Uno

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Uno de los mejores recuerdos de mi niñez siempre sera aquel lugar y las mágicas personas que vivían en el, no podría describir con exactitud a la señora Tomson y a su esposo antes de llegar a la vejez sin embargo lo que siempre estará presente en mi es lo amables que solían ser, pero no solo conmigo sino con todas las personas del vecindario.

Recuerdo que literalmente conocía su casa como la palma de mi mano a pesar de lo grande que era, incluso las primeras veces que entre ahí llegue a compararlo con un castillo, también recuerdo que algunos niños y a mí nos permitían nadar en su piscina a la que tarde varios años antes de poder tocar el fondo con mis pies, ella solía  preparaba bocadillos y nos daba todas las galletas que podíamos comer.

Cuando aun era una niña nunca me importo las razones por las que lo hacia sin embargo con forme los años continuaron pasando llegue a algunas conclusiones, tal vez lo hacía porque no tenía hijos y nunca llegue a ver que alguien los visitara ni siquiera cuando ella enfermó, solo su esposo estuvo ahí . Muchos del vecindario los estimaban así que intentaron apoyar en lo que podían pero así como la novedad de su enfermedad paso el interés de los demás igual.

Creo que el momento más difícil fue cuando un día parada en mi ventana, vi como dos ambulancias con luces rojas se encontraban aparcadas frente a su casa, no quise preguntar y tampoco suponer por que la respuesta me asustaba sin embargo durante mucho tiempo llegue a despertar por las noches escuchando el sonido que las ambulancias habían producido. 

Muchos de los vecinos salieron a ver que sucedía sin embargo nadie tuvo el valor para acercarse a él y quizá esa es una de las razones por las que aquella imagen quedo tan grabada en mi mente, el señor Tomson llorando desconsoladamente sentado en el borde de la ambulancia. 

Aquel día sentí un gran vacío en mi corazón y pensé que así era como se sentía el perder al amor de tu vida, quizá en otro momento jamas hubiera tenido el valor que apareció en mi para hacer lo que hice ese día.

Por que de un momento a otro mis piernas habían empezado a correr hasta él. Tal vez después de tantos años esa era la única forma de devolver toda la felicidad que ellos me habían dado así que lo abrace. 

Recuerdo el vació de su mirada y la tristeza que sus pupilas transmitían, incluso llegue a creer que él jamas dejaría de llorar, pero solo se limito a tomar mis manos y decir.

-Si llegas a amar a alguien mi pequeña Summer, amalo tanto que jamas te arrepientas de nada cuando lo pierdas- en realidad ese día no entendí a que se refería sin embargo no pasaría tanto antes de que sus palabras tomaran más sentido. 

Ese día él me dio dos consejos que supongo luego acabarían por ser una luz anticipada a la tempestad.

-Al final y al cabo ni todo lo que tuvimos y lo que dijeron de nosotros la mato o la mantuvo con vida, ojala hubiera entendido esto mucho antes. 

Pensando en lo anterior me di cuenta que para ese tiempo y aunque intenté no pude entenderlo pues hasta esos días ni siquiera estaba segura de lo que era el amor y sí, habían algunos chicos en el instituto que me gustaba pero nunca pasaron a ser algo más que locas fantasías en mi mente.

Aquel día fue el ultimo que hable con el señor Tomson y tan solo tiempo después escuche que  hizo todo lo posible para sentirse mejor pero aquella casa era un constante recordatorio de su difunta y amada esposa así que después de que él pusiera un letrero diciendo que la casa estaba en venta vi como compradores interesado iban y venían, no negaré que algún un par de estos llamaron mi atención pero no más de lo usual y así como de rápido la casa se puso en venta esta se vendió.

A los pocos días vi como un par de camiones con cosas que podría decir que eran incluso mejores y más modernas que las de los antiguos dueños, eran llevadas a la casa donde estarían ahora sin embargo no vi a sus nuevos compradores, pensaba en qué tal vez podría ser como en esas películas en las que el chico más popular del colegio se mudó alado de la marginada y finalmente la nota y se enamora de ella o que un nuevo chico misterioso, jodidamete guapo se muda y también se enamora de la chica y ella por primera vez se siente viva, pero nada de eso pasó. Ahora que lo pienso, si eso hubiera pasado las cosas que sucedieron a continuación hubieran sido mucho más simples.

Ese día en el que se podría decir que todo empezó había llegado de la escuela, tan cansada como siempre pensado en las razones por las que aún seguía yendo a estudiar pues ya era mi último año y nada en especial había pasado en mi vida, nunca fui una persona de mucho salir y aún peor de entablar conversaciones para hacer amistades, con suerte había conseguido aquel grupo de amigas que también solía cuestionarme la verdadera razón por la que estaban conmigo. Por el lado romántico no tenía ni un poco de experiencia y no era exactamente porque  mi apariencia fuera horrible y tampoco tenia una belleza que se les da a todas las protagonistas de las historias y que luego solo es notada por el protagonista, era alguien normal que más bien creo que prefería soñar antes que prestar más atención a lo que pasaba a mi alrededor y nunca me di cuenta cuando chicos quisieron invitarme a salir.


Ese día la casa completa olía a la exquisita tarta de durazno y chocolate que mi madre solía preparar para ocasiones especiales y fue algo que me animó un poco, pero al ir a la cocina y ver aquella delicia humeante puesta en la isla de la cocina, cuando estuve a punto de cortar un trozo para comerlo mi madre me gritó que eso no era para nosotros, mi cara se frunció tan rápido como se había puesto feliz.

-!Mamá¡ no es justo- grite tocando mi estómago por el hambre que ya había causado con la esperanza de que tan solo me diera aunque sea un poco.

-La prepare para los nuevos vecinos- dijo para luego entregármela en las manos -Así que ve a dejársela- ordeno apuntado hacia la dirección de la casa de los Tomson al escuchar aquello un escalofrió recorrió todo mi ser, ya que escuchar aquel nombre se había convertido en dolor en mi pecho. 

-Mamá- cuestione con la esperanza de que cambiara de opinión, sin embargo ella jamas llego a entender lo que aquello significaba para mi.

-Summer, ve- había respondido, con su tono que usaba cada vez que me decía que no tenia tiempo para mis "juegos bobos" y se que pude habérselo dicho sin embargo era algo que ni siquiera había querido pensar. 

-Ve a dárselos y luego prepararé otra tarta para ti- dijo al ver mi rostro creyendo que yo actuaba así por el pastel. Y aunque eso no era lo importante acabe accediendo. Supongo que tarde o temprano tendría que enfrentar aquello. 


Salí de mi casa y solo di unos cuantos pasos hasta llegar a la casa de la vecinos, parte de mi quería tratar de hacer el camino lo mas largo posible sin embargo era consiente de que acabaría por llegar, la tarta estaba tibia y olía muy bien haciendo que en su mayoría mis ojos estuvieran pegados a ella y mi lengua humedeciera mis labios tratando de pensar en algo diferente, cuando mis dedos iban a tocar el timbre mi vista se levantó al escuchar un sonido extraño

La puerta de los Tomson siempre me había gustado por la vitrina de azulejos que estaban en la puerta, sin embargo también tenía sus defectos y era que te permitía ver lo que pasaba adentro. 

Mis ojos se abrieron al darme cuenta de que un hombre estaba de espaldas y sin camisa, era delgado pero tenía músculos, se podría decir que parecía haber trabajado en ellos, luego note como este tenía a una mujer casi de la misma edad que él con sus piernas envueltas en la cadera de él, ella también se encontraba sin blusa y su cabello estaba todo revuelto sin embargo era evidente la belleza que su rostro manifestaba, tenía facciones casi perfectas, y parecía estar muy concentrada en abrir el pantalón de él como para notarme, no supe qué hacer y torpemente por el impacto de la escena deje caer el postre haciendo que mi presencia se notara por el ruido producido, ella me miró directamente a los ojos y vi como el hombre también regresó a ver, ambos parecieron ponerse nerviosos y sus rostros palidecieron, él también tenía un buen aspecto y parecía tener la misma edad que ella en ese momento no supe que hacer y mi cuerpo optó por realizar una de las cosas que se me da mejor, salir huyendo.

LIBEROSIS |+18| KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora