Hoy se cumplían 5 años desde el descenso de mi madre de la vida terrenal.
Como todos los inviernos del año nos dirigimos hacía el sepulcro, en aquel cementerio pequeño que se alojaba cerca a la iglesia a la que los White se les veía llegar, eran tan cristianos que a veces no comprendía su fuerza de voluntad para seguir en sus creencias mientras una sociedad se veía en la decadencia llena de excesos y despreocupación.
Aún recordaba la última vez que llore en la tumba de mi madre, aquello me era tan presente como si fuera hoy, recordaba cada canción que le repetía aquellas que me cantaba, cada historia de París, la ciudad del sueño. Aún recordaba su canción...
Estrella de brillo extraordinario, que naciste de la luna o tal vez del sol, protege los sueños de un soñador, que cree en la presencia de un Salvador, dame tu luz, mantente a mí lado, mientras aún pueda soñar, descansa entre aquellos brazos que se elevan en un solo clamor y llena mi corazón.
...
Recuerdo, que cuando la escuchaba no le encontraba rítmica, y mucho menos un significado, pero cada vez que la escuchaba lograba sacar una sonrisa, entre el manso cantar su voz lograba mandar a aquella pequeña a los brazos de Morfeo.
Pero ahora, desearía no recordarla, porque era una daga que solo me saca una lágrima del rostro y un clamor de dolor entre llantos de impotencia.
Mi vida cada vez se veía lejos de ser lo que alguna vez soñé, pero como negarlo mi vida era una pesadilla, es decir ella un sueño, al final de todas las pesadillas también son sueños, sueños oscuros.
Me acerqué lentamente a mi padre, quién estaba arrodillado rezando ante el sepulcro de mi madre, estaba triste, con un gran pesar y un peso de un mundo de culpas encima de él, su escudo era su inmenso orgullo que no le permitía derramar ni una sola lágrima, pero aquello no lo hacía menos humano, era trabajador y solía consolarme aquellos días de invierno, donde sentía más su ausencia y eso bastaba.
—Jennie, hija podrías acercarte-dijo mi padre con una voz suave.
— Si padre- contesté
— Si alguna vez, dejo este mundo, no me juzgues, si quieres olvídame, ódiame, pero jamás me consideres un cobarde.
— ¿Por qué dice eso padre? - dije, mientras sentía un nudo en la garganta y un frío pasar por toda mi piel.
— A veces, las personas tomamos decisiones de las cuales no podemos arrepentirnos, pero no por cobardes, sino porque la vida así lo quiso, Dios así lo quiso, las personas así lo quisieron- Me contestó mi padre entre palabras cortadas por una tribulación contenida.
En ese momento no podía entender lo que me decía, solo asentaba con la cabeza mi conformidad, que fue correspondida con una sonrisa débil.
El viento empezó a asomarse drásticamente, por suerte traía una chalina y una chompa y aunque mi padre me decía que fuera a casa, decidí acompañarle en su luto hasta lo último, no pensé que sería el ultimo.
Caída la noche, mi padre se incorporó y junto conmigo nos dirigimos hacia el hogar, sin pensar en lo que sucedería o podría suceder.
Llegamos al hogar, quizás no era como la casa de mi madre, grande con espacios que daban hasta un jardín en donde alojaban rosas, claveles, entre otras plantas, pero era necesario dejar la casa que alojó la más grande de nuestra pesadilla.
El cigarrillo no tardó en prenderse, el humo era insoportable, aunque algo agradable, lo cual me parecía extraño, el alcohol estaba en la mesa, pero mi padre no llegaba a tomarlo, como solía hacer cada año, de un momento a otro el humo dejo de sentirse e incorporándose se dirige hacia su cuarto, serrando bruscamente la puerta se escucha un disparo.
...
El tiempo parecía detenerse, mientras gritaba por ayuda, pero la sangre cada vez se diluía más rápido, y con voz casi imperceptible me dijo:
—Te amo.
—No me dejes, resiste, resiste...- gritaba desesperadamente.
Sus parpados se cerraron lentamente y su corazón dejo de emitir vida.
—Te odio- vocifere entre lágrimas.
Pero ya no podía hacer nada.
La muerte era algo un cobrador de grandes intereses, solía tener esperanzas en el lecho de muerte, al igual que clavar la azada en nuestros corazones, dejando sangrar todo lo que lo rodeaba.
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Mortal Poison (Jensoo)
FanfictionJennie es una chica que no cree enteramente en el amor verdadero, menos en la magia de una vida con un final feliz, solo había vivido el dolor, marcada por hechos funestos, cayendo en una vida bohemia. Pero la vida era como un reloj añejo, el cual e...