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Nadie lo esperaba o quizás sí, después de todo no era extraño que Cartman por fin hubiese colmado la paciencia de Craig, nadie sabía qué es lo que Cartman le había hecho al loco amante de los cuyos, pero de una cosa si están seguros: sea lo que sea que Craig quiera hacerle, lo merece.
— ¿Qué jodidos te pasa? — Eric puede aparentar ser valiente, pero en realidad está muriéndose de miedo, intentando recordar qué maldita cosa había hecho para enfurecer a Craig, hace semanas, meses que ha estado en un estado de calma, no se ha metido en problemas, no ha intentado ocasionar otro holocausto, no hay más planes para cualquier estupidez, incluso los insultos para Kyle se han visto reducidos en un admirable doce por ciento.
Además, nadie se mete con Craig, no ahora que el bastardo es más alto, mucho menos al saber que las prácticas de artes marciales se han vuelto frecuentes para él.
¿Quién en su sano juicio querría hacer enojar a Craig? Ciertamente no Eric. Por lo menos no directamente.
— ¡PELEA! ¡PELEA! ¡PELEA!
Una considerable cantidad de alumnos se habían acercado y los rodearon enseguida, cada uno buscando el mejor sitio para ver de primera mano cómo es que Craig Tucker le daba una golpiza a Eric Cartman.
Craig alzó su mano, Eric cerró sus ojos, esperando el inevitable golpe. Muy bien, maldición... esperaba que Craig disfrutara golpeándolo, porque Eric iba a disfrutar su venganza después. Y lo juraba por su rana Clyde que sería malditamente la mejor y más dolorosa venganza del jodido universo.
El golpe nunca llegó, los gritos que clamaban por golpes y pelea tampoco se escuchaban. Sintió una gentil caricia en su mejilla derecha, Eric abrió sus ojos.
Craig estaba sonriendo, le estaba sonriendo mientras acariciaba su mejilla con extremo cuidado y devoción.
—Como lo esperaba, — lo escuchó murmurar. — Tus mejillas son muy suaves y cálidas. Me gustan.
Eric dio un paso hacia atrás, hubiera querido dar más y huir, pero para su mala suerte, su espalda chocó contra los casilleros.
— ¿Es esto una especie de broma marica? — Esperaba que sí, que de pronto Token saltara con una cámara y todos comenzaran a reírse, por lo menos los involucrados, porque sus espectadores parecían igual o más confundidos que él.
Craig frunció el ceño molesto.
¡Genial Eric, tú y tu gran boca!
Por cierto, que ahora Craig había pasado de acariciar su mejilla a pincharla con los dedos.
Craig también quería saber qué es lo que estaba haciendo, tomando por sorpresa a Cartman en los pasillos de la escuela, acorralándolo y tocándolo sin permiso alguno.
