NCT One Shots

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–Vamos a por algo de beber, por favor– me dijo mi mejor amiga.

Acabábamos de llegar a la fiesta de cumpleaños que habían organizado los padres de Seungmin. Lo que se podía ver a leguas como una fiesta de "pijos". 

El club de campo de Gyeonggi-do era precioso y amplio. Mi hermano y yo solíamos ir mucho cuando éramos pequeños.

–Buenos días, chicas– nos dijo el camarero una vez nos sentamos en la barra–. ¡Vaya! Hola.

Bien, aquel muchacho tenía una sonrisa adorable.

–Hola– le respondí con una sonrisa.

–¿Qué vas a tomar, preciosa?

Dudé un segundo antes de darme cuenta de que realmente me lo había preguntado a mi.

–Ah, si. Cualquier cocktail está bien. Lo único que no me apetece demasiado es algo de fresa.

–¿Y tu amiga?

–Sooyeon...

–Ponme una cerveza. 

–Entendido– dijo para después desaparecer en el almacén.

Sentí cómo aquella loca me golpeaba, casi saltando de alegría por alguna razón.

–¿Qué te pasa? Cálmate, por Dios. 

–¿Que qué me pasa? Te estaba desnudando con la mirada. ¡Es guapísimo! Y alto y esos pantalones le hacen buen culo.

–Te podría esta escuchando, ¿sabes?

–Cállate, que viene.

Ella le sonrió en agradecimiento cuando posó el botellín delante de ella y observó detalladamente cómo se giraba para alcanzar licores y una copa.

La verdad es que tenía razón, el chico era guapísimo. 

–Sex on the Beach para la hermosa dama. Disfrútalo, guapa. 

Me guiñó el ojo mientas deslizaba una servilleta hacia mi y se marchó en seguida.

–¿Es su número? ¡Oh Dios, es su número!

–Vamos a sentarnos con mi hermano, anda. Debe de estar en algún reservado.

"Llámame: 

XXX XXX XXX- Jeno <3<3"

–Tú, petarda. ¿Se puede saber dónde os habíais metido? Si mamá se entera de que te he perdido de vista me cuelga.

–Relájate, Hyuck– le dijo Sooyeon al sentarse a su lado, mientras le sobaba el pecho por encima de la camisa que llevaba-. Tu hermana sólo estaba... Hablando con el camarero.

Miré hacia el frente escuchando cómo se reía: intentaba que mi hermano no le diera demasiada importancia. Sabiendo cómo era, no lo pasaría por alto.

–Seguro que era un gilipollas. Me da la sensación de que vamos a tener problemas hoy- se quejó al recostarse en el respaldo del gran sofá.

Sooyeon le mandó callar poniendo un dedo en sus labios y frunció el ceño como si intentase concentrarse en algo.

–Nada, olvídalo. Creía que era otra canción, es una pena.

–¿Cuál? ¿Voy a pedirla para ti?

–Pensaba que era Love Me Right, pero da igual.

Me levanté de todas maneras, no me moriría por ir a pedir una canción.