Regalos para Erica.

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— ¡Erica! — Butters susurro, el profesor Garrison estaba lo bastante distraído con otra de esas raras revistas que solía comprar cada semana, la castaña intentó ignorarlo las primera veinte veces, pero si por algo era conocido Butters, era que no ...

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— ¡Erica! — Butters susurro, el profesor Garrison estaba lo bastante distraído con otra de esas raras revistas que solía comprar cada semana, la castaña intentó ignorarlo las primera veinte veces, pero si por algo era conocido Butters, era que no se rendiría tan fácilmente.

— ¡Deja de molestarla, Butters! — Kyle volteo su mirada para ver fijamente a su compañero de clases, Kyle no estaba molesto por la insistencia de Butters con su amiga, no, él solo quería terminar sus ejercicios de matemáticas.

— ¡Erica! — El judío fue ignorado. — ¿Quieres ganarte un dinero chingón?

— ¿Qué? — Finalmente Erica le dirigió una mirada. — ¡Vete al carajo Butters!

—Algunos chicos de sexto grado quieren pagar para besarte, serias mi perra mayor. — Recientemente los chicos de sexto grado se habían acercado a Butters preguntando si era verdad lo que se escuchaba por los pasillos de la escuela.

Butters tenía a chicas que besaban a los chicos, a cualquier chico. Incluso si tenía diabetes, por cinco dólares podías tener un beso.

Por supuesto, Butters dijo que sí.

"¿Erica Cartman está trabajando para ti?" El que parecía ser el líder del pequeño grupo, le preguntó. Butters les había propuesto a muchas de sus compañeras de salón unirse a él, pero nunca a Erica. No creía que los besos de Erica valieran solo cinco dólares. "Te daremos veinte dólares si nos consigues cinco minutos con ella."

— ¡Vamos Erica, son veinte dólares!

—¡Butters! — Stan alzó su voz, para el pequeño rubio fue una sorpresa, porque el de cabellos negros, no reacciono de la misma forma cuando le preguntó a Wendy sobre unirse a su pequeña compañía. — ¡No puedes decirle a nuestra chica que se venda para ti! — Porque, pese a cualquier cosa, Erica era parte del Team Stan, entonces era su responsabilidad como chicos, cuidar de Erica.

Y ciertamente no dejarían que su chica, vendiera besos. Mucho menos a los pervertidos chicos de sexto grado.

— ¿Besas a estos tipos gratis? ¡Podrías estar ganando un dinero chingón, perra!

—Butters, en serio voy a patearte las bolas.

—Clyde, toma cien dólares, si Stan se me acerca golpéalo.

—Crearon un monstruo, chicos. — Erica dijo, mientras observaba como Butters le daba un billete de cien dólares a Clyde.

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