Capítulo 11

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Outer no podía dejar de recordar el destello que desprendía los ojos de Stave, había quedado hipnotizado en la belleza que brindaba e irradiaba como si fuera el cuadro principal de un museo intergaláctico, en el trabajo o en su hogar, suspendido en sus pensamientos solo pasaba por su mente el brillo ajeno una y otra vez, como si fuera la condena de haber mirado sus pupilas en forma de estrellas.

Su hija lo notaba, cada vez que comían juntos en la cena se daba cuenta que sus palabras iban dirigidas al aire al no ser escuchadas por su padre, y no le molestaba, todo lo contrario, era emocionante ver que ahora el mayor no solo pensaba en ella y en su bienestar, si no en alguien más que si seguían como estaban, sería su nueva madre.

Dentro de poco en su escuela iban a preparar un pequeño viaje, y como debía ir acompañada podía aprovechar para un plan formular, solo dejaría que las cosas se dieran solas, cuando el destino dejara de andar, ella saldría con sus cartas y empujones, no todo dependía de ella ahora, su padre ya había quedado atrapado en las redes de un posible amor.

Solo esperaba que Stave pensara de la misma forma, costaba saber lo que pensaba en su mirada vacía sin mucha emoción, pese a que sonreía a todos, no se sonreía a sí mismo, algo debía estar ocurriendo en su vida y esperaba que Outer pudiera sacar la verdad de su propia boca.

En el trabajo, Outer seguía en su estado de joven enamorado, sin concentrarse en las reuniones o las charlas que les exigía algunos compañeros, hasta que Dust, un trabajador que estaba en el mismo salón que él en el oficio, pasó su mano sobre su rostro, llamando su atención.

--- Hey, aquí planeta tierra, ¿En dónde cojones estás que no me escuchas?

--- ¿Eh? ---Salió de su burbuja como si la hubieran explotado con un alfiler, casi botando los papeles que estaban en su escritorio, suspiró sobando sus sienes.--- Lo lamento. ¿Qué pasa, Dust?

--- El jefe me preguntó por qué en las nubes, tus informes están más vagos de los que solían ser en un principio. No jodas que te han flechado. ¿Le dirás "chao jefe" y te irás de putas? Me vendría bien, así me ascienden y podré pagar mis deudas.

--- No... No estoy flechado ni voy a ceder mi puesto. ---Habló con desgana.--- Ya estaré más atento.

--- Sé honesto, colega. ---Dust se sentó en su propio asiento, como tenía ruedas, se movilizó rápidamente hasta un lado de Outer, su boca formaba una línea recta casi perfecta, mostraba seriedad, algo no visto teniendo en cuenta su personalidad.--- ¿Hay alguien que por fin pasó entremedio de aquella telaraña? Estás viejo y con una hija, ya era hora.

--- Repito... No es lo que tú crees. Solamente me ha dejado algo distraído.

--- Te haré unas clases, tío.

Dust se levantó tomando el plumón para empezar a hacer dibujos mal hechos en la pizarra que tenían, corazones y frases de amor. Apuntó un dibujo que supuestamente era un esqueleto.

--- Este eres tú. ---Hizo corazones en los ojos.--- Cuando alguien está enamorado suele pensar en esa persona especial hasta en la ducha, en los sueños, joder, donde mires te recuerdan a esa personita especial. Corazones, frases de amor, boberías empalagosas, ¡Situaciones! ---Encerró en un óvalo la palabra mencionada.--- ¡No solo piensas en tal personita! ¡Te imaginas momentos con esa personita! Comiendo juntos, en una cita, en la ducha, con hijos, la boda, un futuro juntos y sin faltar, ¡Seeeexo, hombre! No me digas que ya has tenido esos pensamientos, colega, en la cama, en el sofá, en la ducha, en la boda.

--- Estrellas, para. ---Un sonrojo azulino acudió en sus mejillas por tantas palabras que decía el contrario, jamás había pensado aquellas grotescas escenas, no veía a Stave de esa forma, aunque ahora que lo pensaba...--- U-Uh...

--- Al parecer te abrí el tercer ojo. Así como yo te abrí eso, tú ábrele las piernas y asunto arreglado. Le llevas a una fiesta, le emborrachas y le llevas al hotel, y así seguirás con tu linda vida con un hijo más.

--- Nunca debí contar mi vida contigo, Dust. Pero no haré eso, el sentimiento no es mutuo, él se aleja y es reservado, seguro que no quiere que entre en su vida.

--- ¿Y qué tal no entrar con tu pe---

--- ¡Lust! –El susodicho, uno de sus compañeros, se rió coqueto mientras se acercaba a su puesto.--- No digas que escuchaste...

--- Lo oí todo cariño. Pft, pareces un jovenzuelo enamorado teniendo treinta años. No pude evitarlo, Dust habla muy fuerte.

--- Seré buen entrenador de las ligas mundiales algún día.

--- Escuchen, no necesito sus consejos... ¿Sí? Tengo más manejo de mi vida... Solo necesito tiempo, la gente es distinta.

--- Aburrido ~. ---Dijo Lust.

--- Viejo aburrido. ---Rió Dust.--- Está bien. Da igual. Es tu vida, no me importa en lo más mínimo, pero no metas a tu hombre en el trabajo, no pierdas tus avances o se lo diré al jefe.

--- Bien.

Outer marcó final a la conversación con un suspiro, vio la hora y decidió retirarse, ya era de noche y tenía que regresar a la casa a darle de cenar a su hija. Se despidió, volviendo a sumergirse en sus nuevos pensamientos, no podía aceptar que le gustaba aquel chico, aparte de ser casi diez años de diferencia, no llevaban conociéndose de hace tiempo, iba a terminar el año, solo iban ocho meses que se conocieron.

Pero no es que desconfiara más en Stave, era un buen esqueleto que tenía dificultad con manejarse con la gente, así como él con la vida de un adulto, tenía que darle el tiempo necesario para que Stave pudiera ser más suelto, aunque la impaciencia le dominara, deseando conocer más de él, tenía que calmar sus ansias, o haría la misma estupidez que en el hospital.

¿Por qué quería saber tanto de él? ¿Qué había en aquel brillo que vio en el de pecas aquella vez? Por primera vez había visto un sentimiento positivo en él además de los nervios, y su rubor en las mejillas eran un espléndido espectáculo, de verdad necesitaba las respuestas, ¿Por qué Stave no salía de sus pensamientos por más que intentara? Podría ser... Que de verdad se sentía atraído, que había una oportunidad de conocer a alguien más, no iba a desperdiciar las oportunidades ni la confianza del menor, quería hacer feliz a Stave.

Quizás no con él, pero quería verlo brillar más seguido, se veía hermoso así.

Dulce Estrella | OuterStaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora