We're GTS! ||Genderbend||

Sibe friendship

[Sugar + Vibe y su relación amistosa]

Oh no, Sugar se levantó con el pie izquierdo.
En el ambiente se saboreaba la amargura de Min Yoon Guk, y de verdad y no querían hacerle enojar.
No gritaba ni mucho menos, pero sus miradas llenas de odio eran suficientes para saber que la castaña mataría tarde o temprano.
La chica de ojos rasgados iba por la casa en sostén deportivo y pantalón de pijama, arrastrando los pies hasta él refrigerador. Sacó el yogurt bebible de avena y durazno, luego tomó una dona azucarada de la mesa y se sentó en la cocina.
Nadie se atrevía a mirarle a los ojos cuando su aura estaba rebosante de terrible humor.
La única que no le temía a la muerte se acercó y le pasó un brazo por el hombro.
-Sugar~ ¿Cómo amaneciste hoy?
La nombrada la miró como clavándole cuchillos, mientras masticaba lentamente la dona. Rodó los ojos mientras incómoda se removía ante el toque de Seiko. ¿Quién más no le temería a Yoonguk?
Vibe le comenzó a contar sobre sus sueños, pero Sugar simplemente le ignoraba. Ni siquiera fingía hacerlo.
Pero vamos, hablamos de Yoonguk, raramente se expresa.
Seiko se levantó y fue a la cocina para hacerse un sandwich de nutella y tomar un batido energético. Fue acorralada por Jumin y Jen.
-¿Le tienes miedo a Taekyun con la regla pero no a Yoonguk en sus malos días?
-Tú estás muy loca, Seiko-unnie.
-Sugar no es tan mala, en realidad. No compares a Taekyun-ie siendo escalofriante con Yoonguk, porque con Guk es fácil tratar.
Jen y Jumin se miraron y siguieron su camino hasta la sala de videojuegos para molestar a Junggaek.
Seiko volvió a su lugar junto a la pálida que intentaba dormir.
-¡Sugar!~ ¿Tienes sueño?
La nombrada abrió los ojos con cansancio de existir y se cubrió el rostro con sus manos.
-Lárgate Vibby.
-¡También te quiero!
Namjun apareció tallando sus ojos y bostezando tomando lugar junto a Seiko, mirando el televisor.
-¡Buen día Nam!
-Hola Vibe-ah, Sugar-ah.
La pálida hizo un gesto de molestia que en realidad solo ignoró y cerró sus ojos.
Yoonguk sintió unos brazos cálidos envolverla, y solo se removió y apretó su nariz refunfuñante.
-Suéltame o te mataré.
-Dí lo que quieras, no lo voy a hacer.
-Seiko, suelta a Sugar. Le molesta.
La soltó después de apretarla un poco y depositar un suave beso en su frente.
Jen arribó acariciando los cabellos de Namjun y a la pelinaranja le llegó la genial idea de tocar los cabellos de su mejor amiga, tal vez eso subiera sus ánimos.
Y allá iba, a punto de tocar sus suaves cabellos cuando la voz enfurruñada se hizo presente.
-Atrévete a tocarme un mechón y voy a enterrarte viva bajo el fregadero.
Seiko sonrió e iba a tocar enserio su cabello cuando una muy tosca mirada se clavó en ella. Tan fría y con falta de tacto.
-No estoy jugando Seiko, lárgate.
Y tal vez.. esas palabras si hirieron un poco el corazón alegre de la peli-naranja.
Se retiró de ahí tal y como dijo Sugar y se fue a su habitación a acostarse y pensar. ¿estaba mal querer alegrar el día de su mejor amiga?
Tal vez debía rendirse con eso de querer ser aquella que iluminara el sombrío día de Yoonguk, la persona que necesitaba todo el amor del mundo, para Seiko.

Todos se percataron de la pensativa chica, quien no hablaba para nada ni sonreía; estaba ensimismada.
La pelinaranja se fue a su cuarto después de un fallido intento de querer hacerla reír por parte de Jen y Junggaek. Hasta que Taekyun también enojada por su período se acercó a Sugar.
Sinceramente nadie sabía de donde sacaba tanto coraje y valentía en esos días del mes.
-Yoonguk-unnie, ve a hablar con ella.
-Tú no me dirás qué hacer.
La peligris le miró expectante e intercambiaron una dura batalla de ceños fruncidos, crearon un tenso ambiente.
-Ah, ya voy. Solo porque me causa conflicto tu rostro.
-Y a mi el suyo, señora.
-Cállate.
Yoonguk arrastró su existencia hacia el cuarto de Seiko y la visualizó acostada mirando el techo, se sentó en la orilla y la miró.
-Vibe. Tu presencia no es tan horrible. Por favor deja de sentirte mal.
La pelinaranja miró a la castaña que rascaba su oreja; señal de pena.
-Yo uhm.. no es agradable verte así.
Seiko comprendió la muy oculta disculpa de su mejor amiga y la abrazó.
Y por esta vez, ella no se removió si no que correspondió.
Quizá su tacto no era tan molesto, pero no se atrevería a decirlo jamás.