Capítulo 18

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Estoy concentrado revisando los números que hemos hecho este mes

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Estoy concentrado revisando los números que hemos hecho este mes. Y estoy bastante satisfecho con el resultado. Hemos duplicado las ventas de este mismo mes un año atrás, y sé que mi padre se sentirá orgulloso cuando regrese de su viaje y vea el beneficio obtenido. Quizás esto me ayude a paliar la decepción que sentirá cuando le diga que no voy a casarme con Rocío.

Ibaya aparece nuevamente en mi memoria, acaparando todos mis pensamientos, aturdiendo mi mente, obnubilando mis sentidos, incapacitando mi poder de concentración en cualquier cosa que no sea ella. Cada vez que recuerdo lo que sucedió hace un par de noches en el baño del bar siento cómo un escalofrío me recorre la espina dorsal. Los sonidos que salieron de sus labios mientras llegaba al clímax fueron tan sensuales que desarmaron por completo todos mis esquemas. Y no veo el momento de volver a verla así, tan salvaje, tan descontrolada...

Joder. Nunca nadie me había excitado tanto.

Mi teléfono vibra sobre mi mesa y veo que he recibido un mensaje de Ibaya. Desbloqueo el aparato con una sonrisa estúpida en los labios.

Ibaya

¿Te divertiste anoche?

Mi sonrisa desaparece y miro el mensaje confuso. ¿Anoche? ¿Qué hice anoche? Comí una pizza mientras veía un partido de futbol.

Yo

Me habría divertido más si tú hubieses accedido a venir a verme.

Ibaya

¿Seguro? ¿Rocío no es suficiente estímulo para ti? Fiera.

Miro la pantalla con los ojos como platos y me enderezo en mi asiento. ¿Qué coño es esto? Esta respuesta no es típica de ella.

Yo

Creo que me he perdido.

Ibaya no contesta y yo permanezco mirando la pantalla como un imbécil hasta que vuelvo a escribirle.

Yo

Iby. ¿De qué estás hablando?

Espero unos segundos a ver si lee el mensaje, y como no contesta vuelvo a teclear.

Yo

Ibaya. ¿Qué pasa?

¿Le habrán robado el teléfono?

Marco su número y en el primer tono descuelga.

— ¿Qué quieres? — Pregunta un tono de voz gélido que me eriza los vellos de la nuca.

— ¿A qué coño ha venido eso?

— No lo sé. Dímelo tú.

Mi mirada se pasea perpleja por todo mi despacho sin entender ni una palabra de lo que Ibaya me está diciendo. ¿Qué me he perdido?

Bajo la piel de Ibaya © (+18) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora