Sin las tetas de Cartman no hay paraíso.

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Es solo una tarde como cualquier otra, se divierten un poco después de una pesada semana de proyectos para entregar y exámenes que han acabado, ninguno de ellos quiere pensar en nada que tenga que ver con la escuela, desde hoy hasta el siguiente lunes, están libres de tareas, libros y fórmulas químicas o matemáticas.

La casa de Eric Cartman es perfecta para el propósito de distraerse, sin la supervisión que tendrían en casa de Kyle o Stan y con todas las comodidades que el dinero y la culpa de una buena madre, pueden comprar.

Con cerveza en la nevera, pizza en el microondas, nachos y palomitas, sodas y golosinas, películas, videojuegos llenos de guerra, asesinatos, sangre y mutilaciones por doquier, y las revistas porno que Kenny había traído de casa, su pijamada improvisada parecía estar cumpliendo su propósito de hacerlos olvidar momentáneamente cualquier cosa que tuviera que ver con la escuela.

Cartman se levantó de su lugar, todas las almohadas de la casa y las colchas de su cama se utilizaron para cubrir la alfombra de la sala, un lugar mullido, agradable y cómodo, los créditos de la película aparecieron y el castaño tomó el bol vacío de palomitas para después dirigirse a la cocina.

Desde hace un momento Kenny no está pendiente de lo que el Capitán América hace en la pantalla de 60 pulgadas, prefiere concentrarse en las hojas de la revista en sus manos, ellas tienen un estímulo más real en Kenny, aun cuando piensa que Chris Evans es atractivo y caliente. Hoy simplemente las tetas son sus favoritas, mañana probablemente será otra cosa.

Es por eso que, casi automáticamente las palabras salen de su boca.

— ¿Cómo prefieren las tetas de una chica? — Stan escupe la cerveza que había bebido segundos antes y Kyle lo observa detenidamente, hay un tenue color rojo en sus mejillas y no, no es por el alcohol, porque Kyle apenas ha bebido una lata de cerveza.

— ¿Qué mierda? — El pelinegro limpia el líquido que escurre sobre su barbilla con el dorso de su mano, — ¡Oh amigo, Cartman va a molestarse por esto! — Señala las gotas de cerveza que manchan las colchas y algunas almohadas.

Kenny soltó un suspiro.

—A mí me gustan las tetas grandes, pero las pequeñas tienen su encanto. — Mueve la revista de un lado a otro, ladea su cabeza y observa detenidamente a la mujer en la revista, exhibiendo todo su cuerpo sin pudor alguno, sus ojos azules mirando directamente al frente, mirándolo a él. Ella en particular posee senos grandes. — ¿Qué tal tú Kyle? — Kenny se inclinó levemente hacia el judío y le mostró la revista. — ¡Vamos! ¡Somos hombres, no es malo fijarse en eso! — Insistió ante la poca participación e interés de Kyle y Stan. — ¡Las chicas hablan todo el tiempo del culo de los chicos!

Finalmente fue Stan quien le quitó a Kenny la revista, ojeándola un par de veces hasta que se detuvo en una fotografía en particular.

—Me gustan de este tipo. — Declaro con las mejillas levemente sonrojadas, tanto Kenny como Kyle se acercaron para observar, Kenny esperaba ver a una chica pelinegra, delgada y que guardara cierto parecido a Wendy, pero lo que vio fue a una chica de cabello castaño de grandes ojos color café enmarcados por espesas pestañas y, aunque el dedo índice de Stan cubría parte de sus senos, ahí, definitivamente había un tamaño promedio... quizás un poco más pequeños.

Kenny asintió, definitivamente era linda, y sus senos tenían el tamaño perfecto para tomarlos con sus manos, moldearlos como quisiera, lamer esos rosados botones y morderlos suavemente, escuchar los dulces gemidos y saborear la suave y nívea piel.

Secret Garden.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora