CAPITULO 6

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Las calles de Seoul se volvieron más calladas desde la guerra, muchas actividades seguían siendo normales, pero muchas otras se habían desaparecido como el mundo del entretenimiento. No mas conciertos, no más novelas, ni nada por el estilo, solo ha quedado abierto un canal de televisión para que los habitantes se enteraran de todo lo que está ocurriendo en el país.

El gobierno se ha enfocado solo en dejar los servicios básicos, para aminorar costos y poder sustentar a sus habitantes.

Cuando llegamos al centro comercial Chanyeol me lleva directamente a una tienda departamental. Estaba muy bien organizada y las ropas que llevan puestos los maniquís son realmente buenas.

- Tengo que ir a recoger un par de cosas porque no te quedas aquí y te pruebas un par de cosas. – asiento algo inseguro.

- Esta bien. – digo.

La verdad es que me pone un poco nerviosa que se aleje de mí.

- Volveré pronto. – dice con una sonrisa.

Mientras veo los estantes siento un poco de nostalgia. La última vez que estuve en una tienda como esta fue con mis amigas de la universidad. Esos recuerdos parecen tan lejanos; Aun cuando trato de pasar desapercibida por el lugar siento todas las miradas en mí.

¿Por qué no puedo ser invisible?

- Disculpa ¿Puedo ayudarte? – dice una chica en inglés. No parece estar muy feliz con mi presencia.

- Ah... no, gracias. Solo estoy viendo mientras esperando a alguien. – ella luce sorprendida cuando me escucha contestarle en coreano.

- Ya veo. Tendrá que disculparme, pero tengo que pedirle que espere en otro lado.

¿Acaso me está corriendo?

Esto no es bueno. Miro a mi alrededor, hay varias mujeres que nos están observando.

- Pero prometí que esperaría aquí.

- Lo lamento, pero hay clientas que se sienten un poco incomodas con su presencia. – No me puedo creer esto. ¿Racismo? ¿En serio? Me esta hirviendo la sangre.

- No estoy molestando a nadie. – digo cruzándome de brazos.

- ¡Seguridad! – grita ella.

¡Oh! bien lo que faltaba.

No tardan en aparecer dos guardias en el lugar. De verdad no quiero causar problemas, pero esta chica no es nada agradable. Al distinguir los uniformes de ambos hombres mi instinto de supervivencia despierta nuevamente

Todo mi cuerpo me está gritando que salga corriendo. ¿Dónde esta Chanyeol?

- Disculpen el tener que molestarlos, pero esta señorita no parece querer cooperar. le pedido de favor que se retire ya que su presencia incomoda a otras clientas ¿Pueden escoltarla a la salida? – los guardias me observan primero y luego asienten ante la chica.

- Por favor acompáñenos. – dice uno de los guardias.

Yo no pienso mover ni un musculo. Ellos de inmediato se dan cuenta que no estoy dispuesta a moverme, al menos no por mi propia voluntad así que uno de ellos me toma por el brazo. Demasiado fuerte para variar.

Mi corazón comenzando a acelerarse, tengo miedo.

- ¡Ey! Tú... - ¡Esa voz! El guardia que me tiene por el brazo mira en dirección a Chanyeol. - ¡Suelta a mi esposa en este mismo instante! – luce realmente molesto, sus ojos arden en furia.

- ¿Ella es su esposa? – pregunta incrédulo el guardia.

- ¿No entiendes coreano? Es lo que acabo de decir, ahora suéltala. – el guardia parece estar confundido así que mira a la chica que lo ha llamado. Ella asiente algo nerviosa ahora.

En cuanto estoy libre corro hacia Chanyeol.

- ¿Estas bien? – él acuna mi rostro en sus manos.

- Estoy bien. – frunce el ceño.

- No debí haberte dejado sola, es culpa mía.

- No ha pasado nada, solo ha sido una confusión.

Pero no importa lo que diga en este momento él parece estar realmente molesto con la situación que no está escuchándome

- ¿Cómo se atreven hacerle esto a mí esposa? – tanto los guardias como la chica agachan la cabeza.

Chanyeol realmente estaba furioso, la chica intenta disculparse con él, pero parece que eso no será suficiente. Se que no me trataron de la mejor manera, pero creo que está exagerando un poco la situación, sin embargo, todo mundo lo trata como si estuvieran enfrentándose con un príncipe o algo así.

- Ven, quiero comprarte un par de cosas. – me toma de la mano llevándome frente a los estantes más cercanos a nosotros. – escoge lo que más te guste será un regalo de mi parte y no te preocupes por los precios, eso es lo de menos. – lo miro un tanto confundida.

- ¿Por qué quieres comprarme ropa? – estoy consciente que no cuento con un amplio guardarropa, pero creo que me gusta más la idea de estar envuelta en sus ropas aun cuando me quedan algo grandes. él finge pensar en una respuesta.

- En primer lugar, porque eres mi esposa, en segundo lugar, porque eres mi esposa y en tercer lugar porque eres mi esposa. – dice mientras sonríe. - ¡oh! pero si necesitas una razón más la cuarta razón puede ser: porque quiero hacerlo. – No se que decir.

- Gracias. – es todo lo que logro pronunciar. Seguro que mis mejillas deben estar de un color rojo tomate.

No escojo mucho, solo un par de cosas básicas. Nada costoso u ostentoso, aun cuando él me seguía diciendo que podía elegir cualquier cosa sin importar lo que fuera. A decir verdad, eso me hace recordar que no tengo idea sobre lo que él hacía antes de la guerra.

Mientras salimos de la tienda puedo sentir todas las miradas de nuevo en mí. Sé que el vernos juntos causa conmoción, pero también no hace mucho era normal ver parejas interraciales por la calle.

Al pasar todo mundo empieza a susurrarse el uno al otro.

- Chanyeol. – lo llamo en voz baja para que solo él me escuche. - ¿Por qué todo el mundo esta mirándonos? – él solo toma mi mano y me hace caminar más rápido.

- No les prestes atención. – es su única contestación.

- ¿A caso será que las personas creen que me veo mal a tu lado? – se detiene de golpe.

- No digas eso. No eres tú la que provoca que actúen de esta manera... De hecho, apostaría todo a que están hablando de mí. – dice muy serio. – perdón por causarte estas incomodidades.

- ¿De ti? Pero ¿Por qué? ¿Es porque has dicho que te casaste conmigo? – él suelta una risita.

- Algo así, pero no exactamente.

- ¿Entonces? – de verdad que no entiendo lo que quiere decir.

- ¿Recuerdas el juego que tenemos pendiente? – ¡Ah! es verdad. Quiere que juguemos para poder conocernos mejor.

- Si, lo recuerdo.

- Pregúntamelo hasta entonces, para entonces podre responderte con detalles.


¿Y Por qué no podía hacerlo ahora? 

¡MAMÁ ME CASE CON UN COREANO! ... // IMAGINA CON CHANYEOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora