver luces rojas.

Buenas buenaaaas.
Espero que esté capítulo haya compensado todo el lemon que prometí y nunca escribí lol. Creo que va a haber otro capítulo y se termina :) GN

«THE WISH»†|Stray Kids|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora