–Sé que quizá te vaya a sonar algo raro– me dijo mientras cerraba su carpeta al final de la reunión-. Pero, ahora que sabes qué soy y puedo ser yo mismo... Me gustaría pedirte tu número.
–¿Disculpe?
Nunca me habría esperado que fuera a decirme eso. Habría entendido que quisiera matarme o incluso hacerme olvidar lo que había visto si pudiera hacerlo. Pero ¿pedirme mi número? Jamás.
–Tu número de teléfono. Para salir algún día a tomar algo. O sea, para que tú tomes algo y podamos conocernos más.
–Mire, Sr. Na... Tenemos una relación laboral espléndida y yo le puedo asegurar que su secreto está a salvo conmigo– empecé a decirle–. Tampoco es como si me fueran a creer en caso de que lo contara– comenté más para mi misma que para él–. Si quiere una amiga o una novia, busque entre el resto de nuestras compañeras, ellas estarán encantadas de acompañarle a donde sea.
Desde que le había dejado sólo en la sala de reuniones después de rechazar su oferta, la situación se había vuelto incómoda.
Aquel apuesto hombre de sonrisa encantadora había empezado a ser extremadamente detallista conmigo, haciéndolo ver casi como un acosador.
Aprovechaba la mínima oportunidad que tenía para dirigirse a mi con ese tono coqueto que debía de funcionarle con todas. Me invitaba a ir a cenar o a tomar un vino, insistía en sentarse a mi lado en las reuniones de personal.
Lo peor eran las reuniones de los viernes. Me traía algo para cenar e intentaba alargarlas el máximo tiempo posible.
–Sigo sin entender por qué lo ignoras.
–No le ignoro, Iris. Sólo declino sus ofertas.
–Claro... Qué tonta, mea culpa. Sólo le dices que no a un ramo de rosas del hombre más perfecto que vas a conocer– dijo dándole un sorbo a su cerveza–. Por no hablar de los ojitos que te pone, como si estuviera plenamente enamorado de ti.
Suspiré. Todas parecían estar tremendamente enfadadas conmigo. Unas decían que desperdiciaba mi "suerte" y otras simplemente hablaban de la envidia que les daba.
–Déjalo ya, ¿vale? Simplemente el chico no me gusta. O sea, si, vale, es muy atractivo y simpático... Pero no es mi tipo.
–Pues no sé cómo le vas a evitar si tienes una reunión con él en media hora.
–Es cierto- hice una mueca.
–No pongas esa cara. Dale aunque sea una oportunidad, el tío se lo está currando. Hazlo por mi, al menos.
Dudé por un segundo. Quizá una oportunidad no estaría tan mal. Después de todo parecía que el hombre no se iba a rendir hasta que consiguiera lo que quería y tampoco era una mala compañía. Era dulce y atento, no tenía demasiado que perder.
Después de una celebración exagerada por parte de mi querida amiga, caminé hasta la oficina para recoger mis informes y esperar en la sala de reuniones.
Para cuando llegué, él estaba allí con unas cajas de comida china y una botella de vino.
–Buenas noches, Na Jaemin– le saludé sentándome a su lado.
–¿Tienes hambre?
Esa sonrisa... Siempre me sonreía así. Me preguntaba si los vampiros serían todos así de atractivos y encantadores para poder alimentarse con más facilidad.
Asentí ante su pregunta y él me acercó una de las cajitas blancas y rojas.
–Toma– dijo sacando los palillos de su envoltorio–. Es cerdo agridulce.
Le di las gracias, como siempre. Sólo que había algo distinto, esta vez me sentía algo nerviosa, quizá porque iba a sugerirle una salida yo misma o porque aceptaría si él decía algo. O también podía ser por el alcohol que ya había ingerido.
Empezó a hablar de sus informes, leyó en voy alta. Parecía concentrado en aquellos papeles mientras yo, por alguna razón, no parecía ser capaz de prestar demasiada atención a sus palabras.
Por primera vez me estaba dando cuenta de el aroma que desprendía, tremendamente varonil y embriagador. Me fijé en sus manos grandes y bonitas y en la delicadeza con la que sujetaban aquel montón de papeles.
–¿Me estás escuchando?
Había levantado la vista del papel un segundo sólo para ver que yo había dejado de comer mi cena y, probablemente, le estaba comiendo a él con los ojos.
–No, no te estaba escuchando. Lo siento.
–¿Estás cansada?
Asentí levemente, casi agradeciendo que hubiera pasado por alto la forma en que estaba mirándole.
–Ven, quítate esos tacones del infierno.
Arrastró mi silla hasta que pudo posar mis piernas en su regazo. Quitó mis zapatos con delicadeza y masajeó mis pies con suavidad.
–No entiendo cómo puedes llevar esas cosas todo el día. Tienes que tener los pies destrozados.
Desde aquella posición, ligeramente reclinada hacia atrás, y con aquella iluminación, descubrí las inmensas ganas que tenía de acercarme más a él.
–Quiero besarte ahora mismo– le dije.
–¿Cómo dices?
–No sé qué coño me pasa, pero quiero besarte.
Entonces, como alma que lleva el diablo, se arrodilló frente a mi. Acarició mi mejilla dulcemente y me miró a los ojos, sonriendo.
–¿Estás segura? Vaya cambio así de repente.
Cogiendo el cuello de su camisa le acerqué más a mi, hasta estar a prácticamente milímetros de su boca.
–Bésame.
Sus labios eran suaves y el beso cálido y lento. Parecía que había estado esperando por ello.
La intensidad subió como la espuma. Me sentó en la mesa en un movimiento rápido y se colocó entre mis piernas, acariciándolas.
Mordió mis labios y yo le di acceso para que profundizara el beso.
Con mis manos enredadas en su pelo, solté un gemido cuando tiró de mi cuerpo hacia el suyo haciendo que no quedara espacio entre nosotros.
–Joder, qué equivocada estaba– dije empezando a desabrochar su camisa.
–Quizá tu amiga tuviera razón y esto sea mejor que irte a casa a tomar vino sola.
Le mandé callar antes de besar su mandíbula y él subió sus manos por mis muslos, aprovechando la acción para levantarme ligeramente y subir mi vestido hasta mi cintura.
–Así que debajo de todos tus vestiditos de oficina, usas lencería así de provocadora...
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¡Hola de nuevo! Ya girl's back.
-ruby-red-, aquí tienes tu continuación. En un principio pesaba hacer que ella le rechazara sin descanso, pero me pareció demasiado cruel. De todas las maneras no hay nadie que pueda rechazarle tantas veces seguidas con esa carita que tiene.
Espero que os haya gustado a todos. <3<3<3.
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NCT One Shots
FanfictionDonde me imagino cosas que pasarían con los chicos de NCT y las escribo para todos los NCTzens (y otr@s).