¿Cuántos meses habían pasado? Ya había perdido la cuenta.
La cama rechinó ligeramente cuando el de cuerpo cubierto de pecas se estiró, las sábanas estaban calentitas pero lo que provocaba su completa comodidad, era el abrazo que Outer le otorgaba por su cintura. Sus cuencas cerradas, su respiración lenta, producía en Stave suspiros de enamorados.
Llevaba meses durmiendo junto a él, volviéndose una de sus actividades favoritas, descansar con su pareja le devolvía todo el ánimo y las ganas de empezar el día. Por él y por Stella había podido salir de toda su depresión, le habían ayudado a continuar con su vida.
Iba a deslizar su mano por su mejilla, cuando la vibración de su celular lo alarmó; escuchando los gruñidos de Outer por el sonido, se estiró alcanzando el objeto, era un mensaje de Geno.
—¿Por qué me estará escribiendo a las nueve de la mañana un fin de semana...?
Somnoliento, desbloqueó su celular, presionó las notificaciones para ver directamente lo que Geno le estaba escribiendo, y como acto de magia, su sueño desapareció.
"Blard ha despertado del coma"
Esa noticia removió todo su interior, su celular casi cae en toda su cara pero no le importó, giró su cuerpo para tomar por los hombros al mayor, zarandeándolo sin importar que despertarle de ese modo lo ponía de mal humor.
— ¡Outer! ¡Outer!
— Nnnh... ¿Qué quieres?
— ¡No hay tiempo para que te pongas así, tonto! ¡Mi hermano despertó!
Outer tardó en reaccionar por la noticia, pues intentaba seguir durmiendo pese los movimientos bruscos que le propinaban. Abrió sus ojos con algo de pesadez, y se sentó a la par que el de pupilas estelares.
— ¿De verdad?
— ¡Sí! ¡Venga! ¡Vamos!
El mayor aún estaba atontado por ser despertado abruptamente, pero detuvo al menor que se estaba levantado de la cama.
— Stave, calma, iremos lo antes posible pero no puedo dejar a Stella sola.
— P-Pero, mi hermano... —El de pecas quiso protestar, quería ir cuanto antes donde estaba su hermano, pero pronto lo sopesó, sería muy desconsiderado dejar a su Stella, sería como ignorar su responsabilidad. Se mordió el labio inferior desde el interior, y toda su aceleración pereció, esbozando un puchero— No hay problema si va, yo la despierto.
Stave finalmente se levantó y fue a la habitación de la menor, quien también dormía.
Se acercó a ella, y meció su hombro, sin tanta energía como lo hizo con Outer; sin embargo, ella en vez de reaccionar recién despertándose, solo abrió sus cuencas sin problema alguno y abrazó a su madre.
— Dile a papá que puedo quedarme aquí solita, ya soy una niña grande.
— ¿Cómo sabes que saldríamos, pequeña traviesa?
Stella rió bajito, y acomodó su cabeza en el cojín.
— Mami, puedo escucharlos desde mi habitación sin problemas.
— Aw... Eso es perturbador.
Stave no se esperó para nada eso, pero le dio una caricia rápida a su cráneo y un besito en la frente; estaba muy feliz y ahora que nada les detenía, podía ir cuanto antes al encuentro con su hermano.
De este modo, Stave se cambió ropa y convenciendo a Outer de irse sin desayunar, los dos partieron al hospital donde Blard y Geno estaban. En todo el trayecto, no paraba de pensar en las mil cosas que le tenía que decir a su hermano, y también recordó todos los meses de sufrimiento que tuvo posteriormente a la noticia del coma.
Sus caídas provocaron que se aislaran del mundo, que se tratara pésimo... Pero pudo encontrar a alguien que le había sostenido, pese a sus primeros rechazos.
Blard iba a estar feliz de sus noticias; y esperaba que su hermano tuviera también felices noticas sobre su salud.
Poco tiempo pasó para que estuvieran en el hospital que ninguno de los dos adultos conocía bien, Stave había evitado ir a ver a Blard pues sabía que tendría decaídas emocionales verlo internado, pero eso se había acabado, a cada paso que daba, más cerca de él estaba.
Sus nervios estaban por hacerle explotar, pero Outer tomó su mano evitando esa explosión de sensaciones antes de tiempo.
— Tranquilo, estrellita. —Dijo él, bajando la velocidad de Stave, quien le miró algo desesperado por llegar— No se irá a ninguna parte, no esta vez.
— ¿Estás seguro? —Preguntó, no quería aceptar que también esos oscuros pensamientos llegaron más de una vez a su cabeza, que solo había despertado por unos minutos y que no le quedaba más vida, que debía ser desconectado... Esos eran los culpables de su malestar.
— Lo estoy. Geno no te hubiera hecho falsas esperanzas.
Ambos sonrieron, deteniéndose frente a la puerta donde estaba hospitalizado su hermano, después de muchos veces, más de un año, lo vería de nuevo, vivo, sonriendo. Tocó la puerta, escuchando un pase que no pudo distinguir de quien era, y apenas pudo ver bien el interior de la habitación, se quedó estupefacto.
La sala era blanca, común en los hospitales o clínicas, pero felizmente era para personas individuales; en la esquina, estaba la camilla donde yacía Blard, estaba sentado pero apoyado con algunas almohadas en su espalda, tenía varios cables en sus brazos y pecho, pero su cabeza estaba libres de ellos, en cambio, una gran sonrisa estaba en su semblante, una llena de emoción al igual que el de pecas.
Stave se mordió el labio con fuerza, pero apenas pudo acallar el sollozo que escapó de su boca, las lágrimas salpicaron, su rostro se desfiguró, estaba llorando, llorando de alegría por ver de nuevo a su hermano sonriendo hacia él.
— ¡Blard! —Exclamó dando zancadas hasta él.
En tan solo dos segundos, Stave abrazó como pudo al recién aludido, sollozando como un niño pequeño que necesitaba los mimos de su familiar, lo había extrañado demasiado, tantas palabras que habría preparado para que solo pudiera balbucear.
Blard rió, calmando a su hermanito, también soltando lágrimas por ese bello momento.
Outer vio aquella escena y se conmovió, miró que también estaba Geno en la sala, pero ante la escena, decidió hacerle espacio al par de hermanos, acompañando a Outer hasta el pasillo.
Stave y Blard tenían mucho de qué conversar.
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Dulce Estrella | OuterStave
Fanfikce× OuterStave × × Capítulos medios × Outer ha tenido una vida difícil, quedando sin nada más que su querida hija, tras una ruptura que fue capaz de marcar su alma dejándolo angustiado no importaba si había conseguido levantarse de la caída, todo es d...