✏Escenarios BNHA✏[TodosxReader]

Ícaro!Kirishima Eijiro x Reader.🌻

Categoría: Romántica.

Aclaración: Los personajes no me pertenecen.

Advertencia: No.

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🔱♦▪ Ícaro ▪♦🔱
Voló tanto como sus alas se lo permitieron y cayó en picada cuando su corazón fue robado con delicadez.
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Estaba prohíbido cruzar aquel claro que separaba a los humanos de ellos. Las cientos de historias que eran contadas por las bestias más sabias era para alejarlos del peligro. Eso no era suficiente. No era suficiente para hacer que Eijiro perdiera la curiosidad por saber que había más allá y por qué estaba prohíbido.

Por qué razón desterraron al ícaro Shota cuando se enteraron de que éste cruzó la barrera y tuvo contacto con lo que habitaba al otro lado.

Eran conocidos como bestias.

Bestias que con tan solo tocarlas te hacen un daño indescriptible, te hundirían en un gran abismo y controlarían tu mente. No había vuelta atrás cuando hablabas con ellos.

Una mirada, una palabra... Con tan solo eso eran capaces de atraparte y tenerte en sus mano, sin escpatoria alguna.

Por esa razón se preocupó cuando Izuku le contó que se había acercado a la orilla y había hablado con aquellas bestias. Pero también logró que la curiosidd creciera en él y quisiera acompañar a Izuku a reencontrarse con aquella bestia.

----Déjame ir contigo.

----¿Eh?---- soltó Izuku, para ir poco a poco sonriendo ante el pedido de Kirishima.

El ícaro pelirrojo sonrió mostrando sus dientes, demostrándole a Izuku como le emocionaba. Era una aventura riesgosa, algo muy masculino.

----¿Por qué aquellas sonrisas
chicos?---- preguntó la ícaro Ashido.

Logrando que Izuku cubriera su boca con un pequeño sonrojo y Kirishima desviara la mirada nervioso.

----¡Hablabamos de lo masculino que son las alas de Izuku!---- se excusó Eijiro, logrando que Ashido comenzara a dar saltos de emoción mientras hablaba de aquello junto a el pelirrojo.

Midoriya y Kirishima se miraron de reojo, cerrando su trato con una mirada que expresaba demasiados secretos.

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Se sentía nervioso, a cada paso que daba sus manos comenzaban a sudar cada vez más y sus ojos vagaban por sus alrededores, siguiendo a Izuku en silencio mientras éste también miraba a sus lados alerta, dirigiéndole una sonrisa nerviosa de vez en cuando. Como si le intentara calmar, aunque los hombros tensos de Midoriya le dejaban en claro que él estaba mucho más nervioso. Kirishima le miró con una gran sonrisa, logrando que el pecoso se calmara. Solo un poco.

Cuando cruzaron el bosque de las luciernagas Kirishima sintió su corazón acelerarse debido a la adrenalina, sentía sus manos sudar y quería soltar una carcajada por la emoción, aunque eso sería demasiado y probablemente los que custodiaban el lago los descubrirían.

Antes de llegar al lago tomaron un desvio, justo a un muro de tierra con enormes piedras a su alrededor. Kirishima mordió su labio ansioso cuando observó a Izuku acercarse a una piedra que se veía demasiado pesada, le ayudó a moverla y se encontró con una agujero de un tamaño justo para que sus alas lograran entrar por éste. Ambos ícaros se miraron, y Kirishima asintió dejando que Izuku entrara primero, siguiéndole desde atrás y comenzando a arrastrar sus rodillas por aquel suelo, no sin antes haber movido la piedra, cerrando aquel agujero, puerta a lo prohíbido.