Maddison
Abro mis ojos con pesadez y esbozo una mueca de dolor al sentir una punzada en mi cuello.
Mierda. Me había dormido toda la noche en una de las reposeras del patio de Taylor.
El sol recién se está asomando, por lo que aún es temprano.
Tomo asiento correctamente y estiro un poco mis músculos contraídos.—Buen día.
Pego un salto al oír una voz masculina y somnolienta a mi derecha.
Ethan suelta una risa sueve y se frota los ojos.
—Parece que nos quedamos dormidos. —hablo, y bostezo.
—Así parece. Me duele todo. —se queja, y ambos reímos.
Luego de la charla que tuvimos. O más bien, una confesión de su parte, nos sentamos en las reposeras y nos quedamos observando el cielo nocturno, mientras hablábamos de cualquier tema al azar.
Tal parece, que el sueño nos ganó, y terminamos en éste estado.
—Oye... —me llama.
—Mmm. —digo, peinando un poco mi cabello.
—Sobre lo de anoche...
—Si vas a decir que fue un error o que estabas confundido, lo entiendo.—interrumpo.
—No, no. Nada de eso.—inquiere con el ceño fruncido. —Iba a decir que fue real. Realmente pienso y siento cada cosa que te mencioné.
Yo trago saliva y me pongo de pie.
—¿Qué te hizo cambiar de parecer? Porque hasta hace unos días, te veías muy a gusto con Camelia.
Él guarda silencio.
Espero a que responda, pero no lo hace.—Dejemos este tema hasta aquí. —digo finalmente.
—¿Y qué hago entonces? Si te confesé lo que siento por ti, fue por algo. —recalca, poniéndose de pie y acercándose a mí.
—Entonces responde a mi pregunta: ¿qué te hizo cambiar de parecer? ¿Por qué ahora me confiesas tus verdaderos sentimientos?
—No lo sé.
—Ah, no lo sabes.—chasqueo la lengua.—¿Y qué esperas que yo haga? ¿Qué salte a tus brazos y te diga que siento lo mismo que tú?—cuestiono.
—¿Qué significa eso? —frunce el ceño.—¿Tú... no sientes nada por mí? —pregunta en voz baja.
Me quedo en silencio.
No sé qué debería responder ahora mismo. Siento que... luego de lo que pasó, no es conveniente decirle la verdad. Quizás... deba guardarme las ganas de confesarle todo lo que siento.
¡Dios! Cuánto deseé que esto pasara. Que él dejara a Camelia y estuviera conmigo.
Pero ahora no sé qué hacer. Quiero y a la vez no quiero.—¿No te gusto? ¿No te atraigo? —cuestiona con cierto tono de tristeza.
Abro mi boca para responder, pero la cierro al instante.
—Todo es cierto. —aclara, mirándome a los ojos. —Tienes que creerme. Por favor.
¿Y si lo hace únicamente para que regrese a mi casa? ¿Y si aún está con Camelia?
—Responde, por favor. —suplica.—¿No sientes absolutamente nada por mí?
Sus ojos me observan expectantes, suplicantes. Esperando por mi respuesta.
—Desde que pusiste un pie en mi casa..—hablo, en voz baja. —,no te he podido sacar de mi cabeza, por más que lo intente.
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New Player ©
Teen FictionA veces convivir con nuestros hermanos, bajo el mismo techo, puede ser muy complicado. Y Maddison Dallas lo sabe perfectamente. Ella pensaba que su vida ya no podía ir peor. Pues soportar las 24 horas del día a sus tres hermanos: Aaron, Matt y Chase...