{Canberra}

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Felix y Changbin comenzaban a desesperarse. Nunca habían estado en Canberra. No conocían sus calles, avenidas ni nada a cerca de la capital de su país. Pero lo peor era que la gente tenía un acento bastante extraño y además no era muy buena con las direcciones...
-Disculpe- llamó la atención de una señora mayor.- ¿Podría decirnos dónde está este edificio de apartamentos?- preguntó Felix apuntando el mapa.
-Claro- contestó la señora- aquí doblas a la derecha, luego izquierda, derecha, derecha, izquierda, izquierda y derecha de nuevo.
Felix ni siquiera intentó memorizar las derecha e izquierdas que la señora mencionaba.
Siguieron caminando y preguntando direcciones hasta que toparon con un chico que parecía cercano a su edad, y que al parecer era coreano también.
-¡Oh, yo vivo aquí!- dijo el chico emocionado por tener posibles vecinos de su edad.-Mi nombre es Hyunjin. Voy para allá, pueden seguirme si quieren.
Siguieron al chico varias calles, contándole que venían de Sydney, y que iban a "trabajar" en Canberra porque "los salarios eran mejores". Llegaron al lugar del edificio. No era muy grande, y mucha gente pasaba al frente de él, pero se habían acostumbrado a aceptar lo que tenían.
-Hablaré con el portero, John.- empezó a decir su nuevo compañero.-De hecho también es el dueño, le diré que quieren pedir un apartamento.
Felix y Changbin no podían creer que hubieran encontrado una habitación tan rápido. Tan solo compraron un periódico, comenzaron a revisarlo y al momento encontraron un anuncio que decía: "SE ALQUILA APARTAMENTO".
A los pocos minutos Hyunjin volvió a ellos.
-Aquí están sus llaves- dijo, sorprendiendo a los chicos por la rapidez.- John solo me dijo que les dijera que debían pagar la renta el 23 de cada mes SIN FALTA (ya que hoy es 23 de junio), y que no hagan mucho desastre, porque hay más gente viviendo en el edificio y podrían molestarse. Y... si, creo que eso es todo.
Hyunjin los llevó escaleras arriba y paró al frente de una puerta blanca.
-Yo vivo al lado con mi no... compañero de cuarto, Jisung. Si necesitan algo solo avísenme.
Felix sabía lo que el chico había querido decir con "no... compañero de cuarto" y sonrió.
-Claro, gracias por la ayuda, Hyunjin.
Entraron al lugar, había una pequeña cocina con horno, un pequeño refrigerador, microondas y tostador de un lado y del otro estaba la sala, que incluía un viejo televisor y un igual viejo sofá café que tenía notables manchas por todos lados, Felix no quería ni imaginar que las había provocado.
Se sentaron juntos en el sofá, encendieron el televisor y se abrazaron con ternura. Eso era lo único que necesitaban.
Felix revisó la hora en su reloj.
-Ya me voy- dijo separándose del mayor-Debo ir a trabajar.
Changbin lo miró con tristeza.
-Felix, acabamos de llegar. Solo quédate aquí conmigo hoy, mañana buscaré un trabajo, no puedes ir tan rápido.
Felix sabía que Changbin tenía razón. Se recostó a su lado, y el mayor lo abrazó con delicadeza por la cintura.
Los abrazos y la ternura de su mejor amigo eran lo único que lo hacía sobrevivir a su horrible trabajo.

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Al día siguiente, Felix sintió ganas de vomitar: había encontrado una rata muerta en el closet. Por lo que, junto a su hyung, se habían pasado todo el día limpiando el basurero donde vivían. Encontraron de todo. Miles de cucarachas caminando por el baño, un pesado de lomo podrido en el refrigerador, unas galletas que podían tener 20 años en el horno, y hasta un Strap On en una de las gavetas de la cama.
Felix miró a Changbin con ojos seductores que había practicado por semanas antes de salir a trabajar, y Changbin solo pudo morir de la risa. Al final terminaron tirándolo a la basura, no sabían quién o QUÉ lo había usado.

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Felix nunca había cuestionado a Changbin a cerca de su sexualidad. Sabía que le gustaban las chicas, pero nunca había negado que le gustaran los chicos, o incluso cuando Felix le enseñaba una foto de alguno de sus clientes decía que eran "lindos".
-Hyung-llamó Felix la atención del chico pelinegro sentado a su lado, que estaba prácticamente muerto por todo lo que habían limpiado.-¿Te gustan los hombres?
Changbin casi se atraganta con su propia saliva. ¿Porqué Felix le preguntaría algo así?
-Uhmm- Changbin empezó a decir- Nunca... ehm... Nunca he tenido un gusto en general, creo que si me enamoro de alguien solo... Debo dejar que las cosas fluyan, ¿sabes? No veo porqué tendría que cuestionar quién soy o porqué me gusta esta persona porque según la sociedad no es algo "normal".
Changbin miró a Felix, que le sonreía con esos labios y dientes que eran perfectos para él.
A Changbin le gustaba Felix desde el momento en que se dió cuenta de su gusto por los chicos, pero nunca se lo había dicho por miedo a arruinar su amistad.
-Me gusta tu manera de pensar, hyung- Felix miró su reloj de nuevo, y Changbin sabía lo que eso significaba.- Debo irme.
Esta vez Changbin lo dejó irse, y se convenció de que ya no debía pelear con Felix por esta situación. Al menor no le importaba trabajar en esa terrible labor por ganar el triple de lo que gana Changbin en toda una jornada de trabajo en menos de 1 hora, lo cual les beneficiaba mucho.
Lo único que tenían para sobrevivir hasta ahora era el dinero que le había dado su último cliente a Felix, y unos cuantos dólares que Changbin había ahorrado y puesto en la maleta de emergencia (así la llamaban él y Felix).
El pelinegro tomó $20 de la gran maleta y caminó hacia la tienda de la esquina (ya se había familiarizado un poco más con el lugar) para comprar algunas cosas para comer en la noche, y para desayunar en la mañana, cuando saldría a conseguir un trabajo decente.

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Felix solo se quedó afuera del primer Night Club gay que había encontrado, esperando a que algún tipo lo girara a ver.
Un hombre mayor fue el primero. Mayor podía significar cuarenta y tantos años. Lo llevó a su apartamento a unos kilómetros, le habló de que era casado por obligación, tenía 3 hijos, y nunca había sido tan fuerte como para salir del closet. Aunque ni siquiera le dijo su nombre, como la mayoría de sus clientes.
Al final el señor le pagó, lo dejó de nuevo en el bar, sano y salvo, y el auto se perdió entre todos los que pasaban por la calle.
Felix espero, espero y espero, mientras pensaba en ponerse un cartel en la frente que dijera "PUTO".
Habían pasado casi 20 minutos cuando un auto se estacionó al frente de él. Era un chico algo mayor que él, pero no demasiado. El desconocido le hizo una seña para que subiera, y Felix obedeció.
Apenas cerró la puerta del auto se encontró con una hermosa y dulce sonrisa.
-Hola- dijo el chico con algo de vergüenza en su voz- Soy Chris Bang.

«THE WISH»†|Stray Kids|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora