Jennie es una chica que no cree enteramente en el amor verdadero, menos en la magia de una vida con un final feliz, solo había vivido el dolor, marcada por hechos funestos, cayendo en una vida bohemia.
Pero la vida era como un reloj añejo, el cual e...
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20 de agosto
Tener aquella idea errónea de que vivimos en el cielo cuando estábamos perdiendo el conocimiento, donde solo fundamentamos la constante de vivencias en algo que no era una verdadera vida, sino una patraña, vestida de terciopelo.
La vida no fue más que pesares en lo más profundo de mi alma, cada anochecer en que ella estuvo a mi lado, calentando la fría soledad, que fue creándose poco a poco, y ahora solo siento un invierno en lo más profundo de mi ser.
Me disté una esperanza de vida, te volviste en mis sueños, en mi mejor amiga, luego me quitaste todo ello y volví a la vida a mi propio infierno.
Te encuentro en cada paso, cada calle, pero luego volteas y en tu sombra, en tu rostro, dejas de ser tú.
Me sumerjo en el refugió de una copa de vino, un cigarrillo y a veces, solo a veces agarró una de tus fotos y la tiro a la hoguera, luego meto mi mano, la saco y calmo la llama que se va consumiendo, mi mano siente aquel calor, observó la quemadura y luego nada, simplemente nada.
Y si me silencio, me sumergiré en el mar de tus recuerdos, mirando tu sombra en silencio.
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Te diría que la ciudad, es una completa revolución de ideas, pensares, no obstante, solo siento un olor arsénico, temor a cada paso, extrañes, miradas que buscan un reclamo, un ¡auxilió!, y un libertinaje de excesos, escondido entre la oscuridad de las inmensas calles de este monstruo de mil temores.
En las noches de luna llena y de cielo despejado, miro el firmamento, mientras un recuerdo vago de tu rostro me golpea el pensamiento y aprisiono a mi pecho tu foto a medio quemar.
No soy capaz de escribir más en este viejo papel, solo quiero saber por qué...
Berlín ______________________________ •
Solté la tenue pluma, la cual choco con el bote de tinta, el cual se fue desparramándose lentamente, mientras una lágrima recorría mi mejilla derecha, estreche mi mano izquierda suavemente, consecuentemente apague el calor de la vela y fui a reposar mi alma destrozada,
Las sábanas estaban empolvadas, la cama rechinaba, el ruido de la ciudad a lo lejos, se sentía aún más cerca, asomé mi rostro hacia la ventana, mientras las gotas de lluvia se deslizaban sobre el terso vidrio.
Haciendo venir a mi mente, aquel momento en que te conocí, eras tan delicada, dulce, amable y te hallaban sola en aquella calle mirando al cielo, me acerqué a ti, preguntándote:
- ¿Eres de por aquí?, ¿Cómo te llamas?, ¿De qué familia vienes?
Eran preguntas tan infantiles y ridículas, a las cuales tú respondías serenamente, contándome sobre París, aquella ciudad del recuerdo de mi pesadilla, de mi trauma, te apellidas Soo., por su linaje de sus abuelos, tenía sueños similares a los míos, pero un pasado muy diferente a la vez.
No podía evitar evocar una sonrisa, al recordarlo, como también derrumbarme al saber que te he perdido.
Intenté olvidarla, intenté aceptar a alguien más, pero solo la lastime y me lastime.
Debo descansar, debo olvidarte en este infierno que alguna vez fue capaz ser un cielo divino, que ahora solo es una vida de pecados.
