– ¿Y ahora qué?
Mark llevaba toda la práctica quejándose de que no estaba poniendo de mi parte.
Intentaba que saltara a por él y discutir conmigo, pero no lo iba a conseguir.
– No estás haciendo nada bien. Concéntrate, por lo menos.
– Entonces deja de mirarme como si fueras un viejo verde. Eres un baboso.
El resto del equipo, los chicos y los coreógrafos, se tomaron un descanso al escuchar nuestra pequeña conversación: Sabían que no había forma de pararnos.
Puse los ojos en blanco cuando negó haber estado mirándome de aquella manera.
– Deja de ser tan inmaduro y céntrate en lo tuyo. Si no lo hago bien, ya me corregirán nuestros profesores.
– Inmaduro. Me acabas de llamar inmaduro porque me preocupo de que la coreografía esté perfecta. No me lo puedo creer.
La puerta se cerró, dejándonos solos de nuevo.
Cada vez que eso pasaba, intentaba que se repitiera la escena de la sala de grabación.
– De verdad que no quiero discutir, MinHyung– le dije suavemente, acercándome a la pequeña nevera para coger un botellín de agua.
– Haz bien tu trabajo. Ambos sabemos que fallas porque amas discutir conmigo.
Volvía a caminar hacia mi con aires de suficiencia, acabando por acorralarme contra la pared.
– Te encanta cuando te hablo así, te encanta cuando te regaño. Te excita, lo sé.
– Ha pasado casi un año desde que tuvimos nuestra primera pelea. ¿No estaría bien celebrarlo?
Si él iba a ser un gilipollas, yo no tendría piedad con él. Dos pueden jugar a ese juego.
Aparté sus manos de la pared, donde se habían apoyado para que yo no pudiera escapar, y le empujé hasta el sofá más cercano.
De un movimiento brusco, conseguí que cayera sentado.
Alcé su cabeza con mi dedo índice, y con el tono de voz más sensual que pude fabricar en aquel momento, me dirigí a él.
– Mark... Mark... Mark... ¿Cuándo vas a aprender que no tienes ni una oportunidad conmigo?
Me acomodé a horcajadas sobre él, asegurándome de darle menos contacto del que él quería.
– Mira cómo te has puesto– le susurré en el oído, dejando que sus manos intentaran controlar los movimientos de mis caderas–. Ni si quiera te he tocado y estás deseando poder soltar esos gemidos desesperados que tanto te caracterizan.
Cerró los ojos cuando mordí el lóbulo de su oreja y tragó saliva con dificultad.
– Oh, Mark. Qué ingenuo eres– ronroneé aún en su oído, moviendo mis caderas contra las suyas.
Sonreí cuando soltó una maldición y unos segundos después un gemido, completamente entretenida con sus respuestas.
– Mi pequeño e inocente Mark... No te das cuenta de nada.
– No pares ahora, por favor– me rogó en voz baja.
Me reí, levantándome de su regazo abruptamente.
– ¡Despierta de una vez, Lee! No quiero nada contigo. No me atraes. No me gustas. Y lo siento mucho, pero nunca va a pasar nada entre nosotros.
– ¿Por qué no?
Bajó la mirada a sus manos, pareciendo un cachorro abandonado.
– Porque soy lesbiana.
__________________________
Un final precioso, ¿verdad?
Seguro que nadie se lo esperaba.
Lo siento pero tenía que hacerlo, me gustó tanto la idea cuando se me pasó por la mete que no me importó demasiado lo cruel que es en realidad.
ESTÁS LEYENDO
NCT One Shots
FanfictionDonde me imagino cosas que pasarían con los chicos de NCT y las escribo para todos los NCTzens (y otr@s).