Maddison—¿No me vas a hablar? —le pregunto por décima vez a Ethan.
—Ve y habla con Noah. —suelta sin moverse del sofá.
Ay, Dios. No puedo creer que siga enojado por eso. Ya han pasado dos días desde que bromeé con ese señor.
Sí, ahora me doy cuenta de que tal vez no tendría que haber bromeado. Pero es que, estos chicos se toman todo muy literal.—Ethan, eso ya pasó. —digo con cansancio. Tomo asiento a su lado y él se pone de pie.
—Para mí no pasó. Aún recuerdo todo lo que dijiste sobre él. —me deja en claro.
Antes de que se vaya lo tomo del brazo y lo obligo a mirarme.
—Lo siento, solo fue una broma. —informo.
—Ah, ¿y te parece correcto hacer esa broma? ¿Qué pasa si yo hago algo similar, con Camelia u otra chica? —cuestiona y se cruza de brazos.
—No hay comparación, porque Noah es un hombre mayor.—respondo.
—¿Siempre tienes una respuesta para todo?—bufa. —Además, la edad no tiene nada que ver.
Yo sonrío y tomo su rostro entre mis manos.
—Te quiero muchísimo, ¿lo sabías? Eres... tan lindo. —lo observo por unos segundos y termino dejando un beso en sus labios.—Quizás no debí bromear con eso. Lo siento.—me disculpo y lo abrazo. —No te enojes.
Escucho un suspiro de su parte, pero finalmente me corresponde al abrazo.
—No fue divertido. —susurra.
Me separo de él y trago salida. Ahora me invade la culpa. Qué mala soy.
—Pensé que sería divertido. Lo lamento. Pero, te repito: Noah es un señor mayor. Tiene una esposa e hijos. —le dejo en claro. Aunque eso no sirva como justificación.
—Da igual si es mayor o no. No lo vuelvas a hacer.—pide.
—Lo prometo. —digo con rapidez. —No haré más bromas. Perdón, es que la bromas y yo vamos de la mano. —lo beso de nuevo.
—Saldré con Matt a dar una vuelta. Volveré más tarde. —me avisa.
—Bien. Que te diviertas. —sonrío.
—Si necesitas algo, me llamas y volveré rápido. —asegura.
—No te preocupes, yo tengo a Taylor disponible las 24 horas. —le resto importancia.
—Está bien. Nos vemos más tarde. —deja unos cuantos besos en mis labios y finalmente sale de la sala.
Matt baja las escaleras y ambos se van de la casa.
¿A dónde irán éstos dos?
Vuelvo a tomar asiento en el sofá y subo los pies. Enciendo la televisión y pongo un canal de noticias de celebridades.
—¿Te dejaron sola?
Cierro los ojos al oír la chillona e irritante voz de Camelia.
La ignoro y continúo viendo la televisión.—Creo que podré acostumbrarme a mi nueva familia. —comenta con calma. Toma asiento en el sofá, a mi lado, y suelta un suspiro. —Realmente me agrada tu madre, siento que tenemos una buena conexión. Es buena conmigo, me trata súper bien... —continúa.
Yo no quito los ojos de la pantalla, aunque mis oídos están atentos a las palabras de Camelia.
—Con decirte que me pidió que me quedara aquí hoy. —dice en tono cómplice. —Obviamente me negué, pero ella insistió. —prosigue.
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New Player ©
Teen FictionA veces convivir con nuestros hermanos, bajo el mismo techo, puede ser muy complicado. Y Maddison Dallas lo sabe perfectamente. Ella pensaba que su vida ya no podía ir peor. Pues soportar las 24 horas del día a sus tres hermanos: Aaron, Matt y Chase...