Pasar El Rato

407 48 19
                                    

ஜ۩۞۩ஜ

Había regresado a su casa después de un arduo día de entrenamiento.
Se dirigió a su cuarto para darse una ducha, pues había quedado en hablar con Daigo, y para eso quería estar relajado en el momento de llamarlo.

•❅──────✧✦✧──────❅

Se sentó en una esquina de la cama y tomo el teléfono, buscó entre sus contactos, llamó al azabache y espero unos minutos a que la llamada entrase.

Hola, Daigo; soy Wakiya—saludó algo alegre, la verdad es que no tenía mucho que contarle por lo sucedido el día anterior. Tal vez el de orbes entre grisáceos y púrpura (N/A: le pregunte a mi hermano de que color le veía los ojos a Daigo y me dijo que de esos colores los veía, ya ni sé identificar colores :''v) se molestaría por no haberle hablado bien.

¿Qué te dijo?—preguntó con cierta curiosidad, debía estar completamente informado para saber si debía ir a buscar a Silas y darle con un bate... O simplemente hablar cara a cara con él, que, probablemente sería lo mejor.

No mucho—dijo mientras encogía los hombros—Digamos que no lo golpeé

Daigo suspiró, algo así se veía venir, pero luego sonrió y se echó a reír al imaginarse como es que su amigo había golpeado al peli-verde.

¿Le preguntaste lo que sentía?

Algo así—susurró—Recuerdo que antes de irme me dijo que sus sentimientos no eran una broma, me confundí más y lo termine golpeando

Suena como si estuvieras orgulloso de eso—sonrió un poco y se recargo en el respaldo de la silla mientras miraba la pared. No quería admitirlo, pero le hacía feliz el hecho de que el rubio confiara en él.

Lo estoy—dijo de manera orgullosa.

Al final de cuentas se terminaron desviando del tema y empezaron a hablar de otras cosas. Se estaban divirtiendo, de eso no había duda.
Duraron toda la tarde y parte de la noche entre risas, regaños, quejas y sonrisas.
Se despidieron y quedaron en hablar otro día.

Le hacia sentir bien el poder hablar con alguien, aunque aún quería llamarle a Hoji. Ya era algo tarde, por lo que no era lo apropiado marcar a casa del castaño; tal vez hablaría con él luego.

Salió de su cuarto, aún no iría a descansar. Quería seguir practicando sus lanzamientos y posiblemente hacer algo nuevo e interesante.

•❅──────✧✦✧──────❅•

La mañana fue prácticamente la misma, quería hacer algo productivo, algo que nuca haya hecho o solamente pasear por algún lugar, el que sea, no le importaba mucho cual fuera.

Había optado por pasear a donde el viento se lo llevase, porque, la verdad no tenía algo más que hacer.
Miro las nubes, luego el verdoso pasto y por último un frondoso árbol. Se dirigió a aquel lugar y se sentó bajo la sombra del mismo, cerró sus ojos y se dispuso a pensar en lo que comería o que haría después. Ya saben, lo normal.

Me voy a sentar—abrió los ojos de golpe, se había asustado por no estar prestando atención a las cosas que estaban sucediendo a su alrededor.

¿Me estas siguiendo?—preguntó el rubio mientras se llevaba una mano a su pecho tratando de calmar sus latidos, comenzaba a preguntarse si su corazón latía demasiado rápido por el susto que se llevo o si lo hacía por otra razón.

El peli-verde se encogió de hombros, negó con la cabeza y desvío la mirada. No quería buscarse otra paliza al momento de decirle un "Tal vez".
El silencio era lo que predominaba entre ellos dos, pero podían apreciar la voz de los niños pequeños, el canto de las aves y una que otra voz gritando "Let it rip".
Wakiya suspiró, no tenía nada que hacer ahí, sentía que Silas sólo perdía tiempo valioso con él. Cuando realmente no era así, al peli-verde siempre le agrado hablarle al rubio; aunque aveces no terminaba bien, le gustaba mirarlo e inclusive estar a su lado aunque sean unos segundos.

Una pequeña niña se les acerco y miro a la pareja con felicidad. Se acerco a Silas, le susurro algo y le entrego una cosa que Wakiya no pudo observar bien. La niña se despidió y se fue corriendo con su mamá.

Esa niña me dijo que le entregara esto a mi linda noviase dispuso a reír un poco, pero luego le entregó una pequeña flor.

Soy hombre y no soy tu novialo miro de mala manera, aceptando la flor, tampoco es que sería tan grosero dejandole la flor, de todos modos fue algo que la niña le pidió que se la entregase y no venía de parte de Silas.

Pues te confundió con una chicale sonrió de manera ladina.

Me hago trapito, si quieresrespondió de manera sarcástica.

El peli-verde se dispuso a reír nuevamente, le daba gracia lo que la pequeña le había dicho, aunque si ambos estuvieran en una relación; el rubio sería la chica.
Se levantó, se despidió de Wakiya sin siquiera mirarlo y se esfumo de la vista del rubio.

Bueno... Eso ya iba a formar parte de las cosas que le contará a Daigo, quien posiblemente se ría de lo sucedido, pero se sentiría orgulloso porque pudo hablar con Silas sin haberlo golpeado al final de la conversación.

•❅──────✧✦✧──────❅•

Ya iba directo a su casa, quería llegar a relajarse un poco, pero en el camino se encontró con Valt y Rantaro. Sólo rogaba a los dioses que ese par no lo terminaran estresando en el trayecto a su hogar.
Ambos chicos hablaban de cualquier payasada que se les venía a la mente, a veces hablaban de su día con el rubio y le preguntaban sobre su día. Cosa que Wakiya esquivaba cambiando el tema de conversación sobre cualquier otra cosa que se le ocurría.

★═══¿Por qué te amo tanto?═══★

Ya quedó :3, lo hice largito... Espera... ¿Capítulo? ¿Largo? ¡Fin del mundo D':!
Lo hice con amor, espero que les haya gustado.
Nos vemos luego, bye; cuidense :3

¿Por Qué Te Amo Tanto? ||Siswaki||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora