Veintinueve

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Recuerdo que una vez Eva dijo que a pesar de que ella no conocía precisamente el amor, estaba segura que lo que decía su abuela, era totalmente cierto, pues incluso sus palabras tomaban más efectividad, cuando esta tenía una copa de vino en su mano y de la misma manera tambaleaba mientras hablaba entrecortadamente, por que justo en ese momento era cuando más decía la verdad.

Ella solía decir que "El amor era tan amargo como el alcohol" sin embargo, en este momento, durante esta noche, yo sentía que el alcohol podía ser de hecho más dulce que el amor.

Pues aunque ambos al principio fueran amargos si lograbas soportar unas cuantas copas de trago al final, acabarías por acostúmbrate y hasta incluso podría llegar a gustarte, y lo mejor de todo sería el efecto que te dejaría. Sin embargo el amor solo te dejaría un dolor desgarrador e insoportable.

Pues efectivamente esto era lo que sentía, en esta oscura noche, al principio mientras mi pecho dolía y mi cuerpo estaba cansado, me cuestioné a mí misma si acaso así se sentía que te rompieran el corazón.

Y supe que este dolor era efectivo y real, cuando al recordar los ojos tristes de Taehyung, mi corazón dolía más.

Y mientras, el tiempo seguía corriendo, sin detenerse ni un segundo, recordándome que a pesar de que tú estés hecha pedazos, el mundo no se paralizara por ti.

Y por esa misma razón, a pesar de sentirme el ser más masoquista del planeta, por el lapso siguiente sonreí y fingí estar feliz. Fingí que la fiesta en la que estaba era divertida, fingí que la música que sonaba era de mi agrado y fingí que Kim ya no me importaba. Incluso cuando Eva me miro a los ojos y me preguntó si todo estaba bien, fingí que no dolía. Pero era imposible engañar a Eva. Pues yo misma, ya no quería llorar, no quería desplomarme otra vez.

Y al verme en ese estado esta solo suspiro profundamente, tomó mi mano y me alejo de dicha fiesta, haciéndome entrar en una habitación.

Donde me explico que estaba bien llorar, si dichas lágrimas no iban dirigidas hacia otro ser, pues si esto era así, significaba que yo estaba permitiendo que alguien más me lastimara.

Ella sabía cómo palabras salidas de sus labios podían llegar ha afectarme y sin dudar de sí misma, salió de la habitación, dejándome una cálida sonrisa, una que de cierta manera me ayudó.

Para muchos Eva podía parecer un demonio, listo para llevarte a las profundidades del abismo, pero para mí, Eva era como un ángel salvador, que así como la teoría de Platón acerca de los hombres de las cavernas, está había llegado para abrir mis ojos y mostrarme el mundo real.

Y si, luego de que ella salió de la habitación, lloré, pero por primera vez en mucho tiempo, lloré por mi y se sintió bien, se sintió bien pensar en mi y recordar que solo yo podía decidir seguir con el mundo o quedarme atrapada en un bucle que no hacía más que lastimarme.

Sería doloroso seguir, estaba segura, pero estaba aún más segura que sería desastroso si me quedaba.

Y salí de esa habitación con la frente en alto y una sonrisa que no era para que otros la vieran y decidieran no hacer preguntas, era una sonrisa la cual me recordaba que en medio de todo eso, había esperanza de seguir.

Y bueno tal vez también puedo darle un poco de crédito a todo el alcohol que llegue a ingerir ese día, pero a partir de ese preciso momento en el que decidí ver la vida o las circunstancias con otro ojos fue cuando las cosas empezaron a cambiar.

Nunca había sido del tipo de personas a las que les gustase el baile sin embargo, aquel día baile todo tipo de música que fue reproducida, agitando mi cabello y moviendo mi cuerpo.

LIBEROSIS |+18| KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora