Candy.

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Erica era nueva en la escuela, hace seis meses la vio por primera vez y desde entonces Wen no ha dejado de pensar en ella, la busca con la mirada cuando pasa cerca de su salón o en las asambleas semanales en el gimnasio de la secundaria, le gusta que haya dejado crecer su cabello, le gusta el lindo moño color rosa que adorna su gorrito.

Le gusta ella.

Ella es adorable, es pequeña, es gordita, es perfecta. La ha observado el tiempo suficiente para notar algunos detalles que serían insignificantes para otros, pero no para él.

Erica ama los Cheesy Poofs, los come casi siempre y a todas horas, es por eso que a veces, le deja una bolsita de esas frituras en su casillero, ama la sonrisa que se dibuja en sus labios cuando eso pasa, ya no se sorprende, ya no desconfía. Recuerda con gran desilusión las veces que su chica había botado a la basura las frituras, pensando que era una burla.

Wen se dio ánimos y valor, para dejarle también una nota.

"Se cuanto te gustan, por favor, solo disfrútalos y no dejes que nadie te diga que no eres bonita. Eres perfecta tal y como eres."

Ella se ve bien con vestidos, desafortunadamente son pocas las veces que la ve luciendo uno, y por primera vez maldice la suerte de vivir en un lugar tan frío como South Park, pero entonces Wen también descubre que le encantan sus abrigos rosas y rojos.

Ella siempre huele a fresas y ahora la fresa es su fruta favorita.

Adora como sus gorditas mejillas se tiñen de un ligero carmín cuando se esfuerza o cuando está avergonzada, pero no cuando llora.

Scott Tenorman debe morir, por hacerla llorar. Wen no perdonaría a nadie que hiciera sufrir a su chica. Es la primera vez que Wen es enviado a la oficina del director, nadie sabe porque un chico tan brillante, popular, que siempre está en el cuadro de honor y que era partícipe de todas las campañas contra el bullying, repentinamente golpeó a Scott hasta mandarlo a la enfermería con una nariz rota y varios dientes flojos.

"Si vuelves a hacerla llorar, una nariz rota será el último de tus problemas."

Esa no fue la última vez que Wen fue enviado a la oficina del director. A él no le importaba, defenderla, protegerla de cualquier idiota bastardo, lo que era molesto es que no podía hacer nada para evitar que Erica llorara.

Ella incluso había dejado de comer sus amados Cheesy Poofs, su bonito moño ya no estaba sobre su gorro y había vuelto a cortar su cabello.

—¡Jodete, maldito hijo de puta! — Eric había vuelto, todo mundo se había encargado de encerrar otra vez a Erica; con sus estúpidas burlas, con sus hirientes palabras y la gran ignorancia.

Su chica estaba sola otra vez, en la obscuridad y el miedo.

Erica era Eric, lo sabía, pero Eric era todos los miedos que su chica tenía y su chica era la felicidad de Eric, ella significaba libertad, ser ella misma, amarse a sí misma. Erica había hecho sonreír a Eric, lo había hecho sensible y no de mala manera, porque Erica era más expresiva, más honesta y también era fuerte. Porque finalmente no tenía que esconderse.

Secret Garden.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora