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— Sinceramente, es una idea estúpida— dijo Chenle negando con la cabeza.

— Venga, será divertido— le contestó Hyuck riendo—. Sólo dale a la rueda.

Habíamos metido un montón de papeles en una urna esperando que nos dieran una idea de cómo continuar con nuestra noche mensual de juegos; y después habíamos escrito nuestros nombres en una rueda de la fortuna que teníamos a mano para saber a quién le tocaría el castigo.

— Recordad: en quien caiga, le dice a su Crush lo que siente.

Demasiado internet para quien hubiera escrito aquella sugerencia.

Giré la rueda, esperando que no se parara en mi nombre mientras rezaba para que nada fuera incómodo.

— ¡Ah! ¡Park Jisung!

La voz de los chicos resonó por todo el apartamento cuando se lanzaron hacia el pobre muchacho que se llevaba las manos a la cabeza. 

— No, por favor. No me hagáis hacerlo— suplicó.

— Venga, nada de quejas— ordenó Renjun dándole una palmada en la espalda—. Llama ya.

Mientras Jisung buscaba en su lista de contactos, los demás nos sentamos frente a él.

"Esto se va a poner feo" escuché decir a Lele.

— Ya está. Que sea lo que Dios quiera.

El teléfono de Jisung dio señal unos segundos antes de ir al buzón de voz. 

— Qué decepción— comentó Jeno, encogiéndose de hombros—. Tendremos que volver a probar suerte con la rueda.

La giró rápido, sin esperar a que ninguno de nosotros aceptara.

— Por tonto ahora te ha tocado a ti— se rió de él Jaemin a carcajada limpia.

"Oh, no" se lamentó de nuevo Chenle. 

Nos quedamos en silencio, la tensión se estaba acumulando. Podíamos sentir la incomodidad de Jeno al presionar el pequeño teléfono verde en la pantalla de su IPhone.

De nuevo, dio señal, pero no lo cogió nadie.

— No puede ser, dejarme intentarlo otra vez— dijo con el ceño fruncido.

— ¡Oh! Jeno se ha levantado repleto de confianza en si mismo hoy, por lo que veo— murmuró Haechan.

Me di cuenta de que el teléfono de Chenle se iluminaba en el bolsillo de su sudadera oscura. 

— Lele, tu teléfono— le susurré a mi hermano para no molestar.

Suspiró pesadamente y, con la cabeza gacha, lo sacó de su bolsillo y me lo entregó.

— Es tu teléfono, no el mío. 

Lo desbloqueé, siendo yo la del ceño fruncido. 

No podía ser. 

— Dos llamadas perdidas de Jeno, una de Jisung. ¿Qué está pasando?

— ¡Hyung! ¿Ella es tu Crush?

— Esa pregunta te la tengo que hacer yo a ti, Sung— contestó Jeno también levantándose de su asiento con brazos cruzados.

No sabía cómo reaccionar, sobre todo al ver a dos de mis mejores amigos desafiándose de aquella manera.

— Pensaba que sólo me gustaba a mi— murmuró Renjun desde su asiento, jugando con sus dedos para evitar mirar a nadie más.

— ¿A ti también? Parece que no había nadie más en quien fijarse— contestó Jaemin agitando los brazos con exasperación y una sonrisa sarcástica en el rostro.

— Ya había dicho que esto era una mala idea y que se iba a poner fea la cosa— se quejó Chenle una vez nos quedamos solos en el salón con Hyuck: todos se habían ido a sus habitaciones dando portazos—. Vamos a casa, anda. 

NCT One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora