Me había reunido con Hendery en el puerto.
Había pasado casi un año y medio desde que se había infiltrado y no hacía demasiado desde que habíamos estado hablando de las debilidades que tenían los objetivos con fin de empezar a dar los últimos retoques al plan.
"Le echo de menos, Jae" le dije, apoyándome en la barandilla y mirando el mar.
"Lo sé."
Normalmente acariciaría mi espalda cariñosamente, intentando reconfortarme. Desde que teníamos el vínculo nos habíamos hecho mucho más cercanos.
– Tenemos que irnos. Si han seguido a Hendery y te ven aquí conmigo, sospecharán de él.
Suspiré y asentí.
Pasé por su lado rozando su hombro suavemente y me giré para pedir disculpas, como si accidentalmente me hubiera chocado con alguien cualquiera.
No conduje a casa. Me desvié hacia un pequeño bar a las afueras que solía estar frecuentado por moteros que no hacían preguntas.
– ¿Qué hay, Linda?
La pequeña mujer que se había convertido en mi amiga con el paso de los meses, de procedencia latinoamericana, me recibió con una sonrisa.
Buscó un vaso y caminó discretamente a la nevera para rellenarlo de A+.
– Es lo que tengo. ¿Qué haces por aquí?
– He estado un rato con Hendery hoy. En el puerto.
– Pensaba que era lo de la última vez.
Reí suavemente ante la mención de la última preocupación que había compartido con ella y negué.
– Creo que el drama "Jaehyun" está más que superado. Es un compañero de equipo, eso es todo.
– No sé por qué, pero no me lo creo– su dedo índice me señaló-. Ese hombre te hace pasar malos ratos a propósito para ver si te espabilas. Es obvio que te come con los ojos. Le conozco desde hace mucho tiempo ya.
– No... No. Estamos aquí por su ex-novia, ya lo sabes.
Se quedó en silencio, fabricando algún tipo de excusa.
– ¿Por qué no lo intentas? Quiero decir... Un poco de sexo no va a arruinar nada en el grupo, juega a lo que puedes ganar. Ese es mi consejo.
– Me lo pensaré.
Eso hice al salir del bar. Conduje de nuevo al puerto.
Eran cerca de las dos de la mañana y no habría nadie, así que era un buen lugar para pensar un rato.
Las luces de mi moto iluminaron el paseo hasta que apagué el motor y, aunque vi a alguien parado de espaldas cerca de la barandilla, caminé hasta allí igualmente.
Me senté en uno de los bancos más alejados de aquella persona, completamente distraída por el sonido de mis pensamientos y cerré los ojos al echar la cabeza hacia atrás.
"Pero es que me gusta tanto... ¿Qué voy a hacer? No puedo simplemente decirle que he cambiado de idea de repente".
Me sorprendió su voz cuando intenté concentrarme en el sonido de las olas, haciéndome caminar hasta él sigilosamente.
"Piensas demasiado alto, Jung".
– ¡Joder, Kharis!
Se llevó una mano al pecho, posiblemente dejándose llevar por sus actos reflejos, y después alcanzó mi mano para entrelazar sus dedos con los míos suavemente.
– Sólo he escuchado la última parte, no tienes de qué preocuparte– le dije, dando un paso para apoyar mi cabeza en su pecho–. Pero vas a tener que contarme quién es esa persona que tanto te gusta.
Rodeó mi cuerpo con sus brazos, apoyando su mentón en mi cabeza.
– No lo sé. Creo que no está bien...
Sus palabras murieron con un suspiro lleno de preocupación, haciéndome sentir de la misma manera.
– Si has cambiado de idea sobre algo... Sobre todo siendo tú, deberías darle una oportunidad. Desde que te conozco siempre has tenidos las ideas muy claras, nunca te has echado atrás. Eres de piñón fijo, así que debe de ser alguien importante.
"Está bien, tienes razón".
Me apartó de su pecho y rápidamente me sentó en la barandilla, apoyando sus manos a ambos lados de mi cuerpo y parándose ente mis piernas.
– Ha pasado suficiente tiempo como para darme cuenta de lo que siento– susurró mirándome a los ojos–. No es un simple calentón. No es simple atracción. Es un sentimiento que nunca he podido describir y que llevaba más de un siglo sin experimentar.
¿Se me estaba declarando allí mismo? No era posible. Hablaba de su chica, pero no podía ser yo.
– Mírame a los ojos, Kharis. Estoy hablando contigo.
En aquel momento, sus iris se habían tornado de un color tan rojizo como lo hacían cuando competía. Cuando la euforia y la preocupación se mezclaban en ellos. Cuando quería ser el ganador.
– Por el amor de Dios, ojalá fuera sólo atracción. No tendría la necesidad de protegerte de otros, de ti misma. No tendría la necesidad de parar toda la operación para que Hendery volviera a casa y no estuvieras constantemente preocupada por él y triste por su ausencia.
"No tendría la necesidad de poder disfrutar de los momentos contigo. De los que tenemos a solas".
– Y sobre todo, no tendría la necesidad de tenerte entre mis brazos y poder decir que la mujer más hermosa del universo es toda mía.
______________________
Pequeñ@s, aquí se acaba esta mini serie de Jung Jaehyun. He disfrutado de ella, pero quiero poder enfocarme en escribir otras historias sin pensar constantemente en qué escribir para continuar esta.
Otras noticias: he tenido mi primeros días de universidad y con lo poco que he visto me he dado cuenta de que me va a consumir una gran cantidad de tiempo. Como había dicho anteriormente, intentaré escribir tanto como pueda, pero no prometo actualizar más de una vez a la semana.
Si alguien tiene alguna petición, puede pedir lo que sea aquí e intentaré contestar lo antes posible.
ESTÁS LEYENDO
NCT One Shots
FanfictionDonde me imagino cosas que pasarían con los chicos de NCT y las escribo para todos los NCTzens (y otr@s).