Diesisiete

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-Sí te sientes muy sola o si pasa algo, solo tienes que llamarnos ¿si cariño?- preguntó mostrado esa expresión que me decía que si se lo pedía ella se quedaría conmigo.

-Estaré bien- respondí abrazándola por última vez -Tranquila- completé para así quitarle todos esos nervios que aún continuaban en ella.

-Bueno, sabes que te queremos, así que no quemes la casa y estudia mucho- replicó mi padre dándome una caricia en la cabeza y revolviendo mí cabello como si fuera un pequeño perro.

-Sí papá, estudiare mucho y no quemaré la casa- repetí girando mis ojos.

-Bueno, ya vamos que es un largo viaje- le dijo a mi madre tomándola de la mano, pues sabía que si dejaba que ella se quedara más tiempo se pegaría a mí como una garrapata y no habría quien la saque.

En cuanto note como el auto dio vuelta a la esquina mostrándome que ellos se habían ido, no espere un segundo más y salí corriendo hacia la casa del señor Kim, pues él mismo había sido quien me había dicho que cuando mis padres se fueran, yo le avisara para que de la misma manera nosotros también tomáramos nuestras maletas y nos fuéramos.

Al llegar toque la puerta de la manera más insistente posible, algo que ya se había hecho clásico en mí y que le avisaba a él quien era quien lo buscaba.

Ni siquiera tuve que esperar segundos cuando este salió a mi encuentro.

-¿Ya se han ido?- optó por preguntar, parecía ansioso e igual de emocionado que yo.

-Si- respondí mostrando una gran sonrisa.

Al obtener la respuesta que quería escuchar, su rostro se iluminó y me llevó hasta el besado mis labios.

-¿Tienes lista tu maleta?- preguntó jugando con los bordes de mi cabello que estaban ubicados cerca de mi frente, conforme yo asentaba con mi cabeza -Entonces vamos a traerla, la mía está en la sala- acotó señalando con su rostro el lugar.

Al escuchar eso, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo pues a pesar de que el Señor Kim antes ya había conocido mi casa cuando mis padres lo invitaron a cenar que ahora este volviera a entrar, me ponía los nervios de punta pues era una situación totalmente diferente.

Sin embargo al ver su emoción, opté por no decir nada y simplemente dejar que me siguiera, al entrar a casa le dije que me esperara en la sala pues sentía que ya era bastante permitir que entrara hasta ese lugar y bueno, más que nada fue porque me negaba completamente a que viera mi cuarto, que aún permanecía pintado en su totalidad por un tono rosa bajo que iba acompañado por muebles con tonalidades muy parecidas, además aún habían un par de osos de felpa que decoraban mi cama.

Luego de subir las escaleras de dos en dos para aumentar mi tiempo, fui al armario donde había guardado y más que nada escondido mi maleta para que mi madre no la viera y después de sacarla tan rápido como podía, recordé que había olvidado guardar protector solar y mi cepillo dental y estuve agradecida por recordarlo, fui rápidamente al baño para coger el cepillo.

Al salir con este en las manos, pude ver como la silueta de Kim permanecía sentada en el borde de mi cama mientras parecía observar todo lo que había en su entorno, con mucha curiosidad.

-Sé qué pasaremos todo el fin de semana juntos pero aparte de haberme aburrido haya abajo sentí que te extrañaba- replicó sonriendo y levantando sus hombros de la manera más dulce que alguna vez pude ver, algo que hizo que no optara por enfadarme por no haberse quedado abajo.

Y es más al darme cuenta como ahora en sus manos reposaba un pequeño conejito que yo mantenía en mi cama, mis mejillas no pudieron evitar tornarse rojizas por la vergüenza.

-Espera, ¿acaso no querías que subiera?- replicó al darse cuenta de mi expresión.

-No... bueno si- las palabras empezaron a enredarse en mis labios y saliendo sin poder analizarlas bien -Es que, no quería que vieras mi habitación- finalmente expliqué suspirando.

Taehyung entrecerró sus ojos, mientras parecía analizar mis palabras y a mí y a eso incluso le aumento un adorable puchero.

-Tú conoces mi cuarto, ¿porque yo no podría conocer el tuyo?- acotó mientras me llamaba para que me sentara a su lado.

-Ya lo sé, pero es diferente y es que acaso no te has dado cuenta de lo que nos rodea- exprese, pues no tenía ganas de esperar que él tratara de adivinar lo que yo pensaba -Es todo rosa, de niña, mejor dicho solo falta que haya una cuna para que la gente que entre piense que esta en el cuarto de un bebé- repuse bajado mi mirada.

-A mí me gusta- respondió tomando mi mano y entrelazándola con la suya.

-No te creo- respondí de inmediato sin poder aceptar que alguien como él pudiera creer que esto era lindo.

-No, habló enserio- respondió dejado de jugar con mi mano y desviado su mano a mí muslo -Es más creo que este lugar es bastante sexy- manifestó casi en susurró con su voz más gruesa.

-Ya no te burles de mí- dije empujado su torso levemente, pues sentía que solo jugaba conmigo.

-Hablo enserio- repitió tomando mis cachetes y tirado de ellos -De hecho si pudiera decoraría así mi cuarto- repitió -Pero eso si sería extraño- completo pareciendo pensar un segundo, como si de verdad se lo hubiese planteado -Pero bueno, creo que mejor deberíamos irnos ya, pues entre más rápido nos vayamos, más tiempo podremos pasar haya- y sin esperar a que yo respondiera sí o no, tomó mi maleta y salí del lugar.

Rápidamente con mi cepillo de dientes en manos y tomando el bloqueador solar que permanecía en mi mesita de noche lo seguí pues sentía que era verdad mientras más rápido fuéramos, más tiempo tendríamos para estar justos.




Siento que en este capítulo no haya habido acción, pero en los siguientes los habrá sin duda.

Bueno, les dejo unos besitos llenos de amor 💕 💋💋
Las quiero 💜💜
BYE 👋

LIBEROSIS |+18| KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora