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Había entrado a la sala de prácticas pasadas las doce de la noche, cuando no solía haber nadie.

Sin embargo, un Jaehyun sudado, sentado con la espalda contra el espejo y con la luz totalmente apagada me sorprendió aquella noche.

Había supuesto que, como nadie había alquilado la sala en todo el día, estaría vacía.

-Me has asustado, Jae.

-Lo siento, no sé si puedo llegar a las duchas por mi mismo ahora. Llevo aquí más de cuatro horas por mi cuenta y no consigo perfeccionarlo.

-¿Quieres ayuda?- le dije arrodillándome a su lado.

-Quiero un abrazo, por favor.

Nunca le había visto así de estresado. Siempre había sido un buen bailarín y no solía tardar demasiado en perfeccionar una coreografía.

-Seguro que ni has dormido ni cenado nada, es normal que te pase esto, Jaehyunnie. Primero va tu salud y después aprenderte una maldita coreografía. Tienes profesores para algo, deja que ellos te enseñen mañana. Eres demasiado terco y me haces preocuparme demasiado por ti- le dije aún de rodillas delante de él-. Tienes que ser más responsable con tu salud, imbécil, que después soy yo la que te tiene que cuidar si te haces alguna lesión por forzarte demasiado- él mordió mi dedo indice para que dejara de señalarle.

-Soy mayor que tu y aún así aquí estás, riñéndome- comentó riéndose y tirando de mi en un abrazo-. Tampoco sé que narices haces tú aquí a estas horas cuando deberías estar en casa ya durmiendo. ¡Yo debería regañarte a ti y no al revés!

-Johnny me llamó diciendo que no estabas en los dormitorios ni cogías el teléfono y supuso que estabas conmigo, como siempre. Es un padre preocupado- ambos reímos.

-"Oh Daddy", ¿eh?

Siempre he pensado que las personas que tienen que tomar una responsabilidad tan grande como una carrera profesional, sobre todo siendo una figura pública y tienen que crecer de golpe, siguen siendo unos bebés si llegas al final de su forma de ser. Ahora mismo, podía darme una palmadita en la espalda por pensar aquello y poder reconfortar a aquel chico que siempre había sido como mi hermano.

-Anda, vamos a casa, ¿vale? Te haré algo de cenar y podrás dormir de una vez.

-Pero...

-Sin peros. Coge la chaqueta, que fuera hace frío y no quiero que te pongas malo, ya te duchas al llegar.

-¿No podemos ver una película? ¡No! Espera. Aquella serie que dejamos a medias el fin de semana pasado. Por favor.

-No hagas aegyo, conmigo no te funciona.

-Eso es una mentira tan grande como cuando niegas que estés enamorada profundamente de mi.

- En tus mejores sueños, petardo- dije dándole un toquecito en la nariz.

- Dirás en mis peores pesadillas, pánfila.

- Cállate y camina.

-CillLTi y ciMinI. Cállame.

Me besó. Se le había hecho costumbre las últimas semanas.

-Los amigos no se besan, Yoonoh- le dije dándome la vuelta y caminando hasta la calle. Me siguió rápidamente

-Pero yo no quiero ser sólo tu amigo- susurró muy cerca de mi-. Ya no.



NCT One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora