Capítulo 20

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Aquel pequeño impulso transformó la rutina de ambos más animada que antes, Stave nunca había creído, sin ofender en primer lugar, que el adverso pudiera conocer tales lugares que jamás había pisado antes, eso evidenciaba la poca atención que le dedicaba a su alrededor cuando debía hacer sus recados. Outer paseaba coin su hija por esos lugares, eso era su justificación, aunque por broma le apoyaba con la mofa que por ser viejo conocía más lugares por defecto.

A Outer le parecía adorable cuando trataba de ocultar la emoción al visitar hermosos lugares que la ciudad ofrecía, también como los parques donde también llevaban a Stella, no la dejaban a un lado, disfrutaban los tres juntos. La menor lo sentía como una familia, y no podía evitar buscar los momentos donde ambos mayores quedaran en situaciones comprometedoras, era hermoso el rubor que tenían y no se arrepentía.

A veces, en sus momentos a solas, el mayor en silencio tomaba con cuidado su mano, Stave al principio se tensaba, hasta el punto de estar tan incómodo que no hablaba por un rato, mas el mayor no se rendía; con paciencia y compresión, intentarlo dio sus frutos, y pudieron pasear con los dedos entrelazados con cariño.

Parecían una hermosa pareja, existían días donde Outer iba a su trabajo de la cafetería cuando estaba en su hora del almuerzo, siendo molestados por Ink quien gritaba al de Pecas que "su novio había llegado". Parecía que había pasado poco tiempo, pero las semanas pasaron rápido por lo bien que se sentían al lado del otro, llevaban casi cinco meses así.

En una de esas habían decidido pasar un tiempo en la casa del mayor, Stave lo había pedido a rastras al no querer salir, el de ropas felpudas sentía un extraño aura en su querido "amigo", detestaba verle así, tras mandar a su hija a dormir, ambos se sentaron en el asiento de ventana, y asi en medio de suaves almohadas, sentados en sus respectivas paredes, se miraron, hasta que Outer decidió romper el silencio.

— No me cansaré de repetirlo. —Dijo en voz baja— Tu pupila realmente parece una estrella.

— Yo no voy diciendo en voz alta tus deformidades, Outer. —Sonrió burlón el más joven.

— No es una deformidad, me siento muy afortunado de tener a un astro que me sigue, gracias a él no me pierdo en la oscuridad.

El de pecas rodó sus pupilas, salía intacto de sus coqueteos al no entender las metáforas.

— Y yo me cansaré de repetirlo, no te entiendo nada.

— ¿Cómo te iba en castellano?

— Me iba fantástico, bueno, excepto en lírica. —Outer se rió, ganándose un almohadazo por parte ajena— ¡Hey! ¡No es mi culpa que para mí un barco a la deriva por una flor signifique que se haya ido a comprar flores en otro continente!

El felpado volvió a reír, tapándose la boca para evitar se escuchado por su pequeña, Stave sentía la injusticia formando un puchero con sus labios, eso no quedaría así. Con entusiasmo el más bajo le dio contra las almohadas y Outer teniendo que protegerse se las lanzó de vuelta. Fue un acto infantil pero ambos estaban disfrutando de ese pequeño juntos.

No obstante, en un movimiento en falso, Outer al tratar de agarrar un cojín, tomó la pierna del contrario atrayéndolo a él, por las risas Stave no se molestó, hasta darse cuenta que tenía la espalda muy inclinada hacia atrás y Outer para darle espacio se había puesto casi encima, no era primera vez por culpa de Stella que quedaban así de apegados, pero ahora no se sentía incómodo, necesitaba tener su cercanía. 

— ¿Sabes...? Nunca he actuado así con alguien aparte de mi hija, no pensé que me divertiría tanto.—Confesó Outer tras dejar de reír— Y me parece todavía pésimo de mi parte haberte tratado tan mal en un principio.

— ¿Aún sigues con eso, Outer? Fue un error de ambos, nosotros no confiamos por... nuestras razones...

Sintió la calidez de las falanges ajenas en su pecosa mejilla, era demasiado extraño, su mente en ese momento estaba acomplejada, sintiéndose peor cuando las siguientes palabras llegaron a sus oídos.

— Por eso agradezco que estés ahora conmigo, estrellita, confío en ti.

Nunca esperó que quien pensaba que sería un esqueleto más llegaría a ser tan importante para él, debía depositar su confianza así como el adverso lo hizo, ambos estaban con el alma destrozada por los sucesos de antaño. Lo necesitaba ahora más que nunca. Cerró sus cuencas, dejándose llevar, el mayor tomó bien su cintura para acomodarlo entre las almohadas, acercándose lentamente sintiendo su respiración nerviosa colapsar en su rostro, Stave era quien deseaba en su vida, lo quería, y deseaba ayudarlo en cuanto podía.

Terminaron por darse un casto choque de dientes, uno del que no duró mucho debido a que sus dedos sintieron algo húmedo, eran  lágrimas que salían en cantidades por los ojos de su brillante estrellas; pronto un sollozo, Outer se asustó.

— ¿Hice algo mal...? Stave...

El mencionado negó con la cabeza abrazando como un niño pequeño buscando refugio en el mayor, el padre estaba muy confundido, temiendo haber actuado deprisa, acurrucó a Stave entre sus brazos, acariciando su espalda siendo paciente, esperaría hasta que pudiera hablar.

Al principio creyó que el menor se había dormido, llevaban minutos en silencio de los cuales Stave había dejado de llorar, Outer estaba dispuesto a levantarlo para llevarlo a su cama, pues era tarde, pero cuando estaba apunto de alejarse, la tensión en su ropa por las manos ajenas se lo impidió.

— Stave...

— No es nada referido a ti... —Respondió ronco por sus sollozos anteriores— Soy.. Feliz por nosotros, j-jamás creí que te... iba a querer tanto, p-pero... mi hermano...

El de pecas se sentó sin soltar el borde del abrigo adverso, Outer le abrazó por el lado para brindar calidez y seguridad, estaba temiendo lo peor, que lo que Blard había mencionado meses antes ya había llegado de forma inminente, pero no iba a presionar al contrario para que hablara.

— Me llamaron hace no mucho de la clínica... —Prosiguió secándose las lágrimas con su manga— Blard.... entrará en coma por su debilidad, y temo que el dinero que le doy no sea suficiente para que hagan algo... siento mucho arruinar este momento.

— Oh por las estrellas.... —Susurró— No debes disculparte, estás en todo tu derecho. Sabes que puedo intentar ayudarte... Lo siento mucho por él, pero vivirá.

Otro silencio.

— Yo ya sabía que esto pasaría tarde o temprano. —Habló Stave— Pero no creí que tan pronto, no lo acepto... tengo que ir a verlo.

— Mañana te acompañaré, pero ahora necesitas dormir, ¿Sí? Cuando uno está afectado, es necesario darse un tiempo.

Stave le miró de soslayo, soltando un tembloroso suspiro, le dolía lo que estaba ocurriendo y era otro peso más saber que por dejar escapar su sufrimiento había arruinado un bello momento con el de ropas felpudas.

— Perdón... ¿Podrías llevarme de vuelta a mi casa? 

— ¿Mh? —Eso no se lo había esperado, pero no podía negarle eso, se levantó, tomando la mano ajena acariciando con su pulgar su dorso— Por supuesto, en el camino acordemos la hora.

Dulce Estrella | OuterStaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora