Secret Garden.

Violencia.

Kenny lo noto primero. Incluso si ya no hablaban tanto como cuando eran niños, Cartman cambió drásticamente, dejó de reír, dejo de molestar a Stan y de insultar a Kyle por ser judío, hace días que ya no robaba los dulces de Butters, que no discutía con Wendy por cualquier cosa que la chica decía.

Kyle lo noto primero. Vigilarlo era su trabajo después de todo, era natural que Kyle notara las pequeñas heridas en los brazos de Cartman, el moretón cerca de su ojo derecho, el cual intentó cubrir con maquillaje; podría engañar a cualquiera menos a él.

Stan lo noto primero. Lo nervioso que Cartman se ponía cada vez que recibía un mensaje o una llamada, y ese extraño comportamiento comenzó hace pocos días, Cartman se iría lejos de todos para responder el mensaje o la llamada y casi siempre que esto pasaba, pondría cualquier excusa para no salir con ellos después de clases.

Pero cada comportamiento por su cuenta, no era tan sospechoso. Así que, simplemente lo olvidaron.

Antes de que lo notaran, regresaría a ser el mismo de siempre.

Eric sonrió débilmente ante el oficial Barbrady.

—¿Estás seguro de que estas bien? — Preguntó nuevamente, interponiéndose entre el pelinegro y él, el viejo oficial parecía verdaderamente preocupado por él. Un adolescente de apenas dieciséis años, discutiendo con un hombre adulto.

Quizás, meses atrás habría caído en esa perfecta actuación.

Damien se lo dijo, todos le mentían.

—Estoy bien. — Damien sonrió y Eric le sonrió de vuelta. Ignoro al viejo oficial Barbrady, camino de regreso al lado de Damien y sujetó la mano que su novio le daba. Su lugar era este, a su lado, este era el único lugar seguro en el mundo, Damien era el único que podría amar a alguien como él, se lo había demostrado ya en tantas ocasiones. —Una tonta e infantil disputa por el sabor del helado que vamos a comprar.

—Todo está en orden oficial. — Damien rodeo su cintura y lo apegó a él.

¿Ves? ¿Alguien más podría tocar su repulsiva figura y sonreír de esa manera? ¿Alguien más podría amarlo y desearlo como Damien?

Conoció a Damien a través de un foro de discusión en Internet, su conexión fue casi de inmediato, Damien tenía una forma de expresarse tan hermosa, sus puntos de vista coincidían en casi todo, los posts que comentaban, pronto se convertían en discusiones entre ellos y Eric se divertía, se reía de las ocurrencias de Damien e incluso los demás usuarios esperaban pacientemente por ver sus respuestas.

Pronto se hicieron amigos fuera del foro.

Descubrió que su nombre era Damien Thorn y que era estudiante de tercer año en la universidad de Denver. Tenían tantas cosas en común, Damien solo tenía a su padre, pero era como si en realidad no tuviera a nadie, podría decirse que tenía muchos compañeros en la universidad, pero ni un solo amigo.

Eric se sintió tan identificado con él, que fue aterrador y grato al mismo tiempo.

Y entonces, llegó el momento en que Damien también le hizo preguntas a él.

—Bien. — El oficial asintió, por fortuna Barbrady era un completo inútil. Regreso a su patrulla y siguió su camino, ni siquiera sabía porque estaba en este lugar, casi a las afueras de South Park.

— ¿Por qué dudaste en responder cuando te pregunto si estabas bien?

—N-no lo hice. — Damien mantuvo su sonrisa, pero había decepción en sus ojos, apartó suavemente a Eric.

—Estoy arriesgándolo todo por ti Eric, lo menos que espero de ti es que seas obediente y que no me causes problemas. — Eric cerró sus ojos cuando el pelinegro delineo suavemente el contorno de su mejilla.

No espero que Damien siguiera con sus sutiles coqueteos después de que le dijera que tenía dieciséis años y como había supuesto Damien no escribió por los siguientes días.

Por eso, decidió que no iba a arruinarlo cuando un mensaje nuevo llegó:

Es arriesgado, pero quiero intentarlo contigo, creo que me enamore de ti.

—Lo siento, solo me sorprendió un poco...

—Eres mío. — Las manos del pelinegro sujetaron el rostro del niño y se inclinó para besarlo, Eric se dejó hacer, no volvería a quejarse o a oponer resistencia, la última vez Damien no quiso lastimarlo, fue culpa suya por haberse puesto nervioso y querer huir de la habitación.

Damien lo amaba.

¿Y que si lo había golpeado una o dos veces? Él se lo había merecido.

¿Y que si era posesivo con él? ¿Celoso? ¿Controlaba con quien hablaba y con quien salía? ¡Lo amaba! ¡Eso era todo lo que necesitaba saber!

— Vamos a mi auto, iremos a un bonito lugar hoy.

Eric se emocionó con las palabras de su novio y sujeto felizmente la mano de Damien.

—No hay nadie en mi casa, podrás probarme cuánto me amas hoy también. —Eric tembló, recuerdos dolorosos de la última vez que estuvo en casa de Damien, vinieron a su mente, sin embargo, se obligó a asentir y Damien sonrió satisfecho. —No necesitas a nadie más, nadie más va a quererte como te quiero yo. Todos te mienten Eric, en realidad a nadie le importas.  

Por favor, chicas y chicos, si ustedes son víctimas de cualquier tipo de violencia o son testigos de ella, ¡Deben denunciar! ¡Alcen la voz!