Llevaban unos minutos caminando por los pasillos del museo, no había mucha gente y estaba bastante tranquilo, hasta podría decir que era impresionante que no hubiera excursiones de niños como era habitual, o así creía que era, de todos modos no era un museo normal, era de ciencias e interactivo.
— ¿Has venido aquí antes? —Preguntó Outer al ver a su acompañante observando fijamente una vitrina con los primeros binoculares con curiosidad.
— Que yo recuerde, no. Mi escuela no era mucho de ir a salidas.
— Entonces creo que ya sé qué lugar te puede gustar.
Stave alzó una ceja intrigado de tal aseveración con seguridad, miró al mayor quien rió por su semblante e hizo un gesto para que lo acompañara hasta donde tenía pensado mostrarle, no tardaron en llegar, pareciera que se conocía de memoria, aunque indujo que era por tener a su hija como alguna forma de distracción. El salón estaba en medio, habían llegado justo en el momento donde podían entrar un grupo, todo estaba oscuro que apenas podía ver donde caminaba cuando cerraron la puerta.
— Yo creo que esto es un engaño y nos están raptando. —Susurró el de pecas, inseguro si Outer estaba a su lado o no, dudoso y algo tenso buscó con una mano la parte esponjosa del abrigo adverso pero al no encontrarle, tragó saliva, no era buena idea moverse, podría chocar con todos y aumentaría su ansiedad así que esperó que prendieran las luces o lo que pasara en ese sector.
Pronto, varios puntos blancos, rojos, amarillos y violetas surcaron las paredes y el techo que tenía una forma de un semicírculo que hacían unos extraños reflejos, produciendo que entre la oscuridad hubieran puntos en el aire, como si nevara, muchos hicieron ruidos de sorpresa mientras que él en medio de una impresión y confusión encontró a Outer que estaba solo a diez pasos de él. Se acercó, todavía hipnotizado de lo que veía.
— ¿Qué es todo esto?
— Solo es el comienzo, hay que avanzar.
Ahora Stave estaba totalmente fascinado de lo que ocurría, podía ver en el techo lo que eran formas de galaxias, era precioso que Outer tuvo que tomar de su brazo con delicadeza solo para llamar su atención para que caminara, el menor apenado le alcanzó, siempre creyó que aquel museo no era mucho, además que no tenía tiempo para poder curiosear, ahora estaba arrepentido de no ver eso antes. Parecía el futuro.
Había otro pasillo, uno que en las paredes habían pantallas que daban nombres de las galaxias y datos como los cuásar, agujeros negros, asteroides, estrellas, Stave se sonrió soberbio al tener el conocimiento más avanzado que aquellas palabras, amaba el universo por lo que pocas cosas le sorprendían, como la experiencia que estaba viviendo.
Habían distintas puertas, pero no alcanzó a leer el único enunciado, solo vio que Outer pagaba y les dejaron pasar, no pudo ni preguntar para cuando ahora entraban en una de esas habitaciones, apenas podía hablar, quería dar un comentario bastante burlesco pero al tener consciencia del significado se ruborizó, no podía desconcentrarse con tales cosas.
— Vengo acá de vez en cuando a pensar, pero últimamente no lo he hecho porque mis pensamientos ya no son como antes. —Dijo, y apretó el punto negro que estaba en la pantalla, allí volvió todo a oscurecerse, hasta la pantalla infundía la suficiente luz para poder ver Stave a Outer, quien le devolvió la mirada y le sonrió, el apartado no era tan grande, así que el de pecas se dio cuenta que estaba bastante cerca de él, mas, no pudo alejarse.
Los puntos volvieron a aparecer, pero ahora había algo distinto, la pantalla tenía instrucciones que Outer saltó, y así poder manipular a su antojo la dirección que tenía las estrellas que estaban como holograma a su alrededor, Stave casi soltó un gritito cuando una estrella se estaba acercando cual meteorito a él, una estrella gigante, azul, parecía real, hasta el punto de sentir su calidez. Outer sentía lo mismo pero sabía que no provenía del astro, si no del lindo momento que estaba teniendo con su amigo.
— Esto... Parece un sueño. —Dijo aún estupefacto el menor, alzando la mano hasta el astro, traspasándolo.
Outer tomó su mano, guiándolo a la pantalla, Stave dudó pero pronto tomó valor para deslizar su dedo sobre la superficie, moviendo la perspectiva del holograma, sonrió, como si fuera un niño pequeño comenzó a ver las opciones de lo que podía hacer, Outer se hizo a un lado, enternecido por su comportamiento, el de pecas terminó por reír, sin creérselo.
— Uno puede disfrutar esto quince minutos, aprovéchalo. —Comentó Outer, Stave le miró con las cuencas abiertas.
— ¿Qué? ¿Tan poco? Podría... ¡Podría estar todo el día acá! Hasta sería una fuente de inspiración cuando entre a trabajar para lo que estudié.
El brillo en sus pupilas fascinó al mayor, sentado en el asiento que había, palmeó a su lado, y el joven tuvo que aceptar sabiendo que no terminaba la sorpresa, Outer pulsó un botón, donde todo se movía automáticamente como si estuvieran viajando a la velocidad de la luz. Stave tenía sus labios algo abiertos al estar absorto, era una preciosa experiencia.
Pasado los minutos, ambos tuvieron que retirarse, aunque Stave estaba haciendo una mueca, una que podía nombrarse un puchero y por ende un berrinche, aquel estado muy pocas veces vio Outer de él, solo cuando había jugado con su hija hacía esas expresiones, vio la hora, tenía que buscarla por lo que quietos, fuera del museo Outer preguntó.
— ¿Qué cosas te gustan, Stave? Por más que llevamos tiempo conociéndonos, no te conozco del todo.
— No soy alguien con muchos gustos. —Respondió, observando la nada de la misma forma que lo hacía el mayor, como si estuvieran inseguros que así la gente se conocía, preguntándolo directamente— Me gusta leer ciencia ficción, no suelo escuchar música más que la radio o lo que pongan en donde trabaje... Me gusta el naranjo. —Hizo una pequeña pausa—... ¿y a ti?
— Sinceramente, he estado años en un estado en el cual ni sabía quién soy. —Fue su turno de responder, pero esta vez comenzó a caminar, el menor le siguió— Me gusta el café, me gusta vaguear y estar en lugares tranquilos.
— Me gusta ver las estrellas.
— Y a mí también.
— Prefiero lo salado.
— A mí el dulce.
— Puedo comer de eso, pero me empalago muy rápido.
— No conozco muchas comidas veganas, ¿hay dulces veganos?
—... Sobre eso. —Stave suspiró— No lo soy. Solo es una excusa que me daba para no gastar dinero en tanta comida.
—... ¿Por Blard? —El menor asintió— Oh... ¿Hace cuánto que no comes carnes o productos derivados del animal?
— No sabría decirte, a veces se me han antojado algunas cosas y la tentación gana. —Sonrió, Outer se le acercó para palmear su hombro.
— Entonces te invito a comer, ¿Es lo que querías en un principio, no?
— ¿Qué? Pff... Solo quería salir y despejarme.
— Me basta con eso. Tengo que buscar a Stella, ¿Me acompañas?
— Siento que va a chillar si nos ve juntos.
En efecto, una vez habían llegado a la escuela donde estudiaba la pequeña, Stella al verles caminar juntos y bastante cerca le hizo inhalar de sorpresa y dar sus "fangirleos", corrió hasta ellos y les abrazó con ambos brazos, y pronto los tres comieron, aunque Stave una porción menor debido a la poca costumbre, como una pequeña familia, y así lo veía Stella.
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Dulce Estrella | OuterStave
Fanfic× OuterStave × × Capítulos medios × Outer ha tenido una vida difícil, quedando sin nada más que su querida hija, tras una ruptura que fue capaz de marcar su alma dejándolo angustiado no importaba si había conseguido levantarse de la caída, todo es d...