Capitulo 22

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*FLASHBACK*

Abro mis ojos, me siento totalmente fuera de mí, no sé cómo explicarlo, estos son los momentos donde me arrepiento no haber hecho algo antes de llegar a esta situación, porque no solamente me revele y listo , lo primero que veo es a la enfermera que está al lado mío poniéndome la vía para la lista interminables de calmantes que me van a poner, está todavía no se percata de que estoy consciente, miro para todos lados pero si mover la cabeza, estoy en un cuarto de hospital, puedo notar que estoy en terapia intensiva ya que las habitaciones son distintas en estas zonas, lo último que veo y me destruye el alma son mis piernas, puedo ver como estoy enyesada de la cintura para abajo y como del pie izquierdo sobre salen clavos de mental que se pueden ver desde aquí, es cuando lagrimas salen de mi ojos, y por primera vez desde que me desperté, mi cuerpo reacciona a algo.

- ¿Marcos? ¿Dónde está Marcos? -digo sin dejar de llorar, la enfermera me ve y sonríe como si a mí no me pasara absolutamente nada, justo cuando me estoy a punto de desesperar por la situación y arráncame en cualquier momento el tubo de oxígeno, aparece Cristóbal por la puerta, rápidamente a socorrerme.

-Roja, tranquilízate, todo salió bien-me dice con una pequeña esperanza en su rostro y me acaricia el pelo, no obstante, yo no paro de llorar y mirar mis dos desastres que llamo piernas.

-Quiero irme a mi casa, Cris, quiero estar en mi cama, sin esto-señalo mientras sigo llorando con más desaparición- ¿Qué me hicieron, como lo dejaste hacerme esto?, me quiero ir, quiero despertar de este sueño, por favor que sea un sueño, quiero despertar-digo pegándome con la mano la cabeza, este me agarra la cabeza y me obliga a mirarlo a los ojos, puedo sentir con la idiota de la enfermera le dice algo del calmante pero no escucho bien por el ataque que estoy viviendo.

-Roja, cálmate por favor, cálmate-dice este teniéndome la cabeza, mientras el llanto se detiene un poco-Créeme que nadie en el mundo quiere más eso que yo, pero no puedo llevarte a casa y lo sabes, vamos a poder con esto, me escuchaste, eres mi rojita fuerte, cuando toda esta mierda termine, te juro que te llevare a tu casa y veremos una película como siempre, pero ahora necesito que luches-termina de decir, me suelta la cabeza y me agarra la mano mientras con la otra se saca un rosario rojo y me lo da, puedo sentir como todos mis músculos se relajan por la morfina que me acaban de poner, apretó el collar que cuelga de mi cuello, con la mano con  todas mis fuerzas-Ahora duérmete, estaré aquí cuando despiertes y todo será un poco mejor, lo prometo.

De a poco mi cuerpo, se va acostando, cuando mis ojos pesan y estoy a punto de cerrarlos veo a Marcos entrar por la puerta, pero ya es demasiado tarde ya que caigo en un profundo sueño, ese mismo día Cristóbal cumplió mitad de su promesa, ya que al despertar si estuvo a mi lado, pero no fue un poquito mejor como había dicho, si no que fue el principio de las peores épocas de mi vida.

*FIN DEL FLASHBACK*

Veo detenidamente la cruz que me regalo aquel mientras los recuerdos me inundan, una hora, una hora ha pasado desde que Cris paro de llorar, al parar de desahogarse, lo único que hizo fue parase para luego ayudarme a hacerlo yo también, una vez arriba me dio un abrazo más y no digo absolutamente nada, ahora estoy en la cocina con mi hermano mientras él toma un café y yo un té, me ha contado lo que ha pasado, aunque no hacía falta realmente ya que era obvio lo ocurrido, puedo ver la preocupación de este hacia su mejor amigo, ya que Cristóbal no se caracteriza por tomar bien estas situaciones, normalmente cuesta meses sacarlo de pozo negro, no sé porque pero siento que esta ocasión va ser distinta ya que verlo llorar es un buen indicio que no se guarda la cosas para auto destruirse si no que las libera.

Tomo mi te mientras lo veo sentado de espalda en el escalón de la cocina que da al patio, este fuma cigarrillo con la mirada perdida, está cansado lo puedo notar por la ojeras que vi cuando entre a la casa, hay un silencio abismal en el aire, decido sentarme a su lado para hacerle compañía, no hablo ya que quiero respetar su espacio, solamente me siento y sigo tomando mi te en silencio, saco un pucho de mi propia etiqueta que me compro Marcos esta mañana y me prendo uno, mi Vera interior no aguanta más y digo:

MIRAME A MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora