Capítulo 28

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Termino de recoger mis cosas del despacho y miro por última vez el lugar en el que he pasado los últimos años de mi vida trabajando como un cabrón. Partiéndome los cuernos por sacar un negocio adelante que ni me interesaba ni jamás me había importado una mierda. Y ahora mientras me encamino al ascensor no puedo dejar de pensar en lo muchísimo que ha cambiado mi vida en las últimas semanas. Hace unos días era el directivo de una empresa, a punto de casarse con la heredera del grupo Marketplus, y con una nómina cuantiosa ingresada en el banco de forma escrupulosa cada final de mes. Y ahora soy un desempleado, repudiado por su padre, novio de una profesora de infantil y sin ingresos en un futuro próximo. Y a pesar de lo que las estadísticas puedan sugerir al respecto, me siento muchísimo más afortunado y completo ahora que hace unas semanas.

No tengo ni idea de qué es lo que voy a hacer con mi vida. Pero supongo que lo que tiene de bueno los cambios es precisamente esto. La perspectiva de que tu vida sea una hoja en blanco donde puedas reescribir lo que no te guste de ella. Y eso es lo que es esto para mí. Una nueva oportunidad para reinventarme.

Pulso el botón del ascensor y cuando se abre me topo con Dante.

— Tío. ¿Qué cojones haces aquí? — Le pregunto.

Los ojos de Dante se desvían de la caja que sostengo en las manos a mis ojos.

— Así que los rumores son ciertos. Te han despedido.

— ¿Rumores? ¿Cómo coño te has enterado tú de lo que ha pasado? ¡Si ni siquiera trabajas aquí!

Dante se rasca la cabeza y comienza a sonreír.

— Tu secretaria. — Contesta a modo de explicación.

Mis ojos se abres de par en par.

— ¿Te estás follando a Lorena? — Él sonríe a modo de respuesta, y yo suelto un soplido. —Pobre chica.

— No la compadezcas tío. Tiene un polvazo y lo pasamos de muerte. — Me encojo de hombros mientras lo sigo al interior del ascensor.

— Pero si es una cría joder. Aún no ha terminado sus estudios.— Digo indignado a la vez que presiono el botón de la planta baja y la puerta se cierra.

— Una cría de veintidós años. Sabe perfectamente lo que hace. Además, tampoco creo que tú seas el más indicado para dar lecciones de moralidad ¿no te parece? — Pregunta alzando una ceja.

— Vete a la mierda.

Dante ríe a carcajadas.

— Después de ti hermano. Y ahora desembucha. ¿Qué coño ha pasado?

— Dejé a Rocío.

— Sí, eso ya me lo dijo Aarón.

Suelto un bufido.

Bajo la piel de Ibaya © (+18) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora