Estoy ejecutando la actuación de mi vida, sonrío en los momentos claves, interactúo cuando es necesario e incluso bromeo con el puto Iván de las narices, que si no fuese porque tiene la mano sobre el muslo de Ibaya creo que me caería incluso hasta bien.El cabrón es guapo. Y eso solo me cabrea incluso más. Aunque a quién quiero engañar, aunque fuese un puto adefesio para mi seguiría siendo una amenaza.
Cada vez que Ibaya lo mira, le acaricia el hombro o le sonríe es como si estuviese atravesándome el pecho con la mano y me estrujase el corazón sin miramientos.
¿Qué coño me he perdido? Cuando Rocío me la señaló en el centro comercial y me dijo que era su prima y su novio yo lo negué categóricamente. La otra noche cuando nos sinceramos sobre lo que sentíamos en mi portal no me contó que saliera con nadie, y anoche mientras pasamos la mitad de la noche charlando tampoco lo mencionó. Siempre he dado por hecho que sus remordimientos se debían única y exclusivamente al sentimiento de traicionar a su prima. Pero... ¿Y si no es así? ¿Y si también siente algo por este capullo y eso la está desquiciando? ¿Sería ese el motivo real por el que no quería que rompiera el compromiso por ella? ¿Habré sido solo un pasatiempo? Joder. En mi vida me había sentido así, tan impotente, tan confuso, tan perdido. Esta sensación es insoportable, es como si me estuviese asfixiando, atrapado entre arenas movedizas, incapaz de mover un músculo, mientras la tensión va apoderándose de mí. No aguanto ver cómo él la toca, cómo le sonríe.
Pero no puedo levantarme, arrancarla de los brazos de su novio y sacarla en volandas del restaurante como me gustaría hacer. No puedo llevármela a mi piso y follármela hasta que no recuerde su nombre ni yo el mío. Y no puedo hacerlo por el simple hecho de que yo, el hipócrita mayor del reino, estoy aquí, celoso como nunca en la vida por una mujer que no es mía mientras que a mi vera está sentada la mujer que me pertenece.
La idea de Iván besándola, desnudándola, acariciándola como yo llevo soñando tanto tiempo hace que el estómago se me revuelva por dentro. Y hago acopio de todo mi autocontrol para no levantarme y darle una hostia.
¿Y si después de todo lo prefiere a él? ¿Y si por haber sido un capullo integral la pierdo?
Iván le acaricia la cara con el pulgar y yo siento cómo la voz se atora en mi garganta.
Quita tus putas manos de mi chica.
Como si alguna vez hubiese sido tuya imbécil. Me recuerda mi subconsciente. Y me remuevo incómodo en mi silla.
Iván ha contado otra anécdota, y yo fuerzo una sonrisa, mientras que Rocío se inclina sobre mi pecho y me acaricia la pierna, o puede que lo que esté intentando es que deje de moverlas de forma erráticas.
Su tacto me molesta. Quiero apartarla, sacarla del restaurante y ser sincero con ella, explicarle que estoy interesado en otra persona y que no puedo seguir con esta farsa. Que por mucho que deseara que mis sentimientos fuesen otros, no mando en mi corazón, y él ya ha tomado su decisión. Pero primero tengo que hablar con mi padre, explicarle todo lo que me sucede, y rezar porque me ayude a buscar una solución para que la empresa no se vaya a pique. Nunca diez días me habían parecido tan largos.
ESTÁS LEYENDO
Bajo la piel de Ibaya © (+18) COMPLETA
RomantikPrimer libro de la serie "bajo la piel". A todos nos gusta pensar que somos buenas personas, que jamás le haremos daño a alguien a quien queremos, que llegado el caso seremos capaces de tomar la decisión acertada. Pero a veces, solo a veces, la tent...