Mortal Poison (Jensoo)

【III】

Se veían también juntas, en su rostro solo podía percibir felicidad, pero luego el final llegó y solo contemple indiferencia en su carácter y una tristeza que se ocultaba bajo su sábana.

Su llanto callado, solo hacía que mi pesar aumentará por aquel secreto que guardaba mis sentimientos, en lo más profundo de mis deseos profanos.

Todos los días la observaba como se desvelaba mirando su reflejo en aquel vidrio, hasta que el sueño la tumbaba, en las tardes solo reparaba a ver el reloj, esperando a que fueran las 1700 horas, aquello se habría vuelto una rutina suya, mientras yo esperaba hasta tarde a que llegara, mi madre me preguntaba siempre si sabía del paradero de Jisoo, entonces tenía que crear mentiras tras mentiras, hasta que empecé a creerme las yo también, cuando llegaba oliendo a alcohol, la ayudaba a entrar, gracias a que su nivel de alcoholismo era baja podía mantenerse consciente o al menos eso hacia parecer, había veces que no la veía llegar en todo el día, hasta que tocaban las 1300 o 1500 horas.

Quizás mi aceptación hacia la relación de mi prima, era que yo también sentía atracción hacia el sexo femenino, no solo sentimental, sino también deseo sexual.

Con el tiempo, empecé a desarrollar un sentimiento hacía Jennie, aquella chica rebelde que llegaba de la mano con mi prima, no sabía lo que me atraía de ella, pero no era capaz de expresarlo, no quería dañar aquella felicidad de mi prima, porque era la primera vez que volvía a ser completa y feliz desde que éramos pequeñas, era una niña muy alegre, le gustaba olor las rosas, correr por el jardín, luego todo cambio con la muerte de su madre, todo fue tan repentino, aún recuerdo, estábamos tomando té, mientras leíamos un cuento, entonces la puerta empezó a sonar, corrimos para abrir, aún más rápido Jisoo, quién pensaba que era su padre con algún regalo.

Luego empecé a detenerme lentamente, observé cómo su padre abrazaba a mi prima, mientras ella lloraba desconsoladamente, luego después me llegué a enterar que mi tía nos había dejado.

Desde entonces Jisoo, siempre se sentaba en un columpio, sola, ya no corría ni mucho menos sonreía.

Decidí salir en dirección al bar que mi prima frecuentaba, con el fin de poder despejar aquellos pensamientos confusos.

El camino era largo, igual que solitario, hasta que por fin había llegado.

Al entrar, decidí sentarme e ignorar las miradas de los chicos que solo me miraban con deseo, pedí un vaso de vodka, era la primera vez que lo probaba, sentí un ardor, aumento de calor, el sabor era horrible entonces la vi, estaba sentada, sola, con una copa de whisky al parecer, mirando a la nada, era Jennie.

De inmediato empezaron a rondar pensamientos oscuros junto a algunos recuerdos que la mente divagaba.

Me acerqué a ella por una extraña razón me dejé llevar por el impulso.

Ella me quedó mirando, como si me conociera de algún otro lado, pero luego solo centro su mirada en la copa, le volví a hablar a lo que ella reacciono diciéndome.

—¿Quieres acompañarme a salir de este oriundo lugar?

—Sí —respondí sin dudar.

Ella pidió otra copa y tomándola de un sorbo, me sujetó la mano, guiándome hacia la puerta de salida.

No me acuerdo cuánto tiempo recorrimos las calles para llegar hacia su casa, entramos a su habitación, en la cual observé una botella de vodka y al lado una copa, de lo demás sólo tengo un borroso recuerdo

Ella se acercó lentamente a mí, susurrándome al oído.

—¿Estas listas? —mientras deslizaba lentamente su mano en mis hombros.

Sentí como mi rostro se sonrojó al escuchar aquello, era en parte lo que deseaba, lo que mi mente quería. Pero mi cuerpo no se sentía listo para ello.

Entonces Jennie acercó suavemente sus labios, haciéndolo deslizar entre los míos, mientras los mordía delicadamente, luego los separó, volviéndome a preguntar.

—¿Estás listas?

Mis pensamientos se debatían de lo que tenía pensado hacer, pero el deseo fue más fuerte que la razón.

Tomé la copa que estaba en la habitación y sirviéndome el vodka, procedí a tomarlo.

Entonces perdí completamente mi uso de razón, dejando todo a los deseos de la carne.

Lentamente posó su mano izquierda sobre mi cintura y la derecha sobre mi rostro, mientras me besaba.

Sentí como sus labios se deslizaban sobre mi cuello y como me desnudaba de apoco.

Luego sus labios se posaron sobre mi Escoté, luego la volví a besar, entonces sentí una leve intermitencia en mi braga.

Después de ello, la veía sujetando mis manos apoyándolas sobre las sábanas y su rostro bajando desde mis pezones hasta mi parte íntima, luego de ello solo sentí un espacio, que luego se convirtió en placer y soltando un gemido, que luego se vio seguido por otro, nuestros sudores se encontraron rosando el cuerpo ajeno.

Consecuentemente a ello procedí a devolver aquel placer, deslizando mis labios sobre el pezón derecho, mientras mi mano se deslizaba por su cintura hasta llegar a su intimidad, flotándola ligeramente, hasta sentir el alarido de placer de ella.

Después de ello, mi memoria solo se centró a la habitación en plena mañana, en la que había una cama con sábanas desordenadas, la ropa tirada y una Jennie ausente.

Salí de inmediato después de vestirme, llegue como a las 1200 horas a mi casa, mi madre quién había estado preocupada por mí, me increpó si había dormido en la casa, a lo que respondí que sí y que había salido muy temprano, mi prima sin dudarlo me apoyó, no podría esperar menos de ella, al menos ello me lo debía.

Jisoo al momento que mi madre se dirigió a la habitación, se acercó a mí para preguntarme sobre lo de la noche anterior.

En ese momento recuerdo que no le pude dar respuesta, ya que mi mente estaba nublada y con un severo dolor, el cual me mantuvo en cama por dos días.

Desde entonces aquella noche se fue repitiendo al menos por dos semanas, de manera intercalada, en las que mi prima me resguardaba, pensando que salia con un chico,mientras que en mi subconsciente solo sentía culpa por las mentiras, pero sentía que con solo beber podría disminuir la culpa, culpando a los deseos de la carne, aunque cada vez mi mente se iba acostumbrando, volviéndose cada vez más lúcido el recuerdo e igual que la acción y el placer aún mayor.

Ahora solo me invade la culpa y a la vez un vacío el cual no soy capaz de llenar, porque no solo siento que pierdo a mí prima, sino que ella también se ha ido.