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Treinta y nueve - Final parte tres

-No se quien eres... realmente no tengo idea de quién es la persona que veo frente a mi- aquella respuesta retumbó en mi cabeza una y otra vez, sus palabras y la dura mirada de mi madre habían hecho que lágrimas cayeran por mis mejilla, había conocido lo que era llorar en otras ocasiones, sin embargo al ver su rostro lleno de decepción pude sentir como mi corazón se partía en dos -No quiero verte ahora... sal de aquí Summer- susurró mientras giraba su rostro para evitar mirarme.

-Mamá- las palabras salieron de mis labios con dificultad, pues el dolor en mi pecho crecía demasiado rápido.

-Por favor señora Kwam, déjenos explicarle- replicó Taehyung mientras apretaba más mi mano.

-Salgan de mi casa- Dijo levantado más la voz, a veces yo podía llegar a ser una persona muy insistente, pero también conocía a la perfección a mi madre como para saber cuando ella no iba a ceder -Confiamos en ti, te tratamos como un hijo, eras nuestro amigo, pero resulta que solo eras su asqueroso violador, mi hija era menor de edad sabes, mi hija era una niña y tu estabas casado por aquella época, ni siquiera sé cuántas personas debieron verlos, tal vez incluso durante todo este tiempo muchas mujeres del vecindario estuvieron hablado de mí a mis espaldas pero yo como siempre siendo la tonta que sonríe a todos, a demás ahora tiene más sentido que hallas dejado a tan buen partido como Adam... primero tu padre y ahora tu... ¿Que hice para merecer esto?

Antes Mamá nos había dicho que nos fuéramos y parte de mí quería seguir luchado para hablar con ella pero tras escucharla decir todo aquello, fui yo la que quise irme.

-No Taehyung- Me lévate de mi asiento -tiene razón... deberíamos irnos.

Taehyung se tomó unos segundos analizando lo que yo había dicho y pude sentir como cada una de esas palabras le habían dolido, habían lastimado cada parte de él, así que al escucharme asentó con la cabeza para a continuación seguirme, muchas veces al hacer este tipo de cosas yo misma había llegado a pensar de mí que era una cobarde por que era casi como abandonar la batalla pero ahora había entendido que en realidad es de valientes saber cuando hay que parar, es de valientes aceptar que no todo saldrá como queremos.

Y si, parte de mí quería quedarse e intentar explicarle, decirle que no solo era un capricho, que había amado a Taehyung desde tiempo atrás, que yo y él habíamos luchado por todo eso, que si, la gente diría muchas cosas, que a los demás les gustaba hablar por qué no tienen nada mejor que hacer, que lamentaba haberle guardado tantos secretos y que él, no estaba mal de la cabeza por haberme aceptado cuando se podría considerar ilegal. Pero también quería decirle que pasara lo que pasara yo ya había tomado una decisión.

Y si, hace años había medianamente entendido a Beth, pero ahora la entendía completamente.

Ahora sabía lo que era ser rechazada por una de las personas que más amaba.

-Mamá, te amo, pero no renunciaré a mi felicidad, por tus prejuicios y por el temor que sientes a lo que los demás digan de ti- Ni siquiera está segura si ella había escuchado aquello, pero me daba igual, aquellas palabras más que para ella habían sido dirigidas a mi.

Aquello en otro tiempo habría hecho que mis desiciones tambaleara sin embargo ahora ni siquiera me habían hecho mirar atrás.

Supongo que como la mayoría de hijos, primero acuden a su madre y así fu como yo lo hice, suponiendo que luego de decirle todo a mi madre estaría dispuesta a ayudarme para darle la noticia a mi padre, pero ahora sabía que en realidad estaba sola.

Con Taehyung habíamos planificado que la siguiente noche iríamos a cenar con mi padre en un restaurante italiano en el centro, pero tras el suceso anterior opté por que sería una mejor idea ir yo sola y aunque Taehyung insistió acabo aceptando aquello.