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-No me puedo creer que esté a punto de subirme a un avión para conocer tus padres.

YoonOh estaba tan inquieto en la sala de espera, que me habían dado ganas de cancelar el viaje sólo para que se tranquilizara.

-Has hablado con ellos mil veces, Jaehyunnie. Relájate.

-Es que no puedo, en serio- reajustó sus gafas por décima vez en los cinco minutos que había permanecido sentado y suspiró-. Conocer a tus padres es... un gran paso.

-Ten en cuenta que, si por cualquier casual la jodes, no pasa nada, traduciré otra cosa y ya está. No tienes de que preocuparte.

"¿Y si tu padre quiere hablar conmigo a solas? Me da miedo". "Quizá tu madre quiera que cante o algo así ¿y si lo hago mal?".

-¿Qué tal si no le gusto a tu primo? Has dicho en entrevistas que si tu primo no te da el visto bueno, no puedes estar con esa persona. ¿Me vas a dejar? Dios santo, Honey, me estoy volviendo loco. ¿Y si deciden que no les gusto?- cogió mis manos entre las suyas y dio una mirada de cachorro abandonado-. Tu abuela me va a odiar, ya lo sé.

-Te van a salir canas antes de subir al avión. Cállate un ratito, mi amor, porque si no te ahogo.

Fue buena idea no contarle lo del embarazo. Ya bastantes paranoias tenía el pobre como para estar pensando en contarles a sus suegros que me había quedado embarazada. Se habría desmayado.

Cuando habíamos empezado a salir, ninguno de los dos se lo había tomado muy en serio. Yo no llevaba más de dos años siendo trainee y, como consecuencia, siendo parte del grupo secretamente.

Como la única chica que rondaba la empresa, me había juntado con los demás y nos habíamos hecho tan cercanos que desecharon la idea de hacerme debutar como solista a petición de un Taeyong suplicando por un poco de mano femenina en su ayuda.

YoonOh había sido uno de los primeros en acercarse a mi y se había convertido, junto al resto de los angloparlantes, en mi mejor amigo.

Así que, cuando las salidas se convirtieron en pequeñas escapadas en los minúsculos ratos libres que teníamos, ni si quiera nosotros notamos el cambio.

La cercanía siempre había estado ahí, tanto con él como con todos los demás. No noté la conversión de mis sentimientos hacía una versión romántica hasta que me descubrí pensando cómo sería besar sus labios.

-Nena- me había dicho mientras esperábamos su turno para entrar en la cabina a grabar-. ¿Alguna vez has pensado en qué pasaría si tuvieras una relación con alguno de nosotros?

Siempre me llamaba así, sin embargo aquel día, por la pregunta, por su mano acariciando mi pelo o por el tono que había utilizado para formular la misma; me había sonrojado.

-Si, me lo he preguntado muchas veces- le había contestado tranquilamente después de unos segundos.

-Yo nos he imaginado juntos y la cosa no cambia mucho.

Aquél día no dio el primer paso y mi decepción me dio a entender la situación por la que pasaba mi cerebro: me había enamorado de mi mejor amigo.

Yo sabía que era imposible no sentir nada por ninguno de ellos, pero sinceramente esperaba que todo fuera viento en popa y acabara con una hermosa relación de amistad, olvidando el capricho pasajero.

-Nena- volví a la realidad cuando me llamó de nuevo-. En diez minutos tenemos que embarcar. Sigo nervioso.

-Todo va a salir perfecto- le contesté con una sonrisa mientras acariciaba su mano-. Te prometo que todos te van a adorar.





NCT One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora