Capitulo 8

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La puerta de madera, se abre dejando ver el interior del lugar donde todas las noticias más horribles de mi existencia, han perceverado, las mismas que me han consumido de a poquito, en esa habitación había llorado, pataleado, peleado, gritado, por todas las injusticias personales que tiene la vida de cualquier discapacitado como la mía, esas cuatro paredes blancas siempre me dan ganas de llorar, aunque siempre entre con una sonrisa para demostrar lo poco que afecta esta situación o lo valiente que todo el mundo cree que soy. Rogando por no escuchar mi nombre, el hombre de unos setenta años tan conocido para mí, que me transmite tanta paz y simpatía, pero a la vez lo odio tanto por las circunstancias que hemos pasado juntos, sale de la habitación de tortura personal que tengo que enfrentar año tras año, se para al frente y dice:

-Pase señorita, vamos a ver cómo van esas piernas robóticas-con una sonrisa sincera, me paro despacio y tranquila, puedo sentir mi respiración en mis oídos, doy los mejores pasos, prolijos y limpios, para demostrarle a este anciano que estoy bien, que no nesecito nada.

Pasamos a la mini oficina, él se sienta en el sillón donde al lado, hay un negatoscopio, es una pantalla de luz para ver mis venditas ecografías, estoy sentada en el otro lado del escritorio y mi hermano a mi lado mio, sacando todo el papelerío de mis avances de los últimos años.

- ¿Cómo andas Vera? -dice con lo lentes diminutos mientras ve lo que le entrego Marcos.

-Dejemos de vueltas doctor, vayamos al grano-digo ya molesta de tanta formalidad-Estoy mejor desde la última operación, lo único que noto que todavía no siento la pierna derecha, de la rodilla para abajo, en las otras cirugías me paso lo mismo, pero se me recuperaron más rápido, en cambio está ya ha pasado un año y nada.

Después de eso el doctor me pide que lo acompañe a la camilla y como en toda puta revisión, me mide cosas muy específicas que todavía no alcanzo a entender, me descalzo a petición de él, me hace caminar como veinte vueltas por todo el consultorio, después de eso, su mirada se fija en un dedo que me quedo torcido después de la mendita operación del año pasado y pregunta:

- ¿Hace cuánto tienes el dedo así? -lo toca para enderezarlo.

-Desde la cirugía-respondo sin darle mucha importancia ya que no me molesta demasiado.

Ya me reviso, todas la variables y avances de esta, ahora venia la peor parte de la consulta donde en otras ocasiones, en este mismo momento, el año pasado estábamos acordando la fecha del peor día de mi vida, todavía no puedo sacarme todas las imágenes de las enfermeras y mis piernas lleva de aparatos, enyesadas y mis pocas ganas de vivir ese momento.

-Le voy a hacer sincero chicos-dice el doctor sacándose los lentes, con esas palabras en específico ¿Acaso alguna vez no lo fue? -Lo de la pierna me preocupa, es raro que pasando un año del acto todavía no hayas recuperado la sensibilidad-hace una pausa para tragar saliva, siento la mano de Marcos agarrando la mía y unas terribles ganas de llorar me invaden, pero me resisto-Puedo ser que algo este obstruyendo el nervio, en caso de que sea así, lamento informarte Vera que voy a tener que meterte a quirófano de nuevo.

Después de eso, deje de escuchar al doctor, sabía que estaba hablando, pero por una razón mi mente no podía pensar con claridad,  solo el recuerdo de las operaciones cuando era tan sola una niña venían a mi mente, siento como mi mundo se cae a pedazos, la vida no es justa, no tengo derecho a sufrir más ya, he sufrido bastante no te parece, dios está jugando conmigo, no le basta con todo lo que pasado ya.

Yo siempre he creido en él, en Dios, pero estos momentos, mi pequeño de otro lado, tengo mis grandes dudas. En realidad, me gusta pensar que me toco esta vida por algo, mi mama decía que las vidas mas duras, siempre le tocaban a lo mas fuertes, no me siento fuerte. ¿Entoces porque me toco esta vida?

-Esta consecuencia solo le pasa al uno por ciento de los pacientes que se someten a este tipo de cirugías-continúa diciendo.

Río sarcásticamente, tengo unas ganas de llorar, los dos presentes dejan de hablar para prestarme atención-Usted me prometió que iba a ser la última, doctor, no prometa cosas que no sabe si va poder cumplir-digo secamente mientras una pequeña lagrima cae.

-Perdón Vera, sé que lo prometí, siempre las consecuencias malas las tengo con vos, pero todavía no te estoy diciendo que tenes que operar si o si, tenemos que hacer dos estudios y ver una especialista de los nervios para que nos diga que está pasando-dice mirándome con lastima, haciéndome sentir aún más idiota, como si no me tomara en serio, como si todo esto no fuera tan grave.

Mi pequeño del otro lado, nunca mires a alguien con lastima, menos en situaciones como estas y mucho menos si tiene alguna discapacidad, ya la sociedad nos mira con lastima, a la más grande de las minorías del mundo, que somos los discapacitados, no nos gusta estar en ese lugar, eso te lo aseguro.

-Usted lo acaba de decir siempre las cosas malas me pasan a mí, así que lo más seguro, es que me tenga que meter a quirófano, con permiso necesito aire, Marcos te espero afuera-digo.

Mi pariente me mira y asiste para luego decir-Yo termino de escuchar indicaciones doctor y voy.

Salgo del infierno de consultorio, me voy hacia a la vereda me siento en el escalón de afuera viendo a la gente pasar mientras saco la etiqueta de cigarrillo y me fumo uno, de la nada exploto y lloro como nunca antes visto, el maquillaje se resbala por mi cara, manchándola toda, la gente me mira como si tuviera loca pero no dice nada, ni me importa en este momento ¡¡¡¡¡No es justo, ya estoy harta de esto es como si nunca les alcanzara con nada, solo de pensar que voy a tener que pasar por agujas, hospitales, médicos groseros, muchas cosas más se me pone la piel de ganilla, como si vivir con estos palos de mierda no fuera suficiente!!!!!

Siento a la persona que siempre ha estado ahí, abrazándome a mi lado, yo sigo llorando sin parar.

-Mi pequeña valiente, ya lo sé, tranquila-me acaricia el pelo para calmarme-Es una mierda esto de ser discapacitada eh-dice Marcos mientras lagrimas le caen por los ojos, pero sonríe tristemente para consolarme.

           

NOTA DE AUTORA:

HOLA PIMPOLLOS!!!!!! ¿Como le trata La vida? Bueno acá les dejo un nuevo capítulo, espero que lo hayan disfrutado mucho, es un tanto personal, pero vale la pena o al menos eso me repito varias veces. Siempre recuerden las grandes personas, siempre son las que mas al pasado por cosas feas, lamentablemente.

Les cuento que hay un proyecto en camino sobre MIRAME A MI, con la idea de hacer un pequeño Trailerbook si todo sale, en enero está listo y marchando.

Les mando un beso enorme, los quiero Derguin ❤

MIRAME A MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora