Jennie es una chica que no cree enteramente en el amor verdadero, menos en la magia de una vida con un final feliz, solo había vivido el dolor, marcada por hechos funestos, cayendo en una vida bohemia.
Pero la vida era como un reloj añejo, el cual e...
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Día 114:
Quisiera escapar, sofocar todo lo que siento, volar en un inmenso cielo lleno de nubes y no de tormentos.
...
Día 145:
El sol, un mensajero de aquello que era prospero, posiblemente prospero.
Hoy fue un día del cual pude redimir mis tormentos, ahogar las penas en el vasto paraje del olvido y saciar las esperanzas con un nuevo amanecer.
Quizás sonara trivial, hasta ilógico, pero sentí que volvía a aquel momento dónde el parque a espaldas de aquella casa de mi padre, era un lugar paradisíaco, sentí aquello como si todo lo anterior se disipara entre lagunas del recuerdo, y solo formar parte de un nuevo suceso, un nuevo recuerdo, restableciera el lazo con Jennie.
Aun así, no podía hacer comparación con el regocijo de amor que sentí, en aquel momento de melancolía, de temores guardados, se fueron compensando con un simple acto.
Todo ello me hacía escribir, soñar, buscar la interpretación a todo ello, dejando aquello en mi sentir...
El sol se reflejaba en ella,
mi mirada estaba fija en aquella porcelana
el miedo se fue alejando, mientras ella solo me decía que estuviese tranquila
La noche estaba cerca y yo solo la veía
Sintiendo la calidez de sus manos.
Solo contemplaba aquello prohibido,
volviéndose objeto de mis deseos
Quizás estaba loca, quizás solo quería amar
Volviendo a nacer en aquel ósculo,
Toxico veneno que quería poseer.
Ello era la impregnación de lo sentí, todo ello por un simple beso, dado por un ángel que alguna vez fue demonio.
Recuerdas, como me sentía hace unas semanas atrás; perdida, dudosa, abatida.
Pensé en que todo aquello era muestra de una precariedad mía sobre mi amor propio, porque no era capaz de superar a aquella chica con sueños, con un paso decidí dejarla atrás.
La culpa era a veces la mejor opción entre tantas explicaciones, pero esta vez podía llamarlo un lazo del destino.
O quizás la amaba más de lo que podía pensar.
Hace un mes que no escribo.
Hace un mes que ya no eres mi confidente.
Hace 30 días que deje de ser feliz.
Eres aquel cuadernillo de notas, de memorias.
Sabes que mi más grande temor es olvidar todo aquello, los bellos momentos, los malos momentos, que al final formaban parte de mi historia, de mi ser.
Ahora Jennie, es muy cuidadosa, pone atención a todo lo que hago, aquellas noches de alcohol quedaron atrás, poco a poco fueron desapareciendo de su habitación todo rastro de una vida bohemia.
Sentía como si yo era su cura para aquel veneno que solo la estaba consumiendo hasta morir, al menos eso me dijo.
Día 146:
Hoy Jennie me pidió salir, estoy tan emocionada.
Día 150:
Siento como si Jennie me ocultara algo, pero debe ser solo una mala percepción.
Día 152:
Siento un dolor en mi brazo, no sé si preocupar a Jennie, solo esperaré el siguiente día.
...
Día 182:
No puedo contener las lágrimas, todo el mundo se derrumba ante mí, siento el peso del temor de perderla.
Quizás un desmayo no sea tan letal, pero no deja de atemorizar mis pensamientos.
