Capítulo 19

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Cierro la puerta y me apoyo unos segundos sobre ella para tratar de recobrar la compostura. ¿Cómo ha sabido Dimas dónde estaba si no he llegado a decirle que me mudaba hoy? Ha surgido todo sobre la marcha. Yure me avisó de que ya tenía mi piso terminado, y en cuanto entré y lo vi, tan bonito, con mis muebles vintage, los colores pastel y la sensación de calidez, supe que no quería pasar ni una noche más en casa de mis padres. Llamé a Carol y a Silvia, y entre las cuatro hicimos la mudanza en menos de tres horas.

Mi prima se presentó sin avisar y cuando nos quisimos dar cuenta estábamos comiendo pizza, bebiendo vino y escuchando las proezas sexuales de mi prima con Dimas.

Contengo nuevamente las náuseas cuando el recuerdo de nuestra conversación llega a mi mente.

Yure está riendo y explicando por qué piensa que las relaciones cortas son mucho mejores que una a largo plazo.

- Al principio todo es bonito. Todos son flores y corazones y sexo desenfrenado. Pero con el tiempo. - Señala a Carol y a Rocío con el dedo. - Y no os atreváis a contradecirme. Todo se va a la mierda. La pasión se termina. Las flores se marchitan. Y los corazones se rompen. Así que disculparme, pero no le veo el atractivo a unirme de por vida a una única persona.

Carol pone los ojos en blanco y se niega a contestarle. Ya hemos tenido esta conversación un centenar de veces y es imposible hacerle entender lo gratificante que debe ser convivir con tu persona favorita del mundo. Que esa persona sea lo primero que veas al despertar y lo último al irte a dormir. Alguien que se preocupe por ti, que te cuide y te quiera por encima de todas las cosas, y a su vez permita que te preocupes por él, que le cuides y le quieras de igual maneras. Que comparta su tiempo contigo pero que a la vez te de tu espacio para hacer lo que te guste si no coinciden vuestras aficiones. Pero como Rocío no sabe el nivel de cinismo que tiene Yure con respecto a este tipo de relaciones, no puede evitar contradecirla.

- Estás muy equivocada. Puede que sea cierto lo de las flores...pero en lo que se refiere al corazón...si se lo entregas a la persona adecuada no te lo rompe. Y te puedo garantizar que el sexo mejora con los años. Él ya conoce tu cuerpo mejor que tú misma al igual que tú el suyo. Y te garantizo que es alucinante.

Yure hace un gesto con las manos tratando de restarle importancia a las palabras de mi prima mientras que yo me retuerzo internamente por lo que acaba de decir. Una vívida imagen de Dimas y ella juntos se ha formado tras mis párpados, y el recuerdo de sus gemidos la noche que compartimos en la montaña llega a mi mente. Bebo un poco de vino, tratando de calmarme, pero mis recuerdos están torturándome, impidiéndome poder respirar con normalidad.

- Sí claro. Me vas a decir que después de tres años juntos Dimas besa el suelo por el que pisas y te echa un polvo en cada rincón. - Contesta Yure antes de coger una porción de pizza y darle un bocado.

Bajo la piel de Ibaya © (+18) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora